La noche del 22 de marzo, ocho parejas de la Iglesia de Dios, celebraron una convivencia especial en la que el tema central fue el rol del hombre y la mujer dentro del matrimonio, como parte del plan divino. Por lo que desde los servicios regulares, el anciano local del Distrito Federal, el Sr. Alfredo López Alanís, enfocó su mensaje principal en la escritura de Génesis 2:18: “Y dijo El Eterno Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”.
Durante el estudio bíblico, ya por la tarde, se continuó estudiando el tema del matrimonio y el rol que Dios dio a cada uno de nosotros, seamos hombre o mujer. Y de forma ilustrativa y con actividades, el Sr. López Alanís nos habló de la importancia de la unión matrimonial en nuestra vida espiritual y nos exhortó a enfocarnos en el propósito que nuestro Creador tiene con cada uno, pero fundamentalmente como pareja, ya que somos la base y el ejemplo de nuestra familia.
Se nos recordó que el hombre, en su papel de líder y cabeza de la familia tiene la obligación de brindar amor y respeto a la mujer —en todo momento— ya que en él recae la obligación de mantener la armonía en el hogar. Y la mujer, como ayuda idónea, debe respetar y ayudar a que el liderazgo de su marido se ejerza adecuadamente, además, está obligada a sujetarse a él.
Ya por la noche, y una vez concluido el día de reposo, las ocho parejas disfrutamos de un convite excepcional servido por los jóvenes de la congregación, quienes además adornaron las mesas con coloridos arreglos florales y una tarjeta “compromiso” para los enamorados esposos.
Para abrir el apetito se sirvió clericot, una bebida a base de vino blanco, para luego dar pie a una ensalada verde con frutas y granos, crema poblana, pechugas rellenas acompañadas de verduras y vino tinto, y de postre un exquisito pastel de tres leches relleno de flan y trozos de fruta.
Para finalizar esta actividad, las parejas tuvimos la oportunidad de disfrutar de un alegre baile a manera de clausura, en la que los jóvenes se unieron con su alegría, entusiasmo y buenos pasos; actividad que se alargó hasta pasada la medianoche.
Cabe señalar que esta cena fue la primera de tres actividades para matrimonios que se planean tener durante este año en la Ciudad de México, a fin de reforzar los lazos matrimoniales basados en la ley de Dios.
—Por Jorge Iván Garduño