Encontrar a alguien a quien amar para el resto de la vida y formar una familia juntos, es hermoso. ¿Cómo prepararnos antes de conocer a la persona indicada?
Encontrar a alguien a quien amar para el resto de la vida y formar una familia juntos, es hermoso. ¿Cómo podemos prepararnos para el matrimonio aun antes de conocer a la persona indicada?
Hoy en día la sociedad enfatiza que los jóvenes se preparen para estudiar, elijan bien su carrera y sean buenos profesionales. Sin embargo, ya no se prioriza mucho a la familia. En las películas de amor se muestra una y otra vez cómo simplemente encuentran a una pareja, se enamoran y sólo a veces terminan casándose. El matrimonio es como una aventura emocional. Sin embargo, así como para el éxito de cualquier proyecto, también es necesario prepararnos bien y con anticipación para el matrimonio. Veamos tres aspectos importantes en dicha preparación:
1. Afinar nuestro carácter
Siendo aún solteros tenemos ciertas libertades. Gastamos el dinero en lo que nosotros decidimos, salimos cuándo y a dónde decidimos y comemos lo que nosotros decidimos. Se estima que al día tomamos alrededor de 35.000 decisiones. Al compartir nuestra vida con otra persona, muchas de estas decisiones se verán afectadas, de alguna u otra manera. Trabajar desde ya en nuestro carácter nos será de gran ayuda para, cuando llegue el momento, afirmar el matrimonio hasta la muerte.
Entrar en matrimonio es más que sólo un enamoramiento. Es la firme decisión de amarse el uno al otro hasta la muerte. Dios dice claramente en Mateo 19:6: “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Pongamos en nuestra mente y corazón, desde antes de casarnos, la firme decisión de que estaremos junto a nuestro futuro cónyuge hasta la muerte.
En 1 Corintios 13, también llamado “El capítulo del amor”, en sólo cuatro versículos se mencionan 15 características de una persona que ama a otro: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (Versículos 4-7).
Pongamos especial énfasis en “no busca lo suyo”, que se refiere a no ser egoístas. Es esencial aceptar las diferencias entre ambos cónyuges y no intentar cambiar a la otra persona, ya que cada uno es responsable de su propio cambio. Solamente Dios puede hacer cambiar a la otra persona y nosotros sólo podemos ser instrumentos de Dios en hacer lo correcto, sin forzar al otro al cambio.
Aunque debemos aspirar a ser mejores cristianos y cónyuges, imponer la voluntad sobre el otro, basándose en sus debilidades, destruye la relación matrimonial con el tiempo.
Según el modelo de comunicación de Schulz von Thun, cada declaración transmite cuatro mensajes a la vez: La transmisión fáctica, la auto-revelación, la pista de la relación y la apelación. Al entender esto, se explican los malentendidos que a veces nos pasan. El destinatario recibe la declaración pero no la entiende de inmediato. Por ejemplo: El remitente emite: “La ventana está abierta” y sólo desea dar una declaración. Sin embargo, el destinatario entiende una apelación de que debería cerrar la ventana. De este simple ejemplo se nota cómo fácilmente nos podemos malentender con la otra persona.
Es por ello muy importante aprender a ser buenos comunicadores. La comunicación abierta y sincera es uno de los principales problemas en los matrimonios. Es de suma importancia el ser considerado el uno con el otro. Tampoco pueden faltar el amor y respeto entre cónyuges (Efesios 5:33) para tener una comunicación de alto valor.
2. Nuestras habilidades
Como futuros cónyuges, se requerirá de nosotros ciertas habilidades para poder manejar un matrimonio exitoso. No nos dejemos engañar por las actuales tendencias sociales acerca de los roles de cada cónyuge. Dios ha creado el rol de líder, proveedor y amoroso, para el esposo y el rol de la crianza de los hijos y respeto al marido, principalmente para la esposa. Es de mucha importancia estudiar estos roles a profundidad antes de casarse y también conversar de ellos con nuestro futuro cónyuge. También es de mucha utilidad para ambos saber de finanzas. Si bien la tarea de manejar las finanzas puede recaer más en uno de los dos, es bueno que ambos tengan una base para poder tomar decisiones financieras correctas.
Para que el esposo pueda cumplir bien su rol, es indispensable prepararse académicamente para poder acceder a un buen trabajo y encontrar un lugar adecuado dónde vivir con su futura familia. Para las futuras tareas de la esposa es de gran ayuda prepararse en el área de la cocina, el orden y la limpieza de la casa. Por supuesto que una educación formal para la esposa es de gran ayuda. Si la preparación de todos estos aspectos se lleva a cabo con bastante anticipación y seriedad, el éxito del matrimonio será más viable.
3. Consulta ministerial
Tener en cuenta los puntos antes mencionados es de mucha ayuda a nivel personal y para nuestro futuro matrimonio. Pero sería muy altivo confiar sólo en nuestra propia prudencia. Los ministros de la Iglesia de Dios están para ayudarnos y guiarnos en este Camino de vida. Es muy apropiado pedirle el consejo a un ministro de Dios desde antes de conocer a la persona con la que nos gustaría casarnos. Él nos dará más guía y nos ayudará en este proceso hacia un matrimonio exitoso.
Finalmente es oportuno mencionar que estos aspectos no pretenden ser una lista obligatoria, ni que aplican a todos por igual. Sin embargo, estos son algunos puntos que nos pueden ayudar. Con la ayuda de Dios, con nuestra preparación anticipada y con el consejo de los ministros de la Iglesia, encontraremos el camino hacia el maravilloso proyecto del matrimonio exitoso.
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