En los meses de marzo y abril del 2018 se realizó el “Programa de liderazgo internacional” en Guatemala, México y Chile para promover la unidad y el desarrollo de nuevos líderes.
Por Saúl Langarica
Como el señor Franks lo ha comentado, en los meses recientes hemos perdido a tres pastores de la Iglesia, dos de ellos en el área internacional. Otro factor es el hecho de que actualmente la mitad de los miembros de la Iglesia están en el área internacional, mientras que sólo el 25 por ciento del ministerio está en esta misma área.
Esto nos ha hecho ver la necesidad de tener las conferencias de liderazgo internacional a fin de cumplir con dos objetivos primordiales: preparar líderes para la Iglesia a mediano y largo plazo e incrementar la unidad a nivel mundial en todos los ámbitos.
Para cumplir con este ambicioso plan, la administración de la Iglesia en Dallas, junto con el señor León Walker, Director Regional del área hispana y Coordinador del área internacional de la Iglesia, decidieron tener estas conferencias, empezando en Latinoamérica. Con ese fin, las conferencias comenzaron en Ciudad de Guatemala, luego en Monterrey, México y después en Santiago de Chile. De esta manera se pudo invitar a todos los pastores, ministros y líderes de Latinoamérica. Las tres conferencias fueron un éxito rotundo. Enseguida leeremos los comentarios de varios de los ministros invitados a dichas conferencias:
Larry Roybal: “El programa de entrenamiento pastoral en México cumplió sus objetivos aún más allá de lo esperado, porque además de recibir un excelente entrenamiento, fue una gran oportunidad de convivir con todos los ministros líderes de la sede. Tanto el ministerio local como los invitados, expresaron que habían aprendido mucho y que la información recibida les ayudará grandemente en su desarrollo personal. Nos sentimos muy honrados por haber sido los anfitriones, aquí en México, de este ambicioso proyecto. Esperamos poder seguir recibiendo cursos de entrenamiento de este tipo en el futuro. Estamos muy agradecidos con el señor Franks y su equipo por haberse tomado el tiempo de viajar hasta acá para compartir con nosotros sus conocimientos y experiencias. Nuestra esperanza es que pronto podamos disfrutar de nuevo el recibirlos aquí para seguir conviviendo y compartiendo las cosas que para nosotros son invaluables: conocimiento y hermandad”.
Adán Langarica: “Cada una de las conferencias a las que he sido invitado, desde la primera en 1995, ha sido muy importante. Pero, esta última ha sido muy especial por varias razones: es la primera vez que son nuestros líderes de la sede los que hicieron el sacrificio de venir a nuestra área y eso ha sido muy apreciado por todos nosotros. También fue una oportunidad para que diáconos, diaconisas y personas que ayudan regularmente en las congregaciones, estuvieran presentes y vean y experimenten por ellos mismos la grande bendición de ver la unidad que existe en la Iglesia, especialmente en cuanto a la doctrina. Pudimos ver la importancia de que todos los que tenemos la responsabilidad de predicar, hablemos una misma cosa. Personalmente agradezco a Dios el liderazgo humilde y fiel que tenemos en la Iglesia ahora. Cada uno de ellos es motivo de inspiración en nuestro trabajo diario”.
Pablo Dimakis: “Recientemente tuve la oportunidad de asistir a la conferencia de liderazgo en la ciudad de Monterrey, México, para pastores y sus esposas, ancianos locales, diáconos y miembros líderes de las congregaciones. Considero que estas conferencias son excelentes oportunidades de aprendizaje y un recordatorio de las doctrinas, tradiciones y prácticas de la Iglesia con respecto a los deberes y responsabilidades de todos los que estamos involucrados en la obra del ministerio, bajo la guía y dirección de Jesucristo. También son una excelente oportunidad de compañerismo cristiano con los dirigentes administrativos de IDDAM y con nuestros colegas y líderes de las congregaciones mexicanas. Estas conferencias son sumamente inspiradoras y motivadoras para esforzarnos en mejorar en el desempeño de nuestras responsabilidades ministeriales y pastorales”.
Luis Mundo Tello: “Las conferencias de liderazgo han enriquecido el papel que desempeña cada líder en su congregación, siendo piezas útiles para Dios, siguiendo la verdad. Esto se acopla muy bien a las instrucciones que dirigió el apóstol Pablo a los romanos: ‘De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría’ (Romanos 12:6-8). No dudamos que el liderazgo local se consolida con este trabajo de las conferencias”.
Eleodoro Ávila: “Las conferencias en Guatemala nos dejaron un espíritu de ánimo, motivación, inspiración y un buen ejemplo de parte de las autoridades de la Iglesia. Queremos darle las gracias a los señores Jim Franks, León Walker y a todas las personas que nos visitaron, por su esfuerzo, su amor y dedicación a la Obra de Dios. La impresión es que integran un gran equipo de trabajo que cultiva la unidad, el amor y la comunicación en todo el pueblo de Dios. Apreciamos en gran manera su preocupación por el desarrollo del liderazgo en la Iglesia, para que todos hablemos un mismo lenguaje. Oramos porque Dios bendiga su labor oportuna y necesaria”.
Jaime Guiñez: “Si pudiera resumir en tres palabras el efecto que provocaron en mí las conferencias de liderazgo, podría sintetizarlas en: integración, equipo y motivación. Creo, sin temor a equivocarme, que los asistentes nos quedamos con el sentimiento de unidad, en especial por haber sido invitados a participar de las excelentes conferencias y recibir de muy buena manera las enseñanzas impartidas. Pudimos notar que el actual liderazgo de nuestra Iglesia es un tremendo equipo. Quedamos inspirados para seguir trabajando en ‘hacer equipo’ nosotros también y ser más efectivos en nuestro servicio a la Iglesia. Pienso que el objetivo final de la conferencia se cumplió con creces y logró que los participantes nos sintiéramos deseosos de hacer los cambios personales necesarios, proponernos metas más altas en cuanto a servir desinteresadamente y poner nuestras vidas a disposición de nuestros hermanos”.
Álvaro Matamala: “Sin lugar a dudas para mí, las conferencias de liderazgo han sido una de las reuniones más importantes que hemos tenido en la Iglesia en los últimos años. Luego de unos días, se puede ver en perspectiva el impacto que han generado. Creo que la presencia de nuestros líderes resultó ser un factor de unidad que ha sido destacado por todos. La cercanía entre ellos, la complicidad para bromear, pero a la vez la seriedad y excelente preparación para exponer los temas fue y será un tema obligado que aporta a la unidad de la Iglesia. Me impresionó ver el mismo espíritu en todos los participantes. Pienso que existió unidad de pensamiento y actitud en todos. Las conferencias cumplieron los objetivos: primero, el de preparar a los líderes para un futuro cercano; y segundo, acercar a cada uno de los participantes al compromiso con el servicio genuino hacia el pueblo Dios”.
Alfredo Arboleas: “Las conferencias de liderazgo organizadas en Santiago de Chile fueron un éxito total. La idea de llevarlas a cabo en distintos lugares fuera de la sede de la Iglesia para poder compartir las instrucciones con los líderes locales, fue maravillosa. La organización local de las conferencias fue excelente, desde el comienzo hasta el final. La participación de todos los líderes locales fue muy provechosa y dejó una profunda sensación de satisfacción de haber compartido y recibido enseñanzas del liderazgo de Dallas. Necesitamos esa guía y dirección para hacer más fructífera la Obra de Dios en esta parte del mundo”.
Sí. Las conferencias de liderazgo en los tres lugares en Latinoamérica han sido un rotundo éxito. Pudimos sentir a Dios envuelto en todos los aspectos porque fueron para su honra y gloria y para preparar a personas que colaboren con Él en la supervivencia de su Iglesia y se cumpla con la profecía de Mateo 16:18: “y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Gracias a Dios porque esta profecía sigue vigente hasta nuestros días. El milagro de la Iglesia está aún cumpliéndose. CA