Cada mes, esta columna está apartada para mí, para que escriba del tema que quiera. Yo siempre tengo la esperanza y oro constantemente pidiendo que no lo haga según mi perspectiva sino según la perspectiva de Dios. Lo que yo piense o cómo me sienta es insignificante si no está de acuerdo con lo que Dios piensa y siente. La vida cristiana es realmente llegar a estar de acuerdo con Dios. Es una experiencia de aprendizaje y crecimiento. Ninguno de nosotros puede decir que ha alcanzado la perfección, pero siempre debemos estar intentándolo.
Este mes tiene como punto central el Día de Pentecostés. Fue este día, casi 2000 años atrás, el que marcó el comienzo de la Iglesia del Nuevo Testamento. No fue el comienzo de la obra de Dios en la Tierra. Sabemos que antes de “la fundación del mundo”, Dios había determinado que Jesucristo vendría a esta Tierra para dar su vida por la humanidad (Apocalipsis 13:8). En este sentido, usted puede decir que la obra de Dios siempre ha estado en acción, pero un cambio importante ocurrió en el Día de Pentecostés del año 31 d.C. La Iglesia que conocemos comenzó ese día, sólo pocas semanas después de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Si usted pudiera regresar a esa época y experimentara lo que aquellos primeros miembros experimentaron, ¿a qué se parecería? Hechos 2 registra la historia de ese Pentecostés. Encontramos una descripción de la Iglesia en los versículos 41 al 47, tal como era en aquellos días.
Aquí hay algunas descriptivas frases registradas por Lucas acerca de aquel momento: “recibieron su palabra… Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona… y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo… comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo”. He subrayado unas pocas palabras de las que Lucas utilizó para describir la primera congregación.
Si usted fuera a describir la congregación ideal de la Iglesia en la actualidad, ¿cómo sería? Creo que todos estaríamos de acuerdo en que no sería un error si repitiéramos la descripción que encontramos en Hechos 2. Uno podría decir que en los últimos casi 2.000 años, el pueblo de Dios ha estado tratando de cumplir con esa descripción de la Iglesia. Quisiera animarlos a todos a continuar luchando por ser como esa Iglesia primitiva, a medida que celebramos otro día santo, aproximadamente 1983 años después de su comienzo.
¡Quisiera desearles que tengan un maravilloso Día de Pentecostés! Que Dios los bendiga a ustedes y a sus familias y que ustedes continúen respaldando nuestros esfuerzos por predicar el evangelio (buenas noticias) a un mundo enceguecido espiritualmente. Y por favor oren para que Dios llame más personas para que sean parte de este organismo espiritual tan especial —¡La Iglesia de Dios!