El cabello corto en los hombres no es nada moderno. Era la moda predominante y aceptada en los tiempos de Jesús.
Los libros de historia lo demuestran así: las estatuas de los legionarios romanos los muestran con el cabello corto .Un romano pelilargo era raro.
Todos los emperadores romanos antes y después de cristo, desde Julio Cesar (en la foto) hasta Trajano, llevaban el cabello corto; y el emperador imponía la moda en el imperio.
Antes de los romanos, la cultura que predominó en la zona oriental del Mediterráneo, incluso Judea, fue la griega. Aún en los tiempos de Cristo, gran parte de la población judía era de cultura helénica y habla griega (Juan 12:20; Hechos 6:1). El estilo helénico para los hombres era el cabello corto.
¿Y los judíos no helénicos?
El Talmud judío, que es anti helénico, dice que los sacerdotes deben cortarse el pelo cada 30 días. Estos judíos conocían el mandato de Ezequiel 44:20: “Y no se raparán su cabeza, ni dejarán crecer su cabello”.
Las estatuas y demás reproducciones de varones judíos en los tiempos de Cristo muestran que el estilo del cabello era corto.
Hay quienes piensan que Jesús había hecho votos de nazareo, mas no fue así. Jesús era de Nazaret. Los primeros cristianos se llamaban a veces nazarenos, pero ninguno de estos términos tiene que ver con el voto de nazareo. Nótese que Jesús bebía vino (Mateo 11:19) y en una ocasión tocó un cadáver (Mateo 9:25). Ambos actos eran prohibidos para quienes hacían el voto de nazareo (Números6:3-6).
Ahora veamos 1 Corintios 11:14, cuyo significado se aclara con lo anterior: “La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?”.
Los que hacían voto de nazareo se dejaban crecer el cabello en muestra de humildad. Era precisamente una vergüenza. Nótese también que tan pronto como terminaba el período del voto, el nazareo debía afeitarse la cabeza (Números 6:18).
No, Jesús no tenía el cabello largo. Su aspecto era similar al de cualquier judío normal de su época. Varias veces pudo pasar entre las multitudes porque se parecía a los demás (Lucas 4:30; Juan 8:59; 10:39). Judas tuvo que valerse de una señal especial, un beso, para indicarle a sus enemigos quién era (Mateo 26:48-49). No habría tenido que hacerlo si Jesús hubiera tenido un aspecto diferente de los demás judíos.