Doug y Tanya Horchak viajaron a Sudáfrica y Zambia para visitar a la Iglesia y dictar clases a los miembros.
Por Doug Horchak
Mi esposa y yo llegamos al aeropuerto de Tambo en Johannesburgo, Sudáfrica, poco después de las 7:00 a.m. del jueves 28 de abril, y nos encontramos con el pastor Morgen Kriedemann. Habíamos llevado una maleta llena de los manuales del programa para los padres, API, porque era más económico llevarlos así que enviarlos por correo. También pudimos tomar café y hablar por unas horas. Luego tomamos un vuelo de South African Airways para Lusaka, Zambia, que salió a la 1:00 p.m. Kambani y Shirley Banda estaban en el aeropuerto cuando llegamos y nos dieron una cordial y cálida bienvenida.
En visitas anteriores, nos hemos quedado o en la pequeña habitación para huéspedes en el hogar de los Banda o acampando con los hermanos en la propiedad de la Iglesia. En esta ocasión estuvimos en un pequeño hotel en Lusaka. Era muy limpio, seguro y tenía buena comida; sin embargo, debido a una nueva política nacional en cuanto a la energía, sólo había electricidad 12 horas al día —¡y el horario aún era variable! Durante las horas sin electricidad, la población local utiliza inversores de energía, que limitan la energía a las luces y aparatos. No hacen funcionar los aires acondicionados; sin embargo, el clima estaba tan agradable que estar sin aire acondicionado la mitad del día no implicaba ninguna molestia. Además, sólo tuvimos Internet en el hotel cerca de un 30 por ciento del tiempo.
Reunión con los hermanos de Zambia
Al día siguiente —el último día de Panes Sin Levadura— fuimos a la propiedad de la Iglesia y estuvimos todo el día con los hermanos. Fue maravilloso ver a los miembros, muchos de los cuales han asistido a las clases de inglés en el verano en los últimos siete años. Ellos nos saludaron cuando bajamos del automóvil y nos estrecharon las manos y nos abrazaron. En los servicios de la mañana, el señor Banda dio el sermón y después almorzamos. El servicio de la tarde comenzó con la ordenación de Haban Moonga (de Nalubanda) como diácono, y luego yo di el sermón.
A la mañana siguiente, Tanya y yo nos regresamos a Verino (propiedad de la Iglesia) para el sábado. Tuvimos servicios en la tarde, y después un almuerzo en el que comimos cabrito, pollo, nshima (harina de maíz cocida) y cereales al vapor. Tanto en el día santo como en el sábado semanal tuvimos una asistencia de 173 personas.
El domingo, los diáconos y líderes ayudaron a los miembros a desarmar sus carpas y prepararse para salir para sus hogares en Nalubanda, Casumba y Mapoko. Cuando todos los miembros se fueron, tuvimos clases para los diáconos y sus esposas, y otros líderes locales. Cubrí los temas de “Servir en la Iglesia local” y “Escollos en el servicio”. El material de la segunda clase provino de nuestro nuevo programa de entrenamiento de liderazgo, que está siendo desarrollado por nuestros pastores alrededor del mundo. Con el tiempo que nos tomó cubrir estos temas, responder preguntas y tener una mesa redonda de discusión, casi llegamos al anochecer. Sin embargo, las clases fueron interrumpidas por un delicioso almuerzo preparado por la señora Banda y otras damas.
El lunes estuvimos buena parte del día con los Banda y los acompañamos a Chongwe a visitar a un niño que estuvo muy enfermo ese domingo y lo habían tenido que llevar al hospital rural. Jonathan Ndiya, de siete años de edad, había tenido una fiebre muy alta por espacio de dos noches, pero estaba mejor cuando lo vimos el lunes por la tarde. Fue bueno poderlo visitar a él y a su padre. Compramos varios alimentos y se los llevamos antes de partir, porque en el hospital no les dan comida a los enfermos. Mientras estábamos allí, Shirley Banda ayudó a una madre a consolar a su bebé (que tenía un absceso en su pequeño ombligo), mientras la madre buscaba una enfermera. Tanya tuvo la oportunidad de sostener el pequeño niño por un momento y nos sirvió para recordar cuán difícil es obtener una atención médica de buena calidad en esta parte del mundo. Esperábamos que Jonathan saliera del hospital al día siguiente, pero como en el hospital los teléfonos no estaban funcionando, no pudimos confirmar nada antes de nuestro vuelo de regreso a casa, el martes en la mañana.
Nuestra experiencia con Mosi-Oa-Tunya
El martes volamos a Livingstone, Zambia, por unos pocos días. Livingstone, situada en el río Zambezi en las cataratas Victoria, es la antigua capital de Zambia. Las cataratas Victoria son una experiencia sobrecogedora. Nos empapamos con la niebla (es más que una lluvia torrencial), a pesar de que estábamos usando unos impermeables que alquilamos. Las personas locales llaman las cataratas Mosi-Oa-Tunya, que significa “el humo que truena”.
También visitamos el museo de Livingstone, que resultó algo fascinante. Adentro hay un cuarto especial que hace un recuento de la vida de David Livingstone y la obra misionera que hizo en el sur y el oriente de África a mediados de 1800. El cuarto muestra retratos de Livingstone así como muchas de las cartas que él escribió a sus colegas y a su familia durante sus tres viajes misioneros al África. Livingstone estaba decidido a lograr tres cosas durante sus décadas de trabajo en África:
- Convertir a los africanos.
- Tratar de obstaculizar el comercio de esclavos de los musulmanes.
- Encontrar la fuente del rio Nilo.
La exposición también hace un recuento del descubrimiento de lo que se llegó a conocer como las cataratas Victoria, mientras estaba viajando por el río Zambesi en su primer viaje. Él fue el primer mzungu (hombre blanco) que vio las cataratas.
Después de nuestra estancia en Livingstone, regresamos a Johannesburgo para compartir con el ministerio surafricano. El viernes 6 de mayo, tuvimos reuniones en las cuales discutimos acerca del programa tutorial enfocado y los temas de nuestras últimas clases de la educación pastoral continuada. Mi esposa y yo nos reunimos con jóvenes adultos de Johannesburgo el sábado en la mañana, antes de los servicios de la tarde. Después, el domingo 8 de mayo por la mañana, nos reunimos con la Junta de Sudáfrica, antes de regresar a Estados Unidos al atardecer.