La graduación de la promoción de 2016 del Instituto de la Fundación es el reflejo de un año en el que se ha construido el fundamento.
Por Jennifer Bowman
Otra promoción más sale a practicar lo que le ha sido enseñado en el Instituto de la Fundación.
Con risas, lágrimas y planes para una reunión futura, los estudiantes terminaron su último día de clases el 12 de mayo de 2016, y compartieron un fin de semana de compañerismo, comida y muchas fotos con sus amigos y familiares.
El fin de semana comenzó con una reunión social en la que compartieron helados el viernes por la noche. Esto les dio a los estudiantes la oportunidad de reunirse con los miembros de su familia para la graduación. Las familias también tuvieron la oportunidad de conocer el salón de clases del Instituto de la Fundación. Los servicios del sábado fueron muy especiales, con una música especial que estuvo a cargo de algunos de los graduados y después refrescos y bebidas.
El momento culminante del fin de semana fue cuando los 14 estudiantes recibieron los diplomas por los cuales habían trabajado tanto durante todo el año. Ese momento resumía un año de arduo trabajo, intenso estudio bíblico, profundas amistades, perspectivas ampliadas, crecimiento personal y muchas cosas más.
Kathy Cochrane había soñado durante 15 años en venir a un programa educativo de la Iglesia, antes de que finalmente se le presentara la oportunidad este año. Ella dijo: “fue como estar sumergida en la Palabra todos los días —viviendo en un lugar donde todos eran de la misma mente, sin preocuparse porque la gente dijera algo ofensivo o sirviera alimentos inmundos. Fue como estar en un ambiente aislado, protegido”.
El Instituto de la Fundación lleva a los estudiantes por un viaje intensivo a través de toda la Biblia, con clases suplementarias de vida cristiana y con oportunidades para servir en la Iglesia. Los estudiantes se fueron del Instituto con miles de notas y resúmenes que los pueden ayudar en su estudio por el resto de su vida.
La clase era inquisitiva y tuvo estimulantes discusiones grupales, y muchas preguntas mantuvieron a sus instructores con bastante trabajo.
Ralph Levy afirmó: “Definitivamente éste ha sido uno de los grupos de estudiantes más brillantes a los que les he enseñado. Tenían preguntas muy interesantes. Me encantó enseñarle a este grupo. Era un grupo pequeño, pero excelente”.
Un más profundo entendimiento de la Biblia es sólo una de las cosas que los estudiantes se llevaron a casa cuando se fueron del Instituto. También aprendieron cómo servir en la Iglesia y cómo participar en proyectos tales como producir un episodio de In Accord, escribir blogs y hacer un anuario. El programa también ofrece muchas oportunidades para que los estudiantes compartan fuera de las clases, lo que crea vínculos que van a perdurar para el resto de su vida.
Sydney Vice vino de Baton Rouge, Luisiana, para asistir al IF y decidió quedarse en el área de Dallas después de la graduación. Ella dijo: “he podido tener amistades más profundas porque he podido compartir más con otras personas en la Iglesia. No soy la persona más abierta de todas, así que reunirme y sentirme cerca de tantas personas del mismo pensar, al mismo tiempo, es algo maravilloso”.
Cuando los estudiantes ya tenían sus maletas listas para seguir y avanzar a otra etapa de su vida, David Johnson los despidió con su discurso de graduación el 15 de mayo.
“Ahora los enviamos a ustedes con la certeza y confianza de que Dios en ustedes hará mucho más de lo que han soñado alguna vez. Ustedes, graduados, son depositarios de un gran tesoro. Tenemos la confianza en que ustedes, con Jesucristo viviendo en ustedes, recibirán finalmente una recompensa inigualable por el tiempo que han compartido con nosotros”.