Cuando me encontré por primera vez con Tha Sein, estábamos en el ejército de liberación nacional de Karen, en Burma. Cuando los cuarteles centrales del 20avo batallón enviaron nuevos refuerzos a mi 4ta división, Tha Sein era uno de los cuatro soldados nuevos. Cuando lo vi, él se me acercó y me dijo, “Tío, ¿me puedo quedar con usted en sus cuarteles?”. Cuando lo miré sentí que su cara parecía muy honorable y sincera. Le respondí que sí, que si lo aceptaba. Desde ese día de junio de 1981, él sirvió como intendente en mi compañía. Entre sus labores estaban ayudar a las necesidades del equipo de radio comunicaciones, equipo médico, equipo de la oficina, almacén de municiones de armas, el equipo de armamento pesado, equipo de inteligencia, equipo detector de minas, servicios de suplementos de alimentos, y equipo de transporte. Él era leal, honorable y valiente; y el perseveró en sus labores. Llegué a confiar en él y a quererlo como a un hijo.
Cuando me casé con Elizabeth en 1984, Tha Sein comenzó a trabajar para mi familia. Cada proyecto en el que él participó para ayudar a mi familia, siempre tuvo progreso y desarrollo. Su inclinación natural a ayudar y a servir hizo que mi esposa y yo llegáramos a confiarle todo. Él se casó con Mu Mu en julio de 1989, y tuvieron dos hijos, Isabella y Eh Mo Dah, mientras estaban con mi familia. Desafortunadamente, como resultado de los conflictos con el ejército nacional de Karen en 1995, él y su familia tuvieron que devolverse al territorio del ejército budista. Desde ese momento nos separamos y no pudimos volver a reunirnos. Mientras vivieron en el territorio budista, tuvieron otros dos hijos, Doh Htoo y Doh Say.
En 2001 Tha Sein se puso en contacto conmigo porque alguien utilizó mi nombre para acercarse a él y lo torturó y le robó. Ya no era seguro para él ni para su familia seguir viviendo en el área del estado de Karen y le aconsejé que se fuera para la frontera de Thai-Burma y viviera en un campo de refugiados llamado Mae La Camp.
En esa época mi familia y yo estábamos en Chiang Mai, Tailandia, y estábamos en el proceso de recibir el estatus del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados en Bangkok, para reestablecernos en los Estados Unidos. Mi hermano y mi cuñada, Thomas y Esther Ko, patrocinaron a mi familia y llegamos a Chapel Hill, Carolina del Norte, el 4 de junio de 2004.
Cuando llegamos a los Estados Unidos traté de ponerme en contacto con Tha Sein y Mu Mu, pero no tuve éxito sino hasta junio de 2007. Cuando él y su familia llegaron al campamento de refugiados, le pedí a Tha Sein que se presentara para el programa de reasentamiento, y pude patrocinarlos. Tha Sein, Mu Mu y su familia cumplieron todos los requisitos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para refugiados y la entrevista de la embajada de Estados Unidos, para reestablecerse en los Estados Unidos. La familia de Tha Sein se fue de Tailandia y llegó a Carolina del Norte el 30 de enero, 2008.
Cuando ellos llegaron, les pregunté acerca de su religión. Al crecer, el ancestro religioso de Tha Sein era la adoración tradicional animista de Karen. Pero, Tha Sein y Mu Mu dijeron que ellos ahora querían ser cristianos tal como lo era mi familia. Mu Mu me habló acerca de su hija, Isabella, que había estado estudiando en la escuela de bachillerato Bautista Cristiana en Mae la Camp. Sus amigos eran adventistas del séptimo día, y ellos la invitaron para que se bautizara en su iglesia. Cuando ella le preguntó a su madre, Mu Mu le respondió que ella no debería bautizarse sin haber visto primero a su abuelo “Jack”.
En febrero de 2008 comenzamos un estudio bíblico todos los viernes por la noche, comenzando a partir de Génesis y estudiando un capítulo cada semana. Su familia comenzó a asistir a la congregación de Raleigh, Carolina del Norte con mi familia, y ellos comenzaron a aprender seriamente acerca de las leyes de Dios, los días santos, el sábado, los 10 mandamientos, las leyes acerca de los alimentos y el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Después de dos años, ellos comenzaron a estudiar las creencias fundamentales de la Iglesia con nuestro ministro, con mi cuñado Thomas Ko sirviendo como intérprete. Ellos terminaron de estudiar este folleto y estaban muy interesados y obedecían las leyes de Dios. Además, comenzaron a diezmar y han asistido a la Fiesta de Tabernáculos todos los años desde el momento en que llegaron.
Un día Mu Mu habló con sus hijos y les dijo que ella había estado pensando en la época de su vida en que había adorado una imagen que había sido tallada por un hombre. Ella resaltó el hecho de que su adoración había sido en vano. Tha Sein dijo que durante cinco años había estado tratando con todo su corazón de obedecer las leyes de Dios, confiando en que Él podía ver su corazón. Él empezó a decir que quería ser bautizado.
Pensé que debía hablar con nuestro ministro acerca de sus intenciones; ¡si no lo hacía, su pecado estaría sobre mi cabeza! Así que hablé con nuestro pastor, Ron Kelly, y delineamos un plan para ayudarlos en su consejería para el bautismo ya que ellos no podían hablar inglés. Por la bendición de Dios, Tha Sein y Mu Mu pudieron ser bautizados y recibir el Espíritu Santo el 26 de abril, 2012.
Actualmente, Tha Sein y Mu Mu están trabajando en los mismos empleos que tuvieron desde que llegaron a los Estados Unidos. Ellos eran diferentes de aquellos que vienen usualmente y trabajan el sábado. Ellos evitaron esta situación a medida que Dios estaba con ellos. Ahora ellos se sienten satisfechos con sus ingresos; y tienen un jefe que los aprecia, respeta y siente mucha empatía por ellos. Tha Sein ha desarrollado habilidades como carpintero, albañil, pintor; ha aprendido a recortar, a hacer molduras de corona, zócalos y las labores de jardinería. Su supervisor continúa enseñándole más habilidades en carpintería. En cuanto a Mu Mu, ella trabaja como empleada doméstica, y está progresando en sus habilidades en la limpieza y con el idioma inglés. Afortunadamente su jefe los entiende bien y les da permiso cuando ellos necesitan asistir a las fiestas anuales de Dios y también al sábado semanal.
Es obvio que después de recibir el verdadero Espíritu de Dios y sus bendiciones, su madurez y crecimiento espiritual se han incrementado. Ellos están satisfechos con su vida actual y están muy contentos de haber sido bautizados y ser miembros de la Iglesia de Dios. CA
—Por Jack AungMin