Por Javier Escalante
La especulación filosófica y la investigación científica que no reconocen al Creador, están desarrollando escépticos por millones en las escuelas, colegios y universidades. Estos concluyen que la Biblia es sólo un mito y no tiene la razón en la intervención de un Dios poderoso que definió la creación del universo y la vida.
Los hombres procuran hacerse más sabios que su Creador y afirman que la creación es simplemente producto de leyes naturales.
Supongamos que usted está en un paraje remoto, alejado de cualquier poblado o lugar habitado y de pronto se encuentra la más hermosa casa que jamás haya visto. ¡Qué extraño! ¡Qué idea rara de construir una casa aquí! Se pregunta: ¿quién construyó semejante hermosa casa tan apartada y lejos de toda vía? ¿Quién la planeó y la decoró con tanto ingenio y buen gusto? ¿Por qué fue construida y planificada en esta ubicación? ¿En beneficio de quién?
Al acercarse a esta casa, usted se da cuenta que tiene un gran jardín, un huerto bien cuidado, árboles frutales, variedad de animales bien cuidados, un pozo de agua, leña apilada, ropa fina tendida, etcétera. Pero no hay indicios de los ocupantes por los alrededores. Sólo están claramente las huellas de sus ocupantes. Al llegar al portón usted encuentra una nota que dice: “Bienvenido amigo. Pasa por favor”. Firma la nota el dueño y constructor. La casa está toda amueblada, la cocina tiene una amplia despensa totalmente surtida con gran variedad de alimentos deliciosos. El baño cuenta con agua corriente y caliente, hay toallas, jabones y un botiquín bien equipado. Los dormitorios cuentan con cómodas camas, sábanas y frazadas y un gran ropero con buena ropa. En el comedor la mesa esta puesta con un lindo mantel, comida tentadora y abundante. La sala es muy espaciosa y está alfombrada con mullidos y cómodos sillones. Hay estantes colmados de libros, decorados con hermosos cuadros y amplios ventanales que permiten disfrutar el paisaje. También hay buena iluminación y ventilación. Además, hay flores exquisitamente arregladas, haciendo de la casa un lugar muy confortable y cálido para vivir.
Usted ha encontrado una casa de ensueño donde todo ha sido preparado con gran imaginación y buen gusto.
Las casas no se construyen solas. Todas ellas constituyen un argumento convincente de la existencia de un arquitecto, un diseñador, un proyectista, un constructor. Es el producto racional por lo cual se ha construido, e implica la existencia de una intención o propósito inteligente en la mente del arquitecto, del diseñador, del proyectista y del constructor.
Imaginar que una casa hermosa se hizo sola, por casualidad, accidente o magia, sería un insulto a la inteligencia.
Mediante el mismo procedimiento de lógica, llegamos a la creencia más elemental de Dios. Sólo al mirar a nuestro alrededor con una mente razonable y un corazón sensible, apreciamos este hermoso mundo, y las evidencias de que ha sido planeado y preparado como un hogar para el hombre por un arquitecto y maestro lleno de sabiduría, poder y amor.
¿Necesitamos más evidencia? Éstas son algunas:
La Tierra con sus asombrosas combinaciones climáticas y perfectamente planificadas, provistas y adaptadas como hogar para el hombre y otros seres vivientes.
La rotación de la Tierra, que nos da la duración del día y la noche, perfecta para trabajar y descansar. ¿Quién la mantiene girando? ¿Quién regula su velocidad?
La órbita de la Tierra jamás se desvía. La inclinación perfecta sobre su eje para producir los cambios de estación, esenciales para la vida. ¿Quién determinó el peso, la composición, la forma, la temperatura, el movimiento, la dirección y la velocidad de la Tierra? ¿Quién calculó la distancia en su viaje anual alrededor del sol y el ángulo de su inclinación? ¿Quién mantiene este perfecto equilibrio?
El sol tiene el tamaño preciso. La distancia a la Tierra, la composición y temperatura necesarios a fin de dar luz, calor y energía para mantener la vida en la Tierra son perfectos. Además, para sostener a la Tierra en el espacio por medio de la rotación de la gravitación, ¿quién calculó y organizó esta intrincada combinación?
La luna con la dimensión correcta y la distancia perfecta para influir en las mareas de los océanos, en la correcta posición para actuar como un reflector gigante de la luz del sol.
El aire o capa atmosférica, mientras proporciona el alimento que da vida para el hombre, las aves y bestias, también protege del bombardeo constante de partículas meteóricas del espacio exterior. La atmósfera suaviza su impacto y hace que la mayoría de los meteoritos se quemen y estallen antes de llegar a la Tierra.
El gran paraguas de ozono es una cortina o filtro que está suspendida en nuestra atmósfera, protegiendo nuestra vida para no ser afectados por los rayos cósmicos y solares, mortales para la vida. ¿Podría el hombre racional atribuir este elemento protector e ingenioso a un accidente o capricho del azar? Se trata de una pantalla de espesor correcto y debida composición para evitar la muerte de todo lo creado sobre la Tierra.
El agua con propiedades únicas que la hacen absolutamente necesaria para toda la vida en el planeta.
El mar, manteniéndose constantemente en su sitio por ligaduras invisibles, con el poder de preservar la vida en la Tierra, además de purificarla y equilibrar la temperatura del planeta y producir la lluvia.
La vida animal y vegetal en sus millares de formas y suministrando dióxido de carbono, que las plantas usan para la fabricación del alimento. Las plantas a su vez sirven a la vida animal, proporcionan el oxígeno puro y preciso para la vida de todo ser viviente.
La luz con propiedades infinitas y beneficiosas, siempre presente en todas partes.
El sonido y la música que surgen de las gargantas de incontables aves se esconden entre el follaje de los bosques, susurran en el viento, suspiran en el mar y en todas partes alegran el corazón del hombre.
El color y la belleza que brillan en el arcoíris, salpican las nubes en destellos carmesí y pintan doradas puestas de sol, amaneceres y auroras boreales. Resplandecen en millares de tonos y matices en los jardines, campos, praderas, lagos y el mismo cielo. Hay armonía en el diseño de una variedad infinita de combinaciones de formas y colores en las flores, helechos, hojas, semillas, aves, mariposas, peces, conchas, copos de nieve, etcétera.
La regularidad y el ritmo se manifiestan por doquier: la noche y el día, el paso de las estaciones, los ciclos del carbono, del oxígeno y del nitrógeno, el flujo de las mareas, el latir del corazón, la procreación y migración de mamíferos, aves, insectos y peces.
Las leyes indispensables que gobiernan la luz, el calor, el sonido, la energía, el movimiento, la gravedad, la electricidad, el crecimiento, la herencia genética, etcétera. Todas estas leyes “naturales” actúan con estabilidad perfecta e invariable, cuyo origen o control escapa al poder del hombre.
En toda esta combinación está la esencia del sentido común. Si Dios no diseñó y produjo todo esto, ¿quién lo hizo? ¿Qué otra alternativa racional puede presentarse? Ante estos hechos, ¿cómo puede el hombre negar la existencia de un Creador personal, sabio y poderoso, que es amante de la vida y la perfección?
El derecho de Dios como Creador y dueño de todo está establecido en su creación. Estos son los hechos. Todo está listo allá afuera para concluir racionalmente que el Dios Todopoderoso existe y sostiene todas las cosas que ha creado. CA