Queridos hermanos:
Les escribo esta carta justo cuando acabo de regresar del último Programa de Liderazgo Internacional Fase 3, que llevamos a cabo en Johannesburgo, Sudáfrica. Ésta ha sido una de las conferencias más grandes que hemos tenido hasta el momento, con una asistencia de 50 personas. En los servicios de sábado, tuvimos un poco menos de 100 personas. Fue una conferencia increíble y fue maravilloso poder ver antiguos amigos después de cuatro años. La última conferencia que tuvimos en la parte sur del África fue en julio de 2019.
Entre los asistentes tuvimos personas de Zimbabue, Zambia, Malawi y Sudáfrica. Cada uno de estos países está enfrentando sus propios desafíos, muchos de ellos son bastante graves. En Zimbabue, la tasa oficial de inflación está alrededor de 250 % anual. Es difícil creer que cualquier país con semejante nivel de inflación pueda mantenerse. Malawi está enfrentando sus propios desafíos tanto a nivel político como nivel económico. Zambia es probablemente el país con menos dificultades pero aun allí los desafíos son reales —inflación, corrupción y una posible crisis económica.
Sudáfrica está en una situación muy triste, dada la belleza y los recursos naturales de esa nación. Pareciera que cada vez que venimos tenemos que enfrentarnos con más noticias acerca del crimen y la corrupción. Esta vez lo nuevo era el problema adicional de cortes de electricidad. En los últimos dos años, el país se ha visto afectado por cortes que vienen en cualquier momento del día o de la noche. Los negocios pequeños están muy afectados. El crimen ha empeorado desde la pandemia. Parece que muchas naciones se han tenido que enfrentar con el mal uso de los recursos y el enriquecimiento de los funcionarios del gobierno que aprovecharon la época de la pandemia. Por supuesto, aun aquí en los Estados Unidos hubo acusaciones de fraude y robo de los fondos públicos, aprovechándose de los millones de dólares que circularon en la pandemia.
Sudáfrica continúa experimentando el éxodo de jóvenes profesionales que salen del país para ubicarse y comenzar nuevas carreras en los Estados Unidos o en las naciones europeas. Con esta clase de disminución de los recursos humanos, el futuro de Sudáfrica es poco alentador. Es una pena. Sudáfrica es una de las naciones más hermosas de la Tierra con una súper abundancia de recursos naturales. Pero sin los recursos humanos para aprovechar esa riqueza, el futuro está lleno de incertidumbre.
Morgan Kriedemann, nuestro pastor de Sudáfrica me comentó que las congregaciones locales están experimentando la partida de miembros hacia otros países. ¿Quién los puede señalar? El señor Kriedemann nos dijo que en un par de meses dos familias que hacían parte del Programa de Liderazgo Internacional se irían a los Estados Unidos para comenzar de nuevo. El desafío del crimen, la corrupción, luchas por el poder y la economía en general, han demostrado ser demasiado para muchos jóvenes profesionales y sus familias.
Quiero animarlos a ustedes a que sigan orando por las bendiciones de Dios y su protección para aquellos que viven en esta parte del mundo. Por supuesto, los hermanos en Sudáfrica no están solos cuando se trata de dificultades. Me lamento diariamente cuando leo los informes de lo que está sucediendo en el mundo y luego escucho del impacto que tiene en los miembros. Veamos algunos ejemplos:
Kenia enfrenta una sequía extrema que de prolongarse podría cobrar la vida de miles de seres humanos. El presidente convocó recientemente un día de oración por todos los kenianos pidiendo que finalizara la sequía. Su enfoque parece ser: ya que todo lo demás ha fallado, intentemos ahora con Dios. Pronto llegará la temporada de lluvias, y si no hay lluvias o sólo hay pocas, muchas vidas se perderán en los meses que restan del año. Hemos comenzado a enviar fondos a Kenia para que los miembros puedan comprar alimentos.
Hay violencia en las calles de Nigeria, porque el presidente recién elegido propuso entre otras, cambiar la moneda. Actualmente este país tiene una nueva moneda que reemplazó a la antigua naira, y en muchos casos las cuentas bancarias de las personas quedaron sin fondos. Esto está provocando unas violentas manifestaciones en toda la nación. Un miembro en la ciudad de Benín nos contó detalladamente como se salvó de estar en una manifestación al frente de un banco en la cual perecieron varias personas. Él estaba haciendo fila para cambiar sus antiguos nairas por la nueva moneda. El banco no quiso abrir y la multitud se tornó violenta. Antes de que estallara la violencia, él recibió una llamada de un amigo que le dijo que se fuera para otro banco cercano que sí estaba abierto. Por minutos logró escapar de la conflagración. Y él agradece mucho a Dios por su protección.
En Perú, nuestros miembros están en peligro como resultado de la violencia que hay en su nación por que el antiguo presidente fue removido de su cargo y la mayoría rechaza al nuevo mandatario (era el antiguo vicepresidente). Y en Sri Lanka, el gobierno cayó recientemente en caos, por el pobre desempeño de la economía. Tenemos miembros en ambas naciones, pero en general están bien. Aunque tienen que vivir constantemente bajo el temor de las protestas violentas.
Esto es sólo una lista parcial de las naciones que en la actualidad están en problemas. Recuerden que en cada nación de estas tenemos miembros y congregaciones. Es fácil dar por sentado lo que seguimos teniendo al menos por ahora, aquí en los Estados Unidos. Damos por sentado el hecho de que el sábado en la mañana podemos tomar nuestros carros y dirigirnos al servicio del sábado, donde tenemos una gran confianza de que estaremos seguros. Si bien hay más peligro hoy de los que había una década atrás, aun aquí en Estados Unidos, todavía tenemos la libertad y la seguridad para reunirnos el sábado. Muchos hermanos se reúnen alrededor del mundo pero cada vez son más grandes los desafíos.
Después de estar una semana en Sudáfrica, sentí que debía escribirles y hacerles saber lo que sus hermanos están enfrentando en diferentes partes del mundo. Vemos en las escrituras que Jesucristo fue movido algunas veces hasta el llanto al ver el sufrimiento que había en su época. ¿Cómo reaccionaría si estuviera en la Tierra hoy? Creo que Él estaría orando fervientemente cada día a su padre para que acortara los días y enviara el Reino. Veamos lo que dijo proféticamente en Mateo 24:22: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”. Debemos estar apercibidos de lo serio de esta situación, reconocer que estamos viviendo “en esos días”. Tristemente el sufrimiento continuará y aun empeorará en los días previos al regreso de Cristo.
Las buenas noticias en este mundo tan caótico es que Dios nos ha bendecido con los recursos para llevar este mensaje que puede cambiar nuestra vida, al mundo entero y que de aquellos que lo escuchen Dios podrá llamar nuevas personas que se unan y completen la misión de predicar el evangelio y cuidar del pueblo de Dios. Piensen en estas cosas y oren aun más fervientemente a medida que se aproxima una nueva Pascua en tan sólo pocas semanas. Ésta es una época de profunda reflexión —en nosotros y en las necesidades de nuestros hermanos alrededor del mundo..
Cordialmente, su hermano en Cristo,