Esta edición de De Común Acuerdo está dedicada a la Fiesta de los Tabernáculos que acabamos de guardar. La Fiesta de Tabernáculos es tan importante en nuestra vida que todos la conocemos simplemente como “la fiesta”. Y cuando alguien le pregunta: “¿a dónde irá a la fiesta este año?”, usted no piensa en la Pascua, Panes Sin Levadura, Pentecostés, Trompetas o Expiación. Usted sabe que le está preguntando por la Fiesta de Tabernáculos.
El libro de Deuteronomio habla de tres temporadas de fiesta en las que los israelitas debían dejar sus casas y viajar a un lugar designado, que más tarde fue Jerusalén. Esto continuó hasta los tiempos de Cristo, cuando el templo aún existía. Deuteronomio 14:22-26 se seguía obedeciendo. Los israelitas empacaban el producto de sus tierras o lo convertían en dinero, y viajaban a Jerusalén para la fiesta.
Más tarde, en el siglo XX, Herbert Armstrong y su esposa Loma llegaron al convencimiento de que aún era necesario guardar las siete fiestas de Dios, y lo hicieron solos desde 1927 hasta 1933. Pero durante la Fiesta de Tabernáculos de 1933 se formó una nueva Iglesia. El señor Armstrong, su esposa y otras 19 personas de la Iglesia de Dios (del Séptimo Día) fueron los primeros miembros de la Iglesia de Dios de la Radio. El pequeño grupo de 21 personas guardó la Fiesta de Tabernáculos en su salón de reunión ubicado al oeste de Eugene, Oregón. Pero nadie tuvo que pedir permiso en el trabajo más que para los dos días santos (el primer día de la fiesta y el Último Gran Día), pues el resto de la semana (los días no santos), la Iglesia se congregaba por las tardes.
La fiesta se observó así hasta que, en 1945, tras más estudio, el señor Armstrong anunció que la forma correcta de guardar la fiesta, según lo determinaba su significado, era salir de casa y quedarse en un lugar predeterminado durante los ocho días. Ese año, él agregó, la fiesta se guardaría en Belknap Springs, Oregón.
El primer año del cambio, la asistencia de la fiesta disminuyó de 60 a 40 personas. Pero luego de siete años, en 1952, Belknap Springs quedó pequeño y el sitio de la fiesta se cambió a Seigler Springs, California. Un año después, en 1953, el sitio de fiesta se cambió nuevamente, ahora a un recién donado terreno en el este de Texas.
Dado que muchos de nosotros hemos guardado la fiesta durante casi toda nuestra vida, es fácil que la demos por sentado como algo que simplemente hacemos. Pero pienso que es importante recordar los hitos de la historia de la Iglesia que nos trajeron hasta este punto. Hoy ya no existe un único sitio de fiesta. Cada año, todos viajamos a uno de los muchos sitios de fiesta en el mundo para pasar ocho días en una morada temporal. Creemos que el hecho de hacer nuestras maletas y viajar lejos de nuestro hogar es un acto importante para comprender el significado de la fiesta. Para ilustrar cómo será el reinado de mil años de Cristo en la Tierra, creemos que es apropiado dejar nuestras casas y quedarnos en moradas temporales como lo ordena Levítico 23.
Este año, la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, celebró la fiesta en más de 40 sitios a lo largo y ancho del mundo, en seis de los siete continentes. (¡Sólo nos faltó Antártica!) Nuestra asistencia fue de cerca de 11.000 personas —la mayor desde el inicio de la Iglesia en el 2011.
Esta edición de De Común Acuerdo está dedicada a recordarnos lo que acabamos de hacer. Celebrar la Fiesta de Tabernáculos es una extensión de nuestra historia y una ordenanza de las Escrituras. Por eso es bueno hacer una pausa para recordar por qué hacemos lo que hacemos, y comprender nuestra historia como la Iglesia de Dios. Si bien nuestras acciones tienen un precedente histórico, nuestro mayor enfoque es lo que dicen las Escrituras y obedecer su guía. Espero que disfrute leyendo los reportes de la fiesta.
Jim Franks
Presidente
Iglesia de Dios, una Asociación Mundial