Queridos hermanos:
Me parece extraño escribir 2018, especialmente cuando ni siquiera me alcanzo a imaginar todo lo que sucedió en el 2017. Este último año ha sido especialmente activo para la Iglesia y mi calendario lo refleja muy bien. He hecho varios viajes internacionales para visitar a los miembros en diferentes partes del mundo —comenzando el año, fui a Ghana en enero, después en la Pascua y Panes Sin Levadura fui a Centroamérica. Después de Panes Sin Levadura viajé a Lima, Perú, para visitar la familia Quijano, después de la muerte de Manuel Quijano, nuestro pastor en Perú. Fue un viaje muy emotivo.
En julio, Sharron y yo estuvimos casi tres semanas visitando Sudáfrica, Zambia, Malawi y Zimbabue. En noviembre, viajamos a cuatro países en Sudamérica —Chile, Uruguay, Argentina y Perú. Éste fue mi primer viaje a las ciudades de Montevideo, Uruguay y Buenos Aires y Bahía Blanca, Argentina.
En estas visitas en la Iglesia en 2017, pude ver aproximadamente a 2.000 miembros fuera de los Estados Unidos y 1.000 en Estados Unidos. Esto es casi cerca del 30 % de nuestra asistencia en todo el mundo. American Airlines me envío una maravillosa notificación informándome que había volado millas suficientes para darle la vuelta al mundo tres veces, y esto es otra señal de lo ocupado que estuvo este año.
Por supuesto, no estuve solo. Otros también viajaron por el mundo sirviendo al pueblo de Dios en 2017: David Baker, que viaja al Asia (incluyendo las Filipinas) y Australia; León y Reba Walker, en Latinoamérica y en otras partes del mundo como el coordinador internacional de la Iglesia; Tom Clark en Ghana y Nigeria (además de sus responsabilidades pastorales en Estados Unidos); Tim Waddle, en Kenia; Arnold Hampton, en el Caribe; Joel Meeker en las regiones de habla francesa en África, Europa, Canadá y el Caribe; y Doug Johnson en Canadá (además de sus responsabilidades pastorales en Estados Unidos). Por supuesto, todos estos hombres son respaldados por sus esposas, que ocasionalmente los acompañan en sus viajes. Es un esfuerzo de equipo.
Ha sido muy animador recibir las notas de agradecimiento y correos electrónicos de muchas de esas áreas después de mi visita. Si bien me he sentido muy feliz de visitar a los miembros, y siempre siento que gano más de lo que doy, he llegado a entender la importancia de las visitas ministeriales para los miembros en algunas de esas remotas áreas. Es fácil sentirse solo cuando su conexión con la Iglesia es por las trasmisiones semanales vía internet, literatura y videos. Hay algo especial cuando las personas interactúan personalmente.
En esta reunión, tuvimos muchas buenas noticias para compartir con la Junta Ministerial de Directores. Este último año tuvimos la mayor asistencia a la Fiesta. Nuestra asistencia total (incluyendo los que ven videos, escuchan sermones grabados, o se conectan a nuestra transmisión por Internet) fue de más de 10.700, comparada con 10.400 en el 2016. Esto significa una tasa de crecimiento de un 3 % aproximadamente. Nuestro crecimiento en la asistencia a la Fiesta no ha sido dramático, pero ha sido consistente, con un aumento total de 1000 personas cuando comparamos 2017 con nuestra primera Fiesta en 2011.
Esto fue lo que me expresaron cuando visité a Montevideo, Uruguay, con los señores Walker y Saúl y Carmen Langarica en noviembre. El señor Langarica, quien vive en Santiago, Chile, es el pastor de este grupo, pero sólo puede viajar a Uruguay dos veces al año. El resto del tiempo los miembros se conectan a los servicios vía internet. Fue una ocasión muy especial para las 18 personas que se reunieron allí para un estudio bíblico, seguido de una deliciosa comida con carne de res uruguaya.
Les escribo esto para hacer que ustedes tomen conciencia de que tal vez la necesidad más crítica de la Iglesia en la actualidad —es el liderazgo ministerial y pastoral. En nuestro plan estratégico para el 2018, identificamos tres necesidades fundamentales que debemos enfrentar: desarrollo de nuestras instalaciones (nuestro nuevo edificio para la oficina), entrenamiento de liderazgo internacional y la expansión de nuestros esfuerzos en medios de comunicación. Todos estos tres son fundamentales para la Iglesia, pero ninguno de ellos es mayor que nuestra necesidad de liderazgo ministerial.
En Mateo 9:36, Jesucristo se conmovió cuando vio a un grupo de personas sin un pastor: “Y al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”. El liderazgo espiritual es extremadamente importante, tanto, que Cristo les dijo a sus discípulos: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (vv. 37-38).
Este año que está comenzando, lanzaremos un ambicioso programa de desarrollo de liderazgo para áreas fuera de Estados Unidos. En los Estados Unidos tenemos varios programas para desarrollar hombres para el ministerio de tiempo completo; por ejemplo, el programa enfocado de tutoría. Pero en 2018 llevaremos a cabo nuestros primeros seminarios internacionales de desarrollo de liderazgo desde que IDDAM comenzó en 2010. Nuestro plan es enfocarnos primero en Latinoamérica. Empezaremos en Centroamérica con una conferencia en marzo en Guatemala, y de allí iremos a México, también en marzo y a Chile en abril. Estas conferencias abarcarán seminarios de entrenamiento de liderazgo conducidos por la administración de IDDAM, y también por el señor Walker. Nuestro plan es combinar la experiencia y conocimiento de nuestros cuatro administradores de IDDAM con el señor Walker, para desarrollar futuros líderes en todo Latinoamérica. Después, nuestros planes son ir a otras regiones del mundo con el mismo programa de entrenamiento.
El apóstol Pablo instruyó a Tito a que “…establecieses ancianos en cada ciudad” (Tito 1:5). Estas instrucciones fueron dadas hace casi dos mil años atrás, pero sigue siendo nuestra meta en la actualidad el proveer pastores para los hermanos aún en áreas remotas. El valor espiritual de tener la oportunidad de asistir a los servicios o reunirse regularmente con un pastor nunca podrá ser sobrevalorada.
Esperamos tener muchos logros este año en la labor de la Iglesia. Planeamos completar un nuevo edificio para la oficina, expandir todas las áreas de medios de comunicación, y entrenar nuevos líderes alrededor del mundo. Somos un cuerpo, y nuestra meta es asegurarnos de que ninguno se sienta apartado, sino que todos tengan la oportunidad de estar en contacto con un pastor o ministro de forma regular. Continuamos pidiendo —tal como Cristo pidió— que ustedes: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Esta siega no es nuestra, pero todos tenemos que participar. Estamos en esto juntos.
El 23 de diciembre de 2017, completamos siete años como Iglesia de Dios, una Asociación Mundial. Al mirar atrás en estos siete años, vemos la mano de Dios que ha bendecido nuestros esfuerzos. Un empleado de vieja data en la Iglesia que ha trabajado más de 40 años en las finanzas de la Iglesia, lo expresó de esta forma: “Dios nos ha bendecido más allá de nuestras más grandes expectativas”. Hemos enfrentado muchos desafíos increíbles desde que comenzamos en diciembre de 2010, pero Dios siempre nos ha provisto una salida para continuar.
Gracias por su generosidad, sus oraciones y su respaldo a esta obra. ¡Esperamos visitar a muchos de ustedes en este año!
Sinceramente, su hermano en Cristo
Jim Franks