La presión de la sociedad sobre los jóvenes de hoy es muy fuerte. Por esta razón son pocos los jóvenes que tienen el carácter para mantenerse con sus convicciones firmes y con sus vidas puras ante tal presión. Sería muy fácil decir que todos los jóvenes han cedido ante las presiones que esta sociedad les impone, pero tal aseveración sería injusta. Existen jóvenes que están poniendo todo su esfuerzo y todas sus convicciones por no ser contaminados con las tentaciones que este mundo les ofrece.
Ciertamente nuestro mundo moderno ofrece mucha más diversión y mucha más presión sobre los jóvenes que quieren vivir una vida pura. Tres cosas principales pueden los jóvenes conseguir en este mundo si tan solo ceden a su presión, por lo menos ese es el ofrecimiento aparente: Sexo, dinero y popularidad.
En ninguna manera estamos diciendo que estas tres cosas son malas en sí mismas. Cada una de ellas es buena y apropiada, si se logra a la manera que el Dios de los cielos lo ha propuesto. Lamentablemente para cada una de las cosas buenas que Dios ha ofrecido, Satanás el diablo ha tratado de ofrecer aparentemente las mismas cosas, pero siguiendo otros métodos y llevando a otras consecuencias.
El error de nuestros primeros padres
Cuando Dios hizo a Adán y a Eva les ofreció vida inmortal, la cual estaba simbolizada por el árbol de la vida. Pero para lograr esa inmortalidad había dos cosas fundamentales que nuestros primeros padres tenían que cumplir: Tenían que escoger el árbol de la vida y tenían que rechazar el árbol de la ciencia del bien y del mal. En otras palabras, tenían que ejercitar el carácter y tenían que esperar el tiempo conveniente hasta que Dios les entregara el ofrecimiento de la vida eterna. Es necesario enfatizar en lo que Adán y Eva tenían que cumplir: Tenían que ejercer carácter y tenían que saber esperar a que Dios cumpliera sus promesas. Notemos cual era la actitud de Satanás el Diablo: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal (Génesis 3:1-5).
Aquí se hace necesario mencionar una de las definiciones del Carácter: Es primeramente el conocimiento de lo que es correcto y de lo que no lo es, la escogencia de lo correcto por sobre aquello que no lo es y finalmente la voluntad férrea para hacer lo correcto aun en contra de la oposición de los demás. Los seres humanos no pueden definir lo que es correcto y lo que no lo es. Notemos lo que dice Dios: “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23).
Es Dios, con Su Ley, el único que puede fijar las normas absolutas que pueden dirigir nuestras vidas por el camino correcto que trae bendiciones.
Adán y Eva no estuvieron dispuestos a ejercer este carácter. Ellos cedieron a los ofrecimientos que la serpiente antigua les planteó. Ellos fueron instruidos primeramente en el camino de Dios, luego fueron probados por la serpiente, que en realidad era Satanás el Diablo. Este ser espiritual perverso sabia de la debilidad de la naturaleza humana de querer lograr sus deseos sin el menor esfuerzo y sin tener que ejercitar la paciencia. Satanás los inspiró a lograr aparentemente las mismas metas que Dios les proponía, pero sin tener que esperar y sin tener que ejercitar el carácter. “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” (Génesis 3:6).
Ninguno de los dos opuso mayor resistencia. Ambos querían tomar del “fruto agradable” en el momento y sin ejercitar ningún carácter.
Dios les había prometido a nuestros primeros padres inmortalidad en la Familia de Dios, pero tenían que ejercer carácter y tenían que esperar el momento cuando Dios, a su debido tiempo, les entregaría la promesa. Satanás les hizo aparentemente el mismo ofrecimiento—la inmortalidad– pero sin tener que ejercer carácter y sin tener que esperar. Les dijo en otras palabras: “No morirán…y pueden lograr esa promesa ahora, sin necesidad de ejercitar carácter…solamente tienen que decidir por ustedes mismos tomar del árbol de la ciencia del bien y del mal ahora”. Satanás les ofreció decidir por sí mismos lo bueno y lo malo. Les hizo creer en que dentro de ellos mismos tenían la capacidad y la sabiduría para decidir correctamente lo bueno y lo malo, sin necesidad de Dios.
Dios siempre quiere nuestro bien
Dios ofrece a los jóvenes disfrutar del sexo, de dinero y de popularidad. El dice: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2). Y también Dios dice: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. (Eclesiastés 11:9-10).
Pero primero los jóvenes tienen que ejercitar carácter. Tienen que escoger entre lo bueno y lo malo de acuerdo a los lineamientos de Dios. Después de escoger lo correcto tienen luego que practicarlo y además deben saber esperar el momento oportuno cuando Dios entregara estas tres cosas: Sexo, dinero y popularidad.
¿Cuál es el punto de vista de Dios con relación al sexo, al dinero y a la popularidad? Y ¿Cual es el punto de vista de este mundo dirigido por la misma serpiente que engañó a Adán y a Eva?
Dios quiere que disfrutemos del sexo
Dios creó el sexo para que los seres humanos lo disfrutaran grandemente. El sexo es una de las grandes bendiciones que Dios puso a nuestra disposición para que disfrutáramos de la vida. Cuando Dios creo la sexualidad humana dijo que era “buena en grande manera.” Dios dijo lo siguiente: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra… Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto” (Génesis 1:27-28,31).
Dios mismo dijo que: “Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:16-17). Dios siempre hace las cosas bien. Pero El también siempre pide de los seres humanos dos cosas para poder entregarle Sus bendiciones: Que ejerzamos carácter, viviendo de acuerdo a sus principios, y que sepamos esperar el tiempo oportuno.
Dios creo las relaciones sexuales para ser disfrutadas solamente dentro de la relación matrimonial. No antes del matrimonio. Tampoco fuera del matrimonio. Tampoco con personas del mismo sexo.
Satanás, la misma serpiente del principio, vuelve a decir lo mismo que al principio: “No necesitan ejercitar carácter ni tampoco tienen que esperar. No tienen porqué rechazar a la mujer del prójimo, no tienen que rechazar la relación sexual antes de casarse. Ustedes pueden lograr esas cosas ahora mismo, solamente tengan cuidado de no enfermarse y que las mujeres no se embaracen. Para que no se enfermen y para que las mujeres no se embaracen he puesto a su disposición muchos métodos anticonceptivos y otros abortivos”. ¡Que tristes resultados podemos ver de esta filosofía que esta plagando al mundo!
El enemigo espiritual de Dios y de los cristianos verdaderos ha infundido a la sociedad con el pensamiento de que cualquier expresión sexual es correcta, si es la elección de las personas involucradas. Una vez más, la historia del principio se repite: El ofrecimiento es que el ser humano puede escoger por sí mismo del árbol de la ciencia del bien y del mal y aun así obtendrá la inmortalidad. ¡Que triste que casi nadie pueda entender la verdad de este concepto!
Dios también quiere que seamos prósperos económicamente
Dios también ha prometido hacernos inmensamente ricos…Si ejercitamos su carácter y si sabemos esperar el tiempo oportuno. El espera que ahora, en este tiempo corto de nuestras vidas guardemos Su Ley, vivamos por Sus principios y El mismo nos hará las personas más ricas que jamás en la historia humana hayan existido. La promesa de Dios es que seremos más ricos que el propio Salomón. Seremos más ricos que el propio Bill Gates. Pero todo esto será en el tiempo de Dios. Solo tenemos que esperar. Pero debemos esperar haciendo la Voluntad de Dios. Veamos lo que Dios dice: “Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, O el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, Le coronaste de gloria y de honra, Y le pusiste sobre las obras de tus manos; Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas” (Hebreos 2:5-8).
Aun en esta vida física Dios ha ofrecido que tendremos lo suficiente para vivir la vida tranquilamente. “Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna” (Marcos 10:29-30).
Pero Satanás enseña que necesitamos ser ricos aquí y ahora. Para lograr este propósito podemos mentir, corromper, quitar de los demás, pasar por encima de los derechos de los otros, etc. De esta manera casi nadie practica el camino del dar. Más bien casi todos viven en continua competencia, trabajando en exceso, dejando a la familia sola por largos periodos de tiempo para trabajar en exceso y así lograr todas las cosas que nos hacen falta. Lamentablemente la naturaleza humana nunca esta satisfecha con lo que tiene y en consecuencia siempre vive en constante competencia por lograr lo que deben tener…
Seremos populares también
También Dios nos ofrece popularidad en grande manera. Llegara el momento cuando seremos las personas más populares y admiradas en la sociedad… llegara ese momento. Pero necesitamos hacer la Voluntad de Dios y tenemos que saber esperar el momento oportuno. Ese momento llegara. Es una promesa segura. Cuando Dios establezca su Reino sobre esta tierra los jóvenes obedientes a Él serán los príncipes, los reyes y sacerdotes. Estos jóvenes serán los más admirados, los más populares y los más buscados en esa sociedad venidera. “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 5:10).
Pero nuestro enemigo ha hecho creer a los jóvenes de hoy que en aras de la popularidad, en aras de la aceptación del grupo social al que pertenecen, en aras de ser admirados, queridos y buscados, ellos deben ser los mejores bailadores, los mas bromistas, los que mejor fuman, los que se involucran en drogas, los mas exitosos con las mujeres, etc. Noten lo que Dios dice en Su Palabra: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida” (Isaías 5:20-22). El final de estas personas no será bueno.
El ejemplo de José el Patriarca
En cuanto a las debilidades de la naturaleza humana se refiere, nuestra sociedad no es tan diferente a la sociedad de los tiempos de José el Patriarca.
El joven José entendió a conciencia la necesidad de ejercer el carácter de Dios en esta vida física y también la necesidad de saber esperar por las promesas de Dios hasta el tiempo oportuno.
José, al igual que todos los jóvenes, quería para sus adentros disfrutar del sexo, del dinero y de la popularidad. Este joven se vio ante la fácil realidad de tener relaciones sexuales con una dama que pertenecía a otro hombre. Si José se hubiera acostado con esta mujer hubiera obtenido en ese mismo momento las tres cosas mas deseadas por todo joven: Sexo, dinero y popularidad. José se hubiera convertido en el amante de una mujer influyente y rica. Ella hubiera exaltado el nombre de José ante la sociedad y también le hubiera proveído de todas sus necesidades físicas de una manera fácil.
Pero José tenia su mirada puesta en algo mucho mejor. Él decidió ejercer el carácter de Dios y decidió esperar por las promesas de Dios cuando Él quisiera dárselas. José rechazó la relación sexual inapropiada y pecaminosa y como consecuencia momentáneamente recibió oprobio, calumnias, sufrimiento y cárcel. Satanás quería hacer que José lamentara por la “mala decisión” que había tomado. “Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios” (Génesis 39:7-9)?
Pero José tenía clara su convicción con relación a la voluntad de Dios. A largo plazo este patriarca se casó con una mujer hermosa que satisfizo su necesidad sexual dentro del matrimonio. Dios también se encargó que José tuviera todo el dinero del Imperio a su disposición al ser el segundo del Faraón y también José llego a ser un hombre en extremo popular y querido en todo el Imperio. Pero además de todo esto José fue usado en la supervivencia de todo el Pueblo de Israel y todavía lo más importante es que José será un Hijo de Dios por la eternidad en la resurrección de los muertos.
Queridos jóvenes, este mundo dirigido por la serpiente antigua les quiere hacer creer que el sexo, el dinero y la popularidad ustedes las pueden obtener sin hacer el menor esfuerzo, sin ejercer carácter y sin tener que esperar. Nuestro deseo es que ustedes puedan ver los resultados obvios de esta filosofía equivocada. Solamente tenemos que abrir los ojos para darse cuenta que la sociedad no ha obtenido buenos resultados de esta filosofía satánica. De ustedes esperamos que ejerzan el carácter para escoger la forma, el lugar y el tiempo correctos para tener las cosas que más desean.