El 1 de enero de 2014, comenzamos un nuevo año fiscal en la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial. En noviembre, la administración presentó el plan estratégico, el plan operativo para Medios de Comunicación y Servicios Ministeriales, y el presupuesto para 2014. Al planear para el futuro, las organizaciones y las personas necesitan tener una visión y una misión. La declaración de la misión define más o menos en un párrafo, la razón por la cual existe la entidad. Abarca su filosofía, metas, ambiciones y valores. Una declaración de la visión identifica lo que a la compañía le gustaría alcanzar o llevar a cabo.
Creo que todos estamos de acuerdo en que Dios nos ha dado a nosotros, individual y colectivamente, una misión y una visión. La misión de la Iglesia es predicar el evangelio del Reino de Dios a todo el mundo, mientras enseña y cuida de los discípulos que Dios decida llamar. La misión está resumida en Mateo 24:14 y Mateo 28:19. Nuestra visión es similar —somos el “cuerpo de Cristo” (1 Corintios 12:27) y nuestro futuro es convertirnos en la novia que se casa con Jesucristo a su regreso. Somos descritos como alguien vestido de lino fino, que representa las “acciones justas de los santos” (Apocalipsis 19:8).
Uno de los asuntos identificados en el plan estratégico de 2014 fue el carácter único de las fiestas de Dios y cómo podemos utilizar nuestro entendimiento de estos días para ser más efectivos en su obra, explicando lo que creemos y expandiendo nuestra misión y visión. Al observar estas celebraciones anuales cada año, volvemos a revivir el plan de salvación de Dios. Cada ser humano tiene un lugar en este plan, y las fiestas nos recuerdan la verdad de Dios anualmente. En el mundo actual hay muchas personas que guardan el sábado en todo el mundo, pero sólo un pequeño porcentaje de estas personas que guardan el sábado celebran los días santos. Y de esos que guardan el sábado, aun un porcentaje más pequeño, entienden el significado de las fiestas y cómo éstas representan el plan de salvación de Dios.
Espero que todos seamos conscientes del maravilloso entendimiento que tenemos. Ésta es una de las enseñanzas que debemos: “Proclamadlo desde las azoteas” (Mateo 10:27). En el plan estratégico de 2014 deseamos enfocarnos más en las fiestas y su significado y cómo éstas se relacionan con nuestro viaje hacia el Reino de Dios. Los días santos proveen una maravillosa forma de explicar brevemente las principales enseñanzas de la Iglesia. Si usted lo analiza, virtualmente todas nuestras doctrinas pueden ser explicadas a través del entendimiento de las fiestas. Cielo, infierno, salvación, pecado, arrepentimiento, bautismo, profecía, las resurrecciones, el destino de Satanás, el Espíritu Santo, el sacrificio de Cristo y muchas otras más se encuentran en el significado de estos días.
Las fiestas nos enseñan que parte de la planeación para el futuro es identificar los eventos principales que van a ocurrir. En los negocios, uno trata de predecir cuándo ciertas tendencias van a afectar su compañía. En la Iglesia, utilizamos las fiestas para recordarnos nuestro futuro. Cada año hacemos lo mejor que podemos para esbozar un plan financiero que nos ayude a cumplir la misión que Dios nos ha dado en su Palabra. Al hacerlo así, queremos mantener en mente la visión que Dios nos ha dado. En ninguna otra parte se nos explica tan claramente esta visión como en los días de fiesta anuales. Todavía estamos a unos meses de la Pascua, pero nunca es demasiado pronto para empezar a planear para el futuro.