Del 10 al 14 de julio del presente año se llevó a cabo en México el Campamento de Jóvenes de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial. Dicho evento tuvo lugar en las instalaciones del balneario Gogorrón, en la ciudad de San Luis Potosí, México.
La asistencia al campamento fue de 38 jóvenes en total, sin contar a las personas del ministerio y padres de familia que lo hicieron posible. Para esos días se planearon actividades tanto deportivas como recreativas, con el propósito de fomentar la convivencia entre los jóvenes de la Iglesia y forjar el carácter de Dios.
El primer día tuvimos actividades de integración por equipos, con la intención de estudiar un poco más sobre temas bíblicos. Posteriormente comimos juntos y tuvimos una plática del Sr. Alberto González sobre el tema de las adversidades.
El programa nos dio tiempo para nadar y jugar al futbol, hasta que la lluvia interfirió con el resto de las actividades que se tenían planeadas para esa tarde. Esto hizo que tuviéramos que pasar un rato sacando el agua de las casas de campaña, aunque afortunadamente no impidió que cenáramos y siguiéramos conviviendo durante el resto de la tarde-noche.
El segundo día Dios nos ayudó con buen clima para continuar con más actividades. Después del almuerzo, tuvimos una plática del Sr. Lauro Roybal sobre la sexualidad, seguida por otra dinámica en equipos, eventos deportivos y actividades en las piscinas.
Después de tener la comida en la tarde partimos a San Luis Potosí—donde los hermanos nos hospedaron una vez más.
El día sábado asistimos a los servicios, comimos juntos y tuvimos un baile en la noche. El domingo tuvimos la actividad de clausura en el parque Tangamanga con dos pláticas más. La primera fue dada por Gad Sainoz y la segunda por Daniel Martínez, en ellas se hablaron acerca de hacernos de un buen nombre y sobre lecciones y experiencias del campamento respectivamente.
Además de la comida que tuvimos ese día, hubo personas que jugamos futbol (una vez más) y futbol americano. Otros se animaron a jugar partidas de dominó, bailar el aro o simplemente disfrutaron la tarde bajo la sombra de un árbol.
A todo esto, y haciendo referencia al tema de Daniel en su última plática: ¿qué es lo que cada uno se lleva al final de este campamento? Sin duda, lo que marcó una diferencia este año fue la unidad que todos demostraron a lo largo del evento.
Hay una frase de Juan Donoso Cortés que dice: “Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos”, y realmente creo que la unidad hizo que este campamento fuera el mejor para todos.
Gracias a Dios por el campamento, la convivencia, y la protección que nos dio. Gracias a todos los hermanos que nos hospedaron tan cálidamente como siempre lo hacen, y gracias a todos los campistas por poner de su parte y marcar una diferencia este año.
—Por José Gustavo Elizondo