La congregación de Laurel, Mississippi está muy contenta de contar con la compañía y el compañerismo de nuestro hermano en Cristo, Sam Dungan, que asiste regularmente con nosotros. Sam no había podido asistir regularmente a los servicios en casi dos años y sólo podía escucharlos por medio de una conexión telefónica. Desde que pudo regresar ha estado muy ocupado tratando de ponerse al día con el compañerismo y la relación con los hermanos. Durante dos años, Sam sufrió muchas pruebas y tribulaciones, pero en todas ellas demostró una gran fe y ha sido un gran ejemplo para el resto de los hermanos.
El 18 de febrero de 2010, mientras estaba trabajando en una fábrica de papel, Sam inhaló ácido sulfúrico¾un químico muy fuerte. Fue un milagro que sobreviviera a este accidente, pero su condición se fue deteriorando progresivamente¾especialmente su respiración, con un volumen pulmonar de sólo 40% de capacidad. Le diagnosticaron un caso grave de síndrome de disfunción reactiva de vías respiratorias con cicatrices en la parte superior del tracto respiratorio, problemas de restricción y obstrucción. Desde el accidente, Sam ha tenido muchos problemas de salud y recaídas, incluyendo una falla cardíaca congestiva, debida a los líquidos originados por el daño que sufrió en sus pulmones.
Gracias a Dios, las cosas están empezando a mejorar para Sam y su familia. La fe que Sam tiene en Dios lo ha mantenido fuerte. Cuando le preguntaron qué era lo que le había ayudado en esta prueba, él respondió: “La dependencia total de Dios. Aprender a luchar y no rendirme nunca; perseverancia. Estoy luchando para poder envejecer y ver a mi esposa e hijos crecer”.
El respaldo que ha recibido de los hermanos también ha sido esencial en esta prueba: “Saber que los hermanos están orando por mí. Saber que le importo a la familia de la Iglesia y me ama a mí y a mi familia. Confiar en los miembros a mí alrededor no sólo a nivel físico sino también a nivel espiritual. El ánimo, amor y preocupación de los hermanos en todo el mundo me ha conmovido inmensamente en muchas ocasiones”.
Sam es muy apasionado acerca de Dios, la verdad de Dios y los hermanos. “Mi Dios y Creador y mi hermano mayor Jesucristo me han dado la fuerza para poder mantenerme. El estudio de la Biblia y muchos milagros físicos que Dios ha hecho en mi vida en los últimos dos años y medio me han aumentado la fe”.
Aunque no ha podido servir en las áreas que estaba acostumbrado a hacerlo en la congregación, tales como dirección de himnos, él todavía es un ejemplo de servicio al dar ánimo y consejo a los hermanos. A Sam le encantan los niños y ayuda mucho con los jóvenes en la congregación.
Sam reflexiona: “Mi vida y la vida de mi familia han cambiado por completo. Ahora vemos la vida de una forma distinta. Ya no damos las cosas por sentado. Hemos aprendido que Dios está en control de todo, y que nosotros los seres humanos no controlamos nada. Tenemos que depender totalmente de Él¾porque no sabemos lo que el futuro nos deparará¾manteniendo una actitud positiva con respecto a nosotros y a nuestros hijos. Hemos aprendido a vivir día a día. Planeamos, pero no hasta el más ínfimo detalle. Como dice en Proverbios: el hombre hace planes, pero es Dios el que dirige sus pasos. Físicamente ya no puedo hacer lo que antes hacía”.
Sam tiene el mismo consejo para los hermanos que están pasando por momentos difíciles. Él dice: “Manténganse enfocados en Dios y en su plan de salvación. Cuando quitamos nuestros ojos de Dios, nos hundimos de la misma forma en que Pedro se hundió cuando quitó sus ojos de Jesucristo. Lea Proverbios, Salmos, Eclesiastés, porque allí encontrará todo lo que le está pasando y también las respuestas. Se sentirá animado e inspirado por la Palabra de Dios. Ore pidiendo fortaleza para perseverar y misericordia para poder triunfar en la prueba. Dios escucha y lo va a ayudar. Puede ser en el último minuto, pero lo hará.
Tendrá cicatrices de la batalla; pero mantenga la armadura puesta y nunca se rinda. Nunca deje de pelear. Aférrese a Dios y a Jesucristo. Mire a su alrededor y vea la belleza de la creación de Dios y la majestad que hay allí, y usted se dará cuenta que Dios es quien controla todo. No importa cuánto empeoren las cosas, busque formas de servir a otros y animarlos, ya sea dentro o fuera de la Iglesia. Deje que su luz brille. Sienta gozo cuando esté pasando por varias pruebas. Piense en cada prueba como una experiencia de aprendizaje, y aprenda algo de ella”.
—Por James Osborne