Por Herbert Parada
El período de fiestas santas es muy especial. Hace pocas semanas regresamos de la Fiesta de los Tabernáculos. Ese tiempo santo nos permite desconectarnos un poco de nuestro día a día y reconectarnos con las cosas de Dios y enfocarnos en las cosas espirituales. En las fiestas de Dios, usualmente tenemos más tiempo para leer, estudiar la Palabra de Dios y meditar acerca de nuestra vida, en lo que estamos haciendo bien y lo que estamos haciendo mal.
Generalmente al término de cada temporada de fiestas, existe un deseo de hacer mejor las cosas para el siguiente ciclo. En lo personal me pongo una serie de metas en las áreas en las que necesito hacer cambios. Por lo cual en este artículo quiero aprovechar para que podamos incluir en nuestra lista las cosas para mejorar el próximo año. Creo que debemos incluir algunos hábitos saludables. Como hablamos en artículos anteriores, el tener un buen estado de salud física nos ayuda también en nuestra salud espiritual.
En 1 Corintios 6:20 el apóstol Pablo menciona: “Porque comprados sois por precio: Glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. El apóstol deja muy en claro la gran responsabilidad que tenemos de cuidarnos en lo físico y en lo espiritual para poder servir a Dios de manera más efectiva.
En el artículo “Los cinco hábitos saludables que pueden alargar la vida por una década”, en el periódico El País, se menciona un grupo de científicos de Harvard T.H. Chan School of Public, que realizaron un estudio acerca de los beneficios de un estilo de vida sano, observando detenidamente, a lo largo de 34 años, el comportamiento más o menos saludable de 123.000 estadounidenses. Ellos hicieron algunas conclusiones que menciono abajo. Pese a que Estados Unidos es uno de los países que más invierte en salud en el mundo, ocupa el puesto 31 en el listado de los países que mayor esperanza de vida tienen. Para explicar esta realidad, los investigadores mencionados arriba, dijeron que en la buena o mala salud influyen los hábitos de vida de cada persona, y encontraron importantes diferencias entre quienes llevaban un estilo de vida saludable y quienes no.
Mi objetivo es describir los cuatro hábitos saludables más importantes a tomar en cuenta para mejorar nuestro estilo de vida este próximo año. Tres de estos hábitos son mencionados por los investigadores. Uno más lo agrego yo, como profesional de la salud en la Iglesia de Dios.
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Mejoremos nuestra relación con Dios
Éste es el primer punto y el más importante de todos. Este punto lo estoy agregando tomando en cuenta mi experiencia como profesional de la salud en la Iglesia de Dios y la experiencia de otros creyentes en el Diseñador de nuestro maravilloso cuerpo. Debemos buscar a nuestro Creador todos los días, por medio del estudio de sus Escrituras, oración y meditación. Debemos dedicar tiempo para esta conexión vital con Dios. Esto permitirá que enfoquemos nuestra mente en lo correcto y nos dará tranquilidad durante el día, evitándonos preocupaciones y por lo tanto el tan temido estrés. Nuestra mente tendrá la paz “que sobrepasa todo entendimiento”. Esto se oye quizás un poco soñador o irreal, pero funciona. ¿Por qué no hacer la prueba?
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Cuidemos lo que comemos
¿Creemos que comer sano es importante? Según el informe “Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina 2016”, desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Organización Panamericana de la Salud (OPS), 63 por ciento de la población adulta en Chile tiene sobrepeso u obesidad. Esto se debe principalmente a factores de sedentarismo y alimentación errónea, donde los excesos de grasa y azúcares están presentes. Este mismo estudio es aplicable a la mayoría de los países del mundo occidental, en mayor o menor grado.
Como un automóvil necesita combustible para funcionar, los alimentos son el combustible que necesita nuestro organismo para realizar todas las actividades durante el día. Una buena alimentación es aquella que provee todos los nutrientes, vitaminas y minerales que necesita nuestro cuerpo para funcionar. Es importante que tengamos una buena alimentación para que nuestro organismo pueda desempeñarse óptimamente.
Cada persona tiene variables muy diferentes en cuanto a su dieta y actividades físicas, por lo cual es importante consultar con especialistas al respecto, como un nutricionista o un médico.
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Dormir bien
Una de las fórmulas más importantes para mejorar la calidad de vida es dormir bien. Tomemos en cuenta que, si no dormimos y descansamos bien, podemos sufrir trastornos físicos y mentales que nos harán estar cansados y de mal humor el resto del día.
Debemos permitirle a nuestro organismo recuperar la energía perdida durante el día. La mayoría de especialistas recomienda dormir entre siete y ocho horas, por lo que debemos evitar perder valiosas horas de sueño revisando las redes sociales o viendo series o películas. Generalmente nuestro organismo reacciona bien a las rutinas en cuanto al sueño se refiere. Procuremos entonces acostarnos más temprano.
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Actividad física
Según la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad a nivel mundial. Por lo tanto la actividad física es recomendada a todas las edades. La actividad física se refiere a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía.
La actividad física tiene el objetivo de mejorar las funciones cardiorrespiratorias, musculares, la salud ósea y reducir el riesgo de las enfermedades no transmisibles, como el cáncer. Los adultos en el rango de los 18 a 64 años, deberían dedicar como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de alguna actividad física. Debemos consultar a especialistas en el área, para que puedan guiarnos en la actividad física adecuada a nuestra situación.
No busquemos excusas para no movernos.
El apóstol Pablo nos dice en Romanos 12:1: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. Espero que podamos implementar algunos de estos buenos hábitos en este nuevo año y podamos disfrutar de sus beneficios. Esto es lo “racional” que debemos hacer para poder tener una buena salud y servir así mejor a Dios y a los demás. CA