La Biblia usa el concepto de “las raíces” como analogía de la firmeza en la fe. ¿Cuál es la función que cumplen las raíces en un árbol? ¿Cómo son tus raíces?
Las raíces de un árbol absorben el agua del suelo y, en el proceso, también absorben una variedad de minerales y otros nutrientes que están contenidos en el agua.
Las raíces también anclan el árbol al suelo. Cuando hay una gran tormenta, los árboles se mantienen en su lugar gracias a sus raíces. Pero no todas las raíces son iguales; algunas dan más soporte que otras. Por ejemplo, los álamos tienen raíces bastante superficiales. Yo tenía una hilera de álamos en mi patio trasero, pero aquí en Kansas, donde vivo, los álamos no duran mucho. Uno por uno fueron desapareciendo.
A menudo nosotros cantamos el himno basado en las palabras de Salmos 1:3: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
Hay una analogía espiritual muy importante aquí. Los árboles son verdes y saludables cuando tienen suficiente agua. A su vez, el agua es un símbolo del Espíritu Santo de Dios (Juan 7:38-39).
En Efesios 3:17 Pablo usó una analogía similar y nos urge a estar “arraigados y cimentados en amor”, lo cual es una característica esencial de Dios.
Toma tiempo para que las raíces crezcan profundamente en la tierra. Los árboles jóvenes a veces son vulnerables a los elementos, debido a sus raíces poco profundas, pero los árboles maduros, con raíces profundas, pueden soportar muchas adversidades naturales. Afortunadamente, Dios nos da tiempo para hacer crecer nuestras raíces en la fe, aunque ese tiempo es limitado.
¿Qué tipo de raíces está desarrollando usted en la fe? Analicemos algunos de los diferentes tipos de raíces y veamos qué lecciones espirituales podemos aprender de ellas.
Raíces aéreas
Algunos árboles tienen raíces aéreas, que crecen por sobre la tierra. Este tipo de raíces no son muy efectivas a la hora de absorber humedad o sostener al árbol en contra del viento.
Las raíces aéreas pueden compararse con raíces superficiales o poco profundas, tal como la fe basada sólo en congregarse con la Iglesia porque tus padres te llevan cada semana. La verdad no es absorbida automáticamente en tus convicciones personales cuando eres aún dependiente de la fe de tus padres. Personas como éstas van presencialmente a la Iglesia, pero no ponen la atención suficiente, no son serviciales o no se relacionan con los demás miembros de la congregación.
Tomando prestada la frase de la película de Star Wars: “Estas no son las raíces que estás buscando”.
Raíces superficiales
Las raíces superficiales se extienden sólo por un par de metros por fuera de la tierra. Están en el suelo, pero no le aportan al árbol ni soporte ni nutrientes. Cuando la lluvia cae, trayendo el agua que les da vida a las plantas, la mayoría del agua es absorbida en los primeros metros desde la superficie.
Estas raíces pueden representar las conexiones que hacemos con las cosas de Dios. Dios se agrada cuando empezamos a hacer lo que sabemos que es correcto. A medida que empezamos a seguir el camino de Dios, empezamos a aprender más y más. Esta es una parte crucial de la aceptación de tu llamamiento: demuestras cuánto lo aceptas mediante las decisiones que tomas a diario.
Por ejemplo, cuando se te presenta una invitación a jugar fútbol o baloncesto un viernes en la noche o el sábado durante el día, ¿qué decides? Cuando tomas el camino de Dios por sobre otro, tus raíces crecen.
Por supuesto, este principio también funciona al revés. Cada vez que eliges el camino del mundo, tus raíces se hacen más pequeñas y no crecerán. Si tomas la decisión equivocada muchas veces, tus raíces podrían incluso morir. Ése es el sendero que te lleva al rechazo de tu llamamiento.
Raíces primarias
Algunos árboles generan una raíz primaria. Una raíz primaria es larga y se extiende profundamente en la tierra para absorber agua. Pero un árbol sólo puede tener una raíz primaria bajo circunstancias especiales. Si por instancias especiales un roble (que puede generar una raíz primaria) crece en un lugar donde tiene solo 15 centímetros entre la superficie y el fundamento de roca, no formará una raíz primaria. La raíz no puede crecer a través de la roca.
Esta raíz sostiene firmemente al árbol en contra del viento. Le da al árbol una constante fuente de agua que persiste incluso durante largas sequías. Los árboles que viven miles de años usualmente tienen una raíz primaria.
Desarrollar una raíz primaria en la fe implica tener raíces muy profundas. Significa que has ido más allá de tomar buenas decisiones; significa que activamente oras a Dios a diario y estudias su palabra. Las buenas condiciones del suelo incluyen estar rodeado de la Iglesia de Dios y tener tus mejores amistades con gente de la Iglesia.
Una vida santa hace crecer tus raíces; una vida no santa las hace más pequeñas.
Cuando tu raíz primaria crece lo suficiente, te das cuenta de que ésta es tu fe. Eventualmente, estarás listo para encomendar tu vida a Dios a través del bautismo, tendrás acceso completo al Espíritu Santo de Dios, tal como una raíz primaria tiene acceso al agua de la tierra y sus nutrientes.
Tan profunda como es tu raíz espiritual es también tu firmeza para enfrentar las pruebas… y las pruebas vendrán. Con una raíz profunda puedes estar firme, pase lo que pase en la vida.
Considera estas dos escrituras:
- Proverbios 12:3, “El hombre no se afirmará por medio de la impiedad; mas la raíz de los justos no será removida”.
- Jeremías 17:8, “Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”.
Empieza a hacer crecer tus raíces
Nunca se es demasiado joven para empezar a hacer crecer tus raíces. En la Biblia, Dios dice que Él ha trabajado con personas incluso antes de nacer. Jeremías y Juan el Bautista, son algunos de ellos.
Dios está listo y esperando para abrir tu mente a niveles más y más profundos de entendimiento, pero eso depende de lo que tú hagas con lo que ya sabes.
Entonces, ¿qué tan profundas están creciendo tus raíces?
Aprende a estudiar la Biblia, desarrolla el hábito de leer por lo menos algunos versículos cada día. Si dejas pasar un día, no te desanimes; sólo hazlo el día siguiente.
Los árboles tienen distintos tipos de raíces. Nosotros seremos plantados y arraigados en el amor de Dios, en la verdad y en la fe. Haz lo que sabes que hay que hacer y Dios te revelará mejor y más profundo entendimiento acerca de su verdad.
Acepta tu llamamiento echando raíces en la fe verdadera.