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Con frecuencia surgen preguntas acerca de las emergencias y hacer bien en el sábado. Y como sucede con todas las preguntas acerca de la observancia del sábado, debemos buscar en las Escrituras los principios para aplicar en estas situaciones.
La Palabra de Dios es clara cuando habla acerca del sábado y el empleo o trabajo: “Acuérdate del día sábado para santificarlo, seis días trabajarás y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para el Eterno tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Eterno bendijo el día sábado y lo santificó” (Éxodo 20:8-11).
Las instrucciones de Dios nos muestran que no debemos trabajar —ni emplear a otros para que trabajen— en el día sábado. Sin embargo, en algunas ocasiones las personas tienen preguntas acerca de circunstancias especiales que pueden presentarse. Muchas de ellas caen en la categoría de emergencias y “hacer el bien” en el día sábado.
Una de las preguntas que pueden surgir es acerca de los miembros que trabajan en el área médica. Ya que ellos están haciendo el bien en el sábado (como lo mencionó Cristo en Lucas 6:9), algunos se han preguntado si ellos están exentos de la ley del sábado. Ciertamente es bueno y apropiado hacerles bien a otros en el sábado. Sin embargo, si su ocupación —su manera de ganarse la vida— es en la profesión médica, entonces usted recibe un salario por el trabajo que usted hace. Esto es, si usted está haciendo un trabajo, no está haciendo una obra de caridad o simplemente “haciendo el bien”. Su servicio implica trabajar en el sábado, una violación de las instrucciones de Dios en Éxodo 20.
En realidad, hay muchas personas que guardan el sábado que trabajan en varias ramas de la profesión médica. Su profesión no les impide observar el sábado. Sencillamente programan su tiempo libre para que coincida con el sábado, tal como las otras personas en otros campos de trabajo también lo hacen.
También hay preguntas relativas a aquellos que se consideran “cuidadores”. Aquellos que son contratados como enfermeros domiciliarios o enfermeras en un centro médico, son cobijados por los comentarios anteriores y no deben programarse para trabajar el sábado.
Sin embargo, una persona que es dueña de un pequeño hogar geriátrico o una instalación donde se cuida a otros, debe tener en cuenta otros principios. En estos lugares hay ciertas labores de rutina y necesidades que deben ser tenidas en cuenta el sábado, de la misma forma que en un hogar normal. Entre estas labores de rutina tenemos la comida, un aseo ligero, tender las camas. Sin embargo, recomendamos que estas actividades sean mínimas. Si el tamaño de la operación es demasiado grande, sería aconsejable que el miembro contemplara la posibilidad de reducir el número de ocupantes o pacientes para que no fuera necesario hacer mucho trabajo en el día sábado.
También tenemos el tema de los jefes que esperan o exigen que el miembro que es su empleado los ayude en las emergencias en el sábado. Si bien no hay una ley específica o declaración en la Biblia que describa las posibles emergencias que pueden surgir en la tecnología moderna, Jesús nos da una guía para hacer buenos juicios. Tenga en cuenta lo siguiente:
Los dueños del ganado podían por supuesto dar agua y alimento a sus animales en el día sábado (Lucas 13:15). Y no deberían rehusarse a rescatar su ganado en una emergencia en el sábado, y Jesús dijo que esto era permitido (Lucas 14:5).
Debido a la automatización, la mayoría de los negocios no presentan una clase de emergencia que se pueda equiparar con darle agua a un animal. El desafío para el cristiano es cómo traducir honestamente el concepto de las emergencias en los negocios modernos y las costumbres. Pareciera que algunos jefes o supervisores están siempre dispuestos a decir que una necesidad sencilla del negocio es una “emergencia”.
Los miembros que trabajan en el área médica con frecuencia informan a su jefe que ellos no pueden trabajar en el sábado. Éste es el caso aún si ellos trabajan en urgencias médicas. Hay varios miembros de la Iglesia que son profesionales en tal situación. La única ocasión en la que sería permisible para ellos “trabajar” en el sábado sería en una situación de extrema urgencia en la que no haya nadie más que pueda manejar una crisis de esa magnitud. El miembro no debería estar disponible para ser llamado de una manera regularmente programada.
Los miembros cuyos trabajos están especializados en estas ramas de la medicina —aun aquellos cuyo papel pueda estar relacionado con urgencias vitales (médicos en las salas de urgencias, paramédicos, etcétera)— deben entender que estar disponibles para ser llamados el sábado o en fines de semana, es lo mismo que estar programados para trabajar. Miembros que trabajan en campos cuyo trabajo plantea la necesidad de trabajar todo el fin de semana han podido lograr que otros tomen su puesto los sábados ofreciéndoles a cambio tomar ellos el turno del domingo.
El enfoque apropiado de un cristiano es poder manejar estos eventos sin estar nunca programado para estar disponible el sábado. Los miembros de la Iglesia deberían trabajar haciendo reemplazos en vez de los turnos del sábado, disminuyendo así la posibilidad de ser llamados a trabajar el sábado. Ellos deberían hacer arreglos con su jefe para que puedan estar fuera del trabajo todo el período del sábado, cada semana, todas las semanas. La Iglesia tiene muchos ejemplos de miembros que trabajan en el campo de la medicina (enfermeras, médicos y otros) y hacen esto. La única excepción a esto sería en la rara emergencia en donde no haya nadie más disponible para manejar una crisis vital, pero sin llegar a aceptar el estar disponible regularmente el sábado.
En los casos en donde el empleador simplemente no esté dispuesto a programar el tiempo libre el sábado, tal vez sea necesario que la persona considere cambiar de jefes o trabajar en otro centro médico, hospital o sistema. Nuestra relación con Dios debe ser prioritaria por encima de la conveniencia del hombre, aun cuando el trabajo pueda ser definido como “hacer el bien”.
El juicio de la Iglesia es que es inapropiado estar disponible para trabajar el sábado aún en el campo médico. La única ocasión en la que sería permisible para ellos “trabajar” en el sábado sería en una emergencia extrema en donde no haya otro personal calificado para manejar una crisis vital.
A continuación, hay algunas preguntas que un miembro debería tener en cuenta cuando está evaluando si algo es una emergencia:
¿La emergencia es de tal magnitud que involucra preocupaciones reales acerca de la seguridad, daño o una cuestión de vida y muerte?
¿Está el miembro programado regularmente para estar “disponible” el sábado? Esto no sería apropiado —no sería el caso de una emergencia imprevista sino de estar disponible para trabajar ante el llamado del jefe.
Si el miembro está con tanta frecuencia ligado a “emergencias” que le da la impresión a otros que el sábado es como otro día de trabajo cualquiera, entonces no está guardando el sábado como debería. Tal vez sea necesario hacer un ajuste o buscar otro empleo.
Sería imposible para la Iglesia ofrecer a los miembros una guía en cuanto a cuántas respuestas relacionadas con emergencias o llamadas de celular son aceptables. La responsabilidad del miembro recae en tomar decisiones sensatas, sabias, basadas en las enseñanzas y principios que encontramos en las Escrituras. CA