Durante el ciclo 2012-2013 del Club de Oratoria de la Ciudad de México, y luego de seis sesiones regulares del mismo, siete integrantes participaron en la primera actividad que tuvo lugar en el centro histórico del Distrito Federal, el domingo 26 de mayo.
El recorrido se inició en el Palacio de Bellas Artes, lugar donde tuvimos la oportunidad de conocer la arquitectura, diseño, historia y exposiciones que en el momento se efectuaban en uno de los lugares más emblemáticos de la capital mexicana, además de enterarnos que transcurrieron 30 años desde el inicio de su construcción hasta la culminación e inauguración.
Asimismo, recorrimos la Alameda Central, un espacio conformado por fuentes y jardines que durante varios siglos ha sido un lugar donde confluyen artistas, intelectuales, vendedores y ciudadanos de todos los estratos sociales.
Visitamos el Museo de Memoria y Tolerancia, donde la historia de los Genocidios de la Humanidad se hace presente en un recorrido de más de dos horas que bien vale la pena realizar a fin de ser testigos a la distancia de que Auschwitz no es en absoluto el asunto privado de los judíos esparcidos por el mundo, sino el acontecimiento traumático de la civilización occidental que debe llevarnos a la reflexión a fin de actuar por nuestro propio bien, ya que no hace falta ser víctima destrozada de la guerra de los Balcanes ni un somalí afectado por la hambruna o judío confinado en un gheto, para que el grito de dolor del mundo alcance a la persona y para que reconozcamos en él nuestra propia voz de dolor.
Como miembros del Club de Oratoria y líderes en la Iglesia de Dios y futuros miembros de la familia de nuestro Creador, conocer las manifestaciones bélicas del pasado y el presente deberán ayudarnos para que reconozcamos las limitaciones que tenemos como género humano y la gran necesidad que la humanidad tiene de nuestro gran Dios.
En palabras de nuestro ministro y director del club, el Sr. Pablo Dimakis Santín: “El recorrido por este museo resultó sumamente interesante y conmovedor. Nos hizo recapacitar en los terribles acontecimientos que aún nos esperan en el futuro cercano, cuando dé inicio la Gran Tribulación.”
En definitiva, un aprendizaje aleccionador que tuvimos oportunidad de realizar en compañía de nuestros hermanos miembros del Club de Oratoria de la Ciudad de México.
—Por Jorge Iván Garduño