¿Hay lecciones de cristianismo práctico que podamos aprender del proceso de confeccionar un vestido de novia?
¡Me encantan las bodas! Disfruto leyendo historias acerca de “todo lo relacionado con las bodas”. Me interesan especialmente los artículos sobre novias que hacen sus propios vestidos para casarse.
Una vez hablé con una costurera experimentada y le pedí que me explicara los pasos que una novia tendría que seguir para confeccionar su propio vestido. Cuanto más escuchaba a la costurera, más me recordaba que nosotros en la Iglesia de Dios, la Novia de Cristo, tenemos un papel importante en la creación de nuestro vestido de novia, mientras Cristo nos prepara para nuestro matrimonio con Él mismo (Efesios 5:26-27).
Este pensamiento surgió al leer el Salmo 45:13-15: “Toda gloriosa es la hija del rey en su morada; De brocado de oro es su vestido. Con vestidos bordados será llevada al rey; vírgenes irán en pos de ella, compañeras suyas serán traídas a ti. Serán traídas con alegría y gozo; entrarán en el palacio del rey”.
Esta tarea es una enorme responsabilidad para la futura Esposa de Cristo, pero ella no está sola en el proceso. El Padre le ha brindado asistencia para ayudarle a lograr su objetivo.
Aquí hay cuatro pasos que me mencionó la costurera y que son parecidos a cómo la Novia de Cristo se prepara para su boda.
Paso 1: Seleccionar el modelo del vestido
Los vestidos de novia vienen en diferentes estilos y tamaños. Antes de elegir un modelo, la novia debe determinar qué estilo le sienta mejor. Entonces recorre catálogos, busca en internet o explora tiendas de novias. Ella está buscando algo que sea halagador y que haga sonreír a su novio cuando la vea caminando por el pasillo, el día de la ceremonia. Una vez seleccionado el estilo, elige el modelo (en la talla adecuada) para su vestido.
De manera similar, Dios sabe que todos tenemos diferentes tamaños, formas, colores, nacionalidades y personalidades. Pero el modelo que debemos seleccionar es el que Dios ha elegido para nosotros: edificar el carácter de nuestro Novio, Jesucristo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca” (Juan 15:16).
Para dar este tipo de fruto, no modelamos nuestras vidas según el mundo: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:15-16).
Debemos encajar en el modelo de vestido que el Padre ha seleccionado. Somos elegidos por Dios y debemos desarrollar un carácter santo y justo (Isaías 61:10).
Paso 2: Reunir los materiales y suministros
Seda, encajes, botones, cremalleras, agujas e hilo son sólo algunos de los materiales que necesitará nuestra novia costurera. Así como eligió cuidadosamente el patrón, también debe seleccionar cuidadosamente la tela y los materiales necesarios para confeccionar su vestido. Cuando llega el momento, coloca con cuidado su patrón sobre la tela y lo corta con precisión para asegurar un ajuste adecuado. Ella utiliza sus herramientas para crear y agregar adornos que harán que su apariencia sea distinguida.
En la Iglesia de Dios, todos somos individuos distintos con diferentes dones y cualidades que se unen en el patrón de carácter que Dios quiere ver desarrollado en la Novia de Cristo : “sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:15-16).
Paso 3: Hacer las modificaciones necesarias
En la primera prueba del vestido, se pueden ver las imperfecciones que deben corregirse. Se necesitarán pellizcos y pliegues. Se usarán muchos alfileres para este propósito. ¡A veces la punta de los alfileres puede ser dolorosa! Se realizarán pruebas continuas hasta que el vestido de novia esté completo y listo.
A través de varias pruebas, somos transformados a la imagen misma de Dios. A través de la oración, el estudio bíblico, el ayuno, la meditación y el compañerismo, aprendemos, crecemos, nos superamos y encontramos aliento para aliviar los dolorosos ajustes que debemos hacer en nuestras vidas.
Paso 4: El día de la boda
Ahora el vestido está listo para la novia y ella está lista para su vestido. ¡Ha llegado el día de la boda! Con su hermoso vestido hecho a medida, el padre le entrega la hija a su novio, frente a familiares y amigos. Es un tiempo de regocijo.
La Novia de Cristo, que ha esperado con paciencia y ha trabajado en su vestido según las instrucciones de Dios, entra al palacio del Rey para tomar la mano del Novio. Todas las miradas se concentran en ella, mientras camina hacia su amado, Jesucristo mismo. Su vestido está limpio y brillante: “Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Apocalipsis 19:8).
Este es el cumplimiento de la esperanza que teníamos cuando comenzamos el proceso de elección del estilo, el estampado y los materiales de nuestro vestido de novia, hecho a medida. Éste es el cumplimiento de todas las modificaciones realizadas después de nuestro compromiso en el bautismo. Este es el resultado final gozoso de nuestra fidelidad a Dios el Padre y a su hijo Jesucristo.
¡Que comience la fiesta!