Queridos hermanos:
Antes de entrar en materia en esta carta a los miembros, quisiera darles la última actualización acerca de mi salud. Como resultado de un defecto congénito relacionado con mi válvula aórtica, el 1 de julio tuve que someterme a una cirugía para reemplazarla, en el Centro Cardíaco de Plano. El lunes 4 de agosto, volví al centro para que me revisara el cirujano que había realizado el reemplazo de la válvula. Él se sintió muy complacido con mi progreso y afirmó que todo indicaba que yo estaba ya en un 85 % de sanidad de la cirugía. Sin embargo, él todavía quiere que yo pase por el programa de rehabilitación cardiaca que se lleva a cabo en el hospital, antes de darme el permiso para trabajar y regresar a las actividades normales, incluyendo los viajes. Él dijo que después de que terminara mi rehabilitación, no habría más restricciones en mis actividades. Ya que esa válvula que tenía una malformación, limitaba el flujo de sangre de mi corazón, me dijeron que con el reemplazo de la válvula antigua yo debería estar mejor que antes. La parte más sobrecogedora de esto es que yo no tuve ninguna indicación física que diera a entender que algo estaba mal en mí, sólo en los últimos meses se me presentaron ciertas cosas. Obviamente, sí había algo que no estaba funcionando bien.
El 1 de agosto se cumplió un mes de la cirugía y he estado poco a poco regresando a las actividades normales. El 7 de agosto empecé la rehabilitación cardiaca que dura un mes, y termina en la primera parte de septiembre. El doctor cree que en ese momento podré volver a trabajar sin restricciones. Creo que Dios ha intervenido y estoy muy contento de terminar la rehabilitación en la cual voy a tomar clases cada día (cinco días a la semana) en el gimnasio del hospital. Me colocarán algunos electrodos para monitorear mi corazón mientras dure el ejercicio. Hay una muy buena posibilidad de que pueda regresar a trabajar, y a los servicios, la segunda semana de septiembre, que es más o menos un mes antes de la fiesta de Tabernáculos.
Como todos se pueden imaginar, en los últimos 30 días he tenido muchísimo tiempo para pensar. En esta carta quisiera compartir con ustedes algunos de mis pensamientos. Cuando estaba trabajando entre 10 a 12 horas al día y viajando por el mundo, parecía que todas mis oraciones estuvieran enfocadas especialmente en la labor que yo estaba realizando. Pero ahora, en la medida que he tenido que afrontar mi vida y escuchar los lamentos de otros, tengo un enfoque hacia la oración muy diferente. No me mal entiendan, yo creo que la obra que hemos estado haciendo es muy importante y estoy muy contento de poder regresar a esa labor. Pero considero que las pruebas que las personas están experimentando, el sufrimiento que están viviendo personalmente, yo me he enfocado más en la necesidad que tenemos de la intervención de Dios en nuestra vida.
En este último mes, he podido enfocar mi atención en otros que están sufriendo de varias enfermedades, que varían desde temas cardiacos hasta varios tipos de cáncer. No voy a hacer una lista de nombres, por temor a dejar alguno fuera, pero yo sé que todos ustedes son conscientes de las solicitudes de oración que hemos hecho recientemente. Mi lista de oración se ha expandido y creo que mis oraciones son más personales y sentidas. Es difícil para mí aceptar la misericordia que Dios me ha mostrado, mientras que otros todavía siguen sufriendo. Los doctores se sienten asombrados de que no tuviera ningún síntoma antes y que no experimentara ningún dolor después de la cirugía. Lo único diferente que he experimentado desde la cirugía ha sido la fatiga. Cuando me siento cansado simplemente tengo que parar y descansar. Pero sé que esto no es nada comparado con lo que otros están afrontando.
Recientemente, estaba pensando en los versículos que encontramos en Santiago 5 acerca de la importancia de orar y su relación con la sanidad. Estos versículos no son controversiales y creo que significan exactamente lo que dicen. Dios escucha nuestras oraciones y cuando oramos fervientemente por alguien más, Dios nos escucha y ha prometido que nos responderá. Por supuesto todos sabemos que la respuesta que Dios nos da puede no ser la respuesta que quisiéramos tener, pero lo que es más importante es que Dios escucha y Él responde: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:14-16).
Los animo a todos ustedes a meditar más profundamente en las solicitudes de oración que recibimos cada semana. Los animo a que cada uno de nosotros piense en las personas que están sufriendo. Hay una cosa que todas tienen en común y es que todas las personas que solicitaron oraciones, tienen crisis serias con su salud y necesitan desesperadamente la intervención de Dios. Con mi crisis de salud me he dado cuenta que estas solicitudes de oración y las situaciones que allí describen, me han hecho sentir y experimentar emociones más profundas. No quiero dar la impresión de que yo no oraba por otros antes de mi cirugía, pero debo admitir que ahora tengo una perspectiva diferente y me siento más cerca de cada persona cuando leo lo que expresa en su solicitud de oración.
Antes de concluir esta carta, quisiera darles algunas actualizaciones de la Iglesia. La obra de la Iglesia sigue avanzando. Estoy muy contento de tener a hombres y mujeres que están dedicados a llevar el mensaje a todas partes y a desarrollar el liderazgo de la Iglesia alrededor del mundo. Doug Horchak y su esposa Tania acaban de regresar de un viaje de dos semanas al África. Sus informes acerca de nuestros programas de desarrollo de liderazgo en naciones tales como Zambia, Zimbabue, Malawi, Kenia y Uganda, fueron muy inspiradores. Clyde Kilough y nuestro departamento de medios continúan produciendo material de calidad que ha sido ofrecido gratuitamente al mundo y nos alegra ver el gran crecimiento que ha tenido el Departamento de Correspondencia personal en los últimos dos años. Dave Myers y su esposa Pam continúan viajando en los Estados Unidos, trabajando con el ministerio y desarrollando nuevos ministros para el futuro. Nuestras finanzas se mantienen sólidas bajo la supervisión de nuestro tesorero Britton Taylor. Por supuesto, le agradecemos a Dios por nuestra posición económica actual. También tenemos otros hombres y mujeres que viajan por el mundo representando la Iglesia
—nuestros directores regionales, León Walker, Joel Meeker, David Baker y Arnold Hampton y nuestros pastores más experimentados, Paul Carter, Tim Waddle, Doug Jonhson y Jon Pinelli. Y hay muchos otros. Somos un equipo de hombres y mujeres que trabajan para alcanzar una meta en común.
Quisiera confirmarles que todos los permisos para construir ya los tenemos y que el martes 5 de agosto, cerramos una negociación para adquirir un préstamo y este es el último documento que necesitamos para que nos permitan comenzar la construcción del nuevo auditorio y centro educativo. Aunque nuestros fondos nos dan para pagar totalmente la construcción del nuevo edificio, hemos decidido tomar un préstamo que equivale a la mitad de todo el dinero que se requiere para este proyecto, en lugar de utilizar nuestros propios fondos. La deuda que vamos adquirir para la construcción, sólo hará que utilicemos una categoría que habla de utilizar los fondos durante un período de construcción. Cuando se termine la construcción pagaremos la deuda que tenemos bien sea inmediatamente o poco después, así como lo hicimos con la construcción del edificio.
En este mes de agosto, comenzará otro año en el Instituto del Fundamento. Para el período 2025 a 2026 tendremos 14 estudiantes, lo cual representa un aumento muy animador con respecto al año pasado. Los estudiantes nuevos deberán llegar a McKinney antes del fin de este mes. Además de comenzar un nuevo año del Instituto del Fundamento, vamos a llevar a cabo el primer Programa de Desarrollo Pastoral que hemos tenido para todos los pastores en Latinoamérica aquí en la oficina.
En resumen, mi recuperación está avanzando muy bien. Con un equipo de personas tan dedicado como el que tenemos, vemos cómo la Obra de la Iglesia se está expandiendo en todas las áreas. Espero que ustedes estén tan animados como yo con todos estos progresos.
Cordialmente, su hermano en Cristo,
