Queridos hermanos:
“2024: el año en que el mundo vota”. Es el título del artículo principal del ejemplar de enero de la revista Foreign Policy. Foreign Policy es una publicación de noticias norteamericana fundada en 1970 por dos profesores de Harvard, que se enfocan en los asuntos globales, en los asuntos actuales y en la política doméstica internacional. (El sitio en la web, AllSides.com considera que esta revista es de “centro”, lo que significa que tiene artículos tanto de izquierda como de derecha en el espectro político.)
He estado recibiendo la versión digital de esta revista por varios años, pero este artículo en particular captó mi atención. Según el resumen digital del artículo, el año 2024 es el año que tendrá más elecciones nacionales en un solo año hablando de años recientes. Veamos una cita del artículo: “En el 2024, cerca de la mitad de la población global se espera que vote en más de 50 elecciones nacionales, incluyendo las dos más grandes democracias del mundo: India y Estados Unidos”. No tengo las estadísticas actuales para comparar, pero tal vez éstas serían las naciones con más potencial para cambiar el liderazgo en un año (algunos presidentes están postulados para reelección) en la historia reciente.
Siete de las diez naciones más populosas del mundo están planeando llevar a cabo elecciones nacionales: India con una población 1,4 mil millones; Estados Unidos con 340 millones; Indonesia con 278 millones; Pakistán con 241 millones; Bangladesh con 173 millones; Rusia con 144 millones y México con 129 millones. Estas naciones representan 2,7 mil millones del total de la población mundial que es de 8,1 mil millones de personas. Cuando la población de todas las naciones que tienen elecciones este año se agrupa, el total sería más del 40 % de la población global. En algunas naciones las elecciones serán relativamente pacíficas, en otras conducirán a la violencia y a la muerte. Las elecciones harán posible el cambio geopolítico más grande que hemos visto en una generación.
Veamos otra cita del resumen digital: “Bangladesh, El Salvador, India y Tunicia tienen líderes con unos niveles de aprobación astronómicos, pero sus credenciales democráticas son muy dudosas, y van a intentar quedarse en el poder; en Indonesia y México los mandatarios actuales son tan divisivos que no se pueden presentar para una reelección, pero han seguido un camino muy tortuoso para ungir sucesores leales. Los votantes en Sudáfrica y el Reino Unido están frustrados con partidos políticos que no sirven para nada, pero ellos creen que pueden tener unas pocas alternativas buenas.
Muchas naciones están luchando con la corrupción en el gobierno, y unas elecciones no van a resolver lo que se ha convertido en un problema sistémico. Por ejemplo, en Latinoamérica Perú está luchando con una gran corrupción. Perú eligió a Pedro Castillo para que luchara contra la corrupción en julio del 2019, pero fue enviado a prisión en noviembre del 2022 y fue reemplazado por su vicepresidente. El marzo pasado Bloomberg comentó: “Perú está quedándose sin espacio para mantener en la cárcel a los expresidentes… cada uno de los seis presidentes peruanos elegidos desde 1990 está o en prisión, o ha estado en prisión o tuvo que enfrentar una orden de detención”.
A la luz de estos cambios importantes en geopolítica, parece que el mundo se está enfrentando a una nueva crisis cada semana. En los últimos meses, desde el brutal ataque a Israel por Hamás el 7 de octubre del 2023, el mundo se ha convertido en algo más violento cada vez y menos seguro. Hay guerras que actualmente se libran en Ucrania e Israel; hay guerra civil en Sudán, asesinatos y violencia en general en el Ecuador; ataques por los rebeldes hutíes en el Yemen, seguidos por huelgas en retaliación en los Estados Unidos; el asesinato de tres soldados de Estados Unidos en Jordania por grupos rebeldes que están respaldados por Irán; y el juicio en la corte mundial de Israel que fue juzgado por genocidio por Sudáfrica. El Tribunal Mundial estuvo a punto de declarar culpable a Israel, pero no lo hizo, aunque si le recomendó a Israel que hiciera un mejor trabajo en su lucha por preservar la vida de los civiles, sin mencionar nada de lo que había pasado el 7 de octubre del 2023. Pareciera que el mundo ha perdido su mente y ahora se está sumiendo en un caos que no habíamos visto en muchísimas generaciones. ¿A dónde nos está conduciendo todo esto y que deberíamos estar haciendo?
Cristo dijo lo siguiente a sus discípulos mientras estaba sentado en el monte de los Olivos y miraba hacia el monte del Templo, justo a través del valle de Cedrón: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21:34-36, énfasis añadido).
Cristo advirtió a sus discípulos que debían velar y orar para que pudieran estar ante el Hijo del Hombre en el día de su regreso. Si bien no sabemos “el día y la hora del regreso de Cristo” (Mateo 24:36), debemos vivir nuestra vida como si estuviéramos en esos días finales. Estoy seguro de que todos estamos muy preocupados con los sucesos en el escenario mundial, pero, ¿acaso eso tiene algún efecto en la forma en que nosotros vivimos nuestra vida? ¿Estamos viviendo como si estuviéramos en el tiempo del fin?
La Pascua que nos exhorta a cada uno a examinarnos cada año (1 Corintios 11:28), está sólo a diez semanas y debería ser un llamado para despertarnos a todos nosotros. Es tan fácil sentirnos tan entristecidos por los eventos mundiales, hacer una pausa por un momento y orar por el retorno de Cristo y luego, ir a nuestra rutina diaria llena de nuestras preocupaciones y pruebas personales. Yo digo esto porque eso me pasa a mí también. Yo leo acerca de los eventos mundiales, oro por ellos y luego me vuelvo a sumergir en el trabajo respondiendo cientos de correos electrónicos, preparando sermones, escribiendo cartas, enseñando clases y así sucesivamente. Todos debemos reconocer cuán fácilmente podemos ser insensibles a las tragedias que están sucediendo diariamente a nuestro alrededor.
La palabra que se traduce como velar, en Lucas 21:36, es traducida de la palabra griega agrupneo y significa: “no dormir, mantenerse despierto y estar alerta” (Lexicón griego/ingles del Nuevo Testamento de Thayer). Tiene más el significado de “permanecer despierto” que la idea de “mirar u observar”, aunque esto es parte de su significado”. Creo que Cristo tenía más en mente que sólo estar atento a los eventos mundiales y se refería más a que debíamos estar alerta para discernir y no quedarnos dormidos. Yo hablo por mí, pero creo que es lo mismo que sucede para muchos de nosotros. La vida se puede convertir en algo tan ecléctico con pruebas diarias y dificultades que es muy fácil volverse insensible a lo que le está pasando al mundo a nuestro alrededor. Nosotros vemos esos eventos desarrollarse delante de nosotros a todo color en internet y en varios noticieros. sentimos la tristeza y genuinamente clamamos por el regreso de Cristo —la única solución real para el sufrimiento humano.
Como parte de nuestra preparación para la Pascua este año, quisiera animarlos a ustedes a tomar literalmente las palabras de Cristo y orar, y estar velando, a medida que observamos que nos anticipamos al regreso del Hijo del Hombre, nuestro Salvador, Jesucristo. Es importante que estemos velando y atentos a los eventos mundiales —que estemos alerta, que podamos discernir y no ser sorprendidos con la guardia baja por el cumplimiento de la profecía de los tiempos del fin. Estamos de hecho, viendo cómo se están cumpliendo delante de nuestros ojos varios eventos proféticos.
Cordialmente, su hermano en Cristo,