Mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de realizar el cuarto viaje de doce días a Nicaragua, Costa Rica y David, Panamá. ¡Cumplimos lo prometido! Pasamos un sábado en Nicaragua con Yadira Pérez y su hija, Cesia.
Ella y su familia estuvieron muy contentos y animados. Nos reunimos cinco adultos y un niño de diez años. Sus nombres: Yadira Pérez, Cecia Muñiz, su nieto Klimber Muñiz, el señor Eliseo Centeno, mi esposa, Herlinda, y yo.
A las diez de la mañana iniciamos un estudio bíblico, hablamos sobre cómo observar el día de reposo. Ellos leían las citas bíblicas y después venía el comentario.
Me alegró mucho que el nieto de Yadira me encontrara una cita bíblica. Le pedí que la leyera porque estaba atento, escuchando. Buscó solito en la Biblia Ezequiel 20:10-12. Y la encontró. Leyó muy bien. Es un niño inteligente. Yo a su edad no la hubiera encontrado.
Hubo preguntas. Almorzamos juntos. Hablamos del viaje para asistir a la Fiesta de los Tabernáculos. Me indicaron que viene Yadira, su hija y su nieto. Pasamos un tiempo muy agradable con ellos. En la tarde tomamos café y probamos un pedacito de quesadilla de Asunción Mita.
Hablé por teléfono con el señor Otto Koller. Él tenía todo el deseo de estar en la reunión con nosotros, pero el viernes anterior sintió unos mareos y no se sentía seguro de manejar su vehículo. Le dejé un paño ungido.
Pasamos a Costa Rica, luego a David, Panamá. En realidad viajamos hasta Boquete, una hora más de camino. En total fueron nueve horas y media de viaje. Nos agrada visitar y saludar personalmente a los miembros de la Iglesia en su casa. Es una forma efectiva de mostrar afecto por ellos.
Hablamos con Francisco Santamaría y su hermano Efraín. Pasamos dos días con ellos, porque era otra promesa ofrecida, pues durante el viaje anterior no pudimos entrar a Panamá. Había problemas en la carretera por una protesta.
Ellos están bien, mantienen buen ánimo a pesar de la distancia en que se encuentran. Se apoyan mutuamente como hermanos y Dios los cuida y los protege.
Tuvimos un estudio bíblico sobre el propósito de las fiestas de Dios. Comenzamos a las once de la mañana y terminamos a las dos de la tarde. Ellos tenían preguntas para hacer.
Francisco viajará a Antigua Guatemala, para celebrar la Fiesta de las Cabañas. Va a renovar su pasaporte a tiempo, para no tener problemas en la aduana como la vez anterior.
El viernes 10, regresamos a Costa Rica para pasar el sábado 11 con los miembros de la Iglesia. Fue un día especial, para recordar. Nos reunimos en McDonald, Plaza de la Cultura. Nos permitieron hacerlo en la planta alta, en privado.
Fue algo que yo lo pedía a Dios en oración. La atención fue magnífica. Eliminaron la música que usualmente conectan para que escuchen sus clientes. Colocaron un rótulo indicando la privacidad de la reunión. No recibieron pago ni propina. Yo quise hacerlo, pero el joven encargado me devolvió el dinero.
Estuvimos reunidos siete adultos y dos niños; nueve personas. El señor José Bolaños, su esposa Nitzia y sus dos pequeños hijos. Nuria García; Jullian Weston con Miriam, su esposa; y nosotros dos. Gerardo Zárate y su esposa no pudieron asistir por quebrantos de salud. Ellos, según entiendo, desean estar en la Fiesta en Antigua Guatemala.
Todos quedamos complacidos de la reunión y del estudio bíblico. Hablamos sobre el propósito del día de reposo, enfatizando las promesas que Dios nos hace si somos obedientes y mencionando el mal que nos espera si terminamos haciendo nuestra voluntad en el día santo.
En la tarde visitamos al señor Mark Allen, él es un miembro de la Iglesia que vive solo en Costa Rica. Le falta una pierna, la izquierda. Espera una operación. Tiene problemas de visión en su ojo izquierdo. Recibió una unción. Estudió en Ambassador un año. Conoce a don Saúl Langarica.
Sentí la satisfacción de abrir y mostrarle la página de la Iglesia en su computadora: www.lifehopeandtruth.com. Él se mostró alegre y agradecido. Me acompañó el señor Jullian Weston, quién tradujo la oración de español a inglés.
También le mostré la página de Chile; se quedó emocionado. Ya para despedirnos, me dio la mano tres veces. Le dejé mi dirección electrónica y él me dio la suya, para comunicarnos. Yo espero verlo en el próximo viaje, en la reunión del día de reposo, con la ayuda de nuestro gran Dios.
De regreso, volvimos a pasar por Nicaragua para saludar a Yadira Pérez. Ella nos entregó dos cartas para traer. Lo hacemos con gusto. Las fotografías se las debemos para el próximo viaje.
Los planes con varios de los miembros de la Iglesia son vernos en Antigua Guatemala, para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos y el Último Gran día. Le pedimos a Dios su ayuda para que así sea. ¡Gracias por sus oraciones!
—José Eleodoro Ávila