La iniciativa de este viaje surgió desde el año pasado y poco a poco con la ayuda de Dios se logró armar la logística para realizar el viaje. Se estableció que el mismo sería el 10 de marzo de 2012.
Llegado el día, todos los hermanos nos reunimos a las 6:30 de la mañana en el lugar acordado para abordar el autobús que nos llevaría hacia Asunción Mita, Guatemala para compartir el día santo con nuestros hermanos de la zona oriental de dicho país. El viaje fue placentero y no hubo problemas en el camino ni en la frontera.
Una vez en Asunción Mita fuimos recibidos cordialmente por nuestros hermanos de Guatemala que nos esperaban muy contentos. Los servicios fueron realizados en la casa de nuestro ministro, el señor Eleodoro Ávila, quien de manera muy cálida nos recibió en su hogar.
Tuvimos dos excelentes sermoncillos, uno fue dado por nuestro diácono local, el señor José Antonio Orellana y el otro por el doctor Milovan Chicas, miembro de la congregación de Asunción Mita. Estos mensajes fueron muy inspiradores y nos recargaron las baterías para las fiestas de Pascua y Panes Sin Levadura que están por venir.
Durante los servicios tuvimos la bendición de poder escuchar el coro de la congregación de Jutiapa, Guatemala con un himno muy inspirador dirigido por el señor Gilberto López.
Una vez terminados los servicios pudimos compartir un rico almuerzo con abundantes alimentos y sobre todo compartimos como familia este lindo tiempo que Dios nos había regalado. Luego del almuerzo, nuestro ministro nos instruyó con un estudio en donde platicamos acerca de la Noche de Guardar. Este estudio estuvo muy interesante, pues pudimos conocer de mejor manera la importancia de guardar este día y el significado del mismo como pueblo de Dios.
Pasadas las tres de la tarde emprendimos nuestro viaje de regreso a El Salvador con la alegría de haber compartido un buen sábado con nuestros hermanos del oriente de Guatemala y con el deseo de que esta experiencia se repita lo más pronto posible. Al final nos quedó la grata sensación de saber que no importa de dónde seamos o donde vivamos la comunión como hermanos se siente pues el compartir algo tan lindo como la verdad de Dios nos une y nos hace sentirnos muy cerca.
Los servicios fueron transmitidos por Internet y se conectaron una o dos personas de los Estados Unidos, una o dos personas de Chile, y ocho o nueve grupos de miembros de la Iglesia en Guatemala. La asistencia de miembros de El Salvador fue 40 adultos y tres niños, para un total de 43 personas; de la parte oriental de Guatemala, fueron 38 adultos y 20 niños, para un total de 58 personas. En total estuvimos reunidos 78 adultos y 23 niños, sumando por todos 101 personas.
Almorzamos todos juntos, abundó la comida, el coctel de frutas y los salpores o panecillos de arroz. Según el sentir general, la reunión fue una bendición de Dios que todos compartimos.
— Carlos Manuel Méndez Torres