Huaraz, hermosa ciudad localizada a 400 km. al noreste de Lima, ubicada a una altura de 3.050 metros sobre el nivel del mar, cercana a imponentes nevados, hermosas lagunas y destino turístico importante en Perú, fue la sede de las charlas de liderazgo y servicio que organizó la Iglesia de Dios de Perú, y que estuvieron a cargo del pastor de las congregaciones en Perú, el señor Manuel Quijano.
Los encargados de servir a la Iglesia de Dios en las ciudades de Lima, Arequipa y Trujillo llegaron el viernes 26 de julio por la tarde y fueron recibidos por sus compañeros en esta labor de la Iglesia en Huaraz.
El sábado 27 de julio asistieron a los servicios juntamente con los hermanos de esa ciudad (Huaraz tiene una congregación con una asistencia media de 30 personas). Toda la congregación local estuvo muy feliz de tener a los hermanos que vinieron de otras ciudades y se lo mostraron también a la hora del almuerzo con un delicioso carnero asado que mandaron preparar para la ocasión.
El domingo 28 de julio amaneció con un hermoso cielo azul despejado y un sol radiante, luego de un rico desayuno con panes y productos de la región, nos dirigimos hacia la sala de reunión ubicada a dos cuadras del lugar para dar inicio a las charlas.
Entre las muchas cosas que quedaron grabadas en nuestra mente ese día, está el hecho de que “la fuente de nuestro servicio tiene que tener dos bases sólidas: primero, un amor total e incondicional a Dios; y segundo, un profundo amor por las personas a quienes servimos”.
También que “como líderes en nuestras localidades no debemos olvidar que tenemos un Líder que es Jesucristo y a quien le pertenecen las ovejas”, a quienes debemos ayudar a completar su carrera, aprendiendo permanentemente la mejor manera de hacerlo.
Al culminar las charlas del día y antes de la cena, algunos aprovecharon para dar un corto paseo por la ciudad.
El segundo día de charlas, el lunes 29 de julio, igualmente con un bello cielo azul, un sol radiante y con dos bellos copos de nube de un blanco muy brillante en el cielo, iniciamos nuevamente las actividades.
Ese día recibimos mucha instrucción, destacando: “El rol de la mujer en la Iglesia” y su fundamento bíblico; “La importancia de tener y construir matrimonios que constituyan un ejemplo para la congregación”; “Debemos desarrollar discernimiento para proteger la Iglesia” y muchos temas concernientes a “Los servicios de los sábados”.
El último día, en Huaraz (martes 30 de julio), estaba reservado para un día inolvidable en nuestras vidas: un paseo a uno de los lugares más hermosos y emblemáticos de la región: la Laguna de Llanganuco a 3.850 metros sobre el nivel del mar, al pie del nevado Huascarán.
Muy de mañana, los asistentes a las charlas y los hijos de algunos de ellos partimos hacia dicho lugar, deteniéndonos en parajes hermosos para tomar fotografías y contemplar la hermosura y la majestuosidad de la creación de Dios. Así pasamos el día, nos paseamos en bote, recorrimos algunos senderos, tomamos muchas fotografías y luego regresamos al hospedaje, no sin antes almorzar, cerca de las 3 de la tarde en una localidad cercana y regresar esa noche cada uno a su ciudad muy motivados e inspirados.
—Por Carlos Saavedra