Una de las más grandes satisfacciones de mi trabajo es visitar a los miembros. En el mes de enero, Sharron y yo visitamos cuatro congregaciones diferentes en un período de cuatro semanas. El sábado 10 de enero estuvimos en Dallas, Texas. El sábado 17 de enero estuvimos en ciudad de México. El sábado 24 de enero estuvimos en Barbados. Y el 31 de enero estuvimos en Austin, Texas. En el mes de enero, visitamos aproximadamente 500 hermanos en cuatro congregaciones, en tres países distintos.
Cuando viajo a una congregación local, encuentro que los hermanos son cálidos y amistosos; y ellos siempre me hacen sentir bienvenido. Espero que todos los que visitan una de nuestras congregaciones, tengan la misma experiencia. En el segundo capítulo de Santiago, se habla del tema de la parcialidad en la congregación (Santiago 2:1-4). Santiago utiliza el ejemplo de un hombre vestido con ropas espléndidas y otro hombre con “vestido andrajoso”, para ilustrarlo. La lección no es acerca del vestido para el sábado, sino que debemos mostrar el mismo respeto y amor por todos, sin parcialidad y sin hacer diferencias según su posición económica.
El finado John R. W. Stott escribió un libro en 2003, llamado: Lo que Cristo piensa de la Iglesia. Está basado en los mensajes a las siete Iglesias de Apocalipsis 2 y 3. A partir de estos mensajes, Stott construyó un modelo de cómo debería ser la Iglesia. Este modelo nos muestra una congregación local celosa, amorosa y doctrinalmente pura.
En su introducción, Stott dijo refiriéndose a Jesucristo: “¿Entonces cuál es su visión de su Iglesia?”. En su libro él tomo un aspecto especial de cada uno de los mensajes para definir siete señales de una Iglesia verdadera y viviente, que en conjunto, nos dice lo que Cristo piensa de su Iglesia, lo que es y lo que debería ser.
Creemos que Apocalipsis 2 y 3, nos dan una perspectiva profética de la Iglesia a través de los siglos, pero no debemos olvidar que ésas fueron congregaciones reales y que esos mensajes fueron escritos como una advertencia para la Iglesia en todos los tiempos —y especialmente en el tiempo del fin. El primer mensaje a Éfeso nos advierte acerca de cómo “perdieron su primer amor” y en el mensaje final a Laodicea nos advierte acerca de la complacencia. Ambos hablan del mismo tema, pero desde perspectivas diferentes.
En las Escrituras, vemos la congregación ideal como un grupo de personas amorosas y dedicadas, que les dan la bienvenida a los visitantes. ¿Cómo estamos nosotros si nos comparamos con este modelo en la actualidad? Probablemente no tenemos muchos visitantes de un sábado al otro, pero, ¿qué ocurriría si esto cambiara? El año pasado tuvimos 2,6 millones de visitantes a nuestro sitio en la red LifeHopeandTruth.com, un aumento de 450 por ciento con respecto a 2013. ¿Cómo llegarán a asistir a los servicios? Sencillamente no lo sabemos. Esto está fuera de nuestro control, pero la forma en que tratemos a estos visitantes sí está en nuestras manos en gran medida.
Me pregunto qué pensaría Cristo si Él viniera a visitar una de nuestras congregaciones locales. ¿Encontraría un grupo amistoso, dedicado a adorar a Dios? En realidad no necesitamos preguntarle a Cristo qué piensa de la Iglesia; podemos leerlo en los mensajes a las siete Iglesias en Apocalipsis. La pregunta real es si nosotros, semanalmente, ¿estamos viviendo de acuerdo con los altísimos estándares establecidos por Jesucristo, la verdadera cabeza de la Iglesia? Nuestra esperanza es que todas y cada una de las congregaciones sea un lugar de gozo, calidez y entusiasmo, en donde los visitantes y los miembros se sientan bienvenidos.
Jim Franks
Presidente de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial