Phil Sandilands, ministro local de Dallas, Texas, viajó a Jordania para celebrar la Pascua y el primer día de Panes Sin Levadura con los voluntarios en Amán.
Durante la temporada de fiestas de la primavera de este año, tuve el privilegio de viajar a Amán, Jordania, para visitar a las cuatro personas que están sirviendo en el programa de voluntarios, y estuvimos compartiendo cuatro días en los que hicimos muchas cosas.
Como ha sucedido en el pasado, por invitación de la familia real de Jordania, nuestros jóvenes adultos han estado sirviendo en dos instituciones en Amán. Joshua y Eva Messerly, quienes se casaron justo antes de viajar a Jordania, están trabajando en la Asociación de Mujeres Jóvenes Musulmanas (YMWA) y la Escuela de Bunyat para educación especial. Jessica Schultz y Stella Helterbrand trabajan en la Escuela de Bachillerato de Amán.
Llegué a Amán por la tarde del miércoles, antes de la Pascua, y tardé 45 minutos en llegar a los apartamentos en donde viven nuestros jóvenes adultos. El aire estaba un poco frio por las tardes en los dos primeros días. De hecho, había nieve en Amán unas pocas semanas antes de mi llegada.
Bautismo en el Río Jordán
Siempre recordaré gratamente la mañana del jueves. Los cuatro voluntarios y yo viajamos hasta Betania, más allá del Jordán. Este es el sitio en el que, según la tradición, Juan el Bautista bautizó a Jesús. Si bien no estamos absolutamente seguros de si éste era exactamente el sitio, varias excavaciones arqueológicas allí han descubierto un área en donde hay varios muros de piedra que fueron construidos a lo largo del canal.
En la actualidad, el curso del río está a varios metros de este lugar, a medida que éste cambia con el tiempo, y nosotros nos fuimos de excursión hasta la orilla del río. Éste era un día especial para una jovencita. Eva Messerly iba a ser bautizada en el Río Jordán. No muchos pueden contar lo mismo. Yo le dije a nuestro guía turístico lo que iba a pasar y él hizo los arreglos para que las otras personas que iban en el grupo fueran a visitar una iglesia cercana, con el fin de que nosotros tuviéramos algo de privacidad (aunque varias personas del lado israelí, estaban observando).
En nuestros planes no tuvimos en cuenta la temperatura del río. La semana anterior la nieve continuaba derritiéndose y llegaba al río, y cuando nos sumergimos en el Jordán, por algunos segundos ninguno de los dos pudimos respirar. Después de recuperar nuestra compostura (y el aliento), tuve el honor de bautizar a Eva en las mismas aguas que muchos de nuestros ancestros cristianos fueron bautizados. La experiencia fue muy emotiva para ambos.
Cory Erickson, el líder del proyecto, había hecho toda la consejería para el bautismo, pero no pudo hacer el viaje para bautizarla. Gracias a la tecnología, sin embargo, pudo ver una parte de la ceremonia. Volvimos a Amán y nos comunicamos con Erickson, vía Skype. Luego finalizamos la ceremonia con la imposición de manos, mientras él estaba viendo a través de Internet. ¿Qué pensarían nuestros ancestros si ellos pudieran haber visto esto?
Una Pascua muy significativa
Esa tarde tuvimos 12 miembros bautizados, incluyendo varios amigos de los Estados Unidos, que estaban de visita y Eva, nuestra hermana en la fe más reciente, para una Pascua inolvidable. Antes del servicio, yo estaba leyendo mis notas y pude escuchar el llamado de los musulmanes para la oración en los minaretes ubicados en toda la ciudad.
Me estremeció saber que podíamos guardar las fiestas ordenadas por Dios en esta época, aunque fuéramos visitantes en una tierra extranjera. Me recordó Hebreos 11:13-16, en donde Pablo se refirió a nuestros ancestros como extranjeros y peregrinos en la tierra y que estaban esperando una ciudad que estaba siendo preparada por Dios para ellos. Nuestros voluntarios sabían aun mejor que muchos de nosotros cómo se siente uno al ser un visitante en una tierra extraña durante varios meses.
Al día siguiente, fuimos ocho personas a hacer un tour por la misma carretera, pero en lugar de girar al norte, al sitio del bautismo, giramos al sur y estuvimos toda la mañana en el Mar Muerto. Había visitado este lugar antes, y siempre es una experiencia inolvidable ver a las personas flotando en el agua cargada de sal. Como no tiene ríos afluentes, este lago, que está unos 400 pies por debajo del nivel del mar, se ha convertido en uno de los lugares más salados del planeta. Disfrutamos muchas horas del barro y la sal, y luego disfrutamos de un rico almuerzo.
En la tarde regresamos a Amán donde los voluntarios y visitantes se habían reunido para preparar juntos una maravillosa cena para la Noche de Guardar. Primero, fuimos al supermercado a comprar lo que necesitábamos, y este es un lugar que todos deberían conocer. Los aromas de las especias llenan todo el supermercado: curris, cilantro, cúrcuma-sus olores se reúnen y lo llenan todo. Los vegetales también están apilados en los estantes de la tienda. Si usted ha visitado este lugar, usted sabe que la principal verdura es el pepino, y allí había más de lo que me ha parecido ver en cualquier otro lugar.
Este año, los servicios del primer día de Panes Sin Levadura coincidieron con el sábado semanal, y 15 de nosotros nos reunimos en los apartamentos para un estudio bíblico, seguido de una comida y de compañerismo antes de tener el servicio principal.
Visita a las escuelas
El domingo por la mañana fui con Joshua y Eva a la Escuela de Bunyat para Educación Especial. Fue una experiencia conmovedora ver cómo la escuela, bajo la dirección de la princesa Sarvath, fue establecida para este programa tan necesario. En el tour, vi cómo los instructores enseñaban a los niños a doblar la ropa, a cómo colocarse y quitarse sus propias chaquetas y cómo suplir todas sus necesidades diarias, tales como el cepillado de dientes, lavado de caras, etc. Para muchos, estas tareas son difíciles y el cuidado amoroso que reciben les ayuda a ellos a mejorar su capacidad para enfrentar la vida.
Para aquellos que son mayores y poseen las capacidades, la escuela también ofrece educación en cursos vocacionales. Muchos son entrenados en grabado de madera, culinaria y otros talentos. Pude sentarme con cuatro o cinco jóvenes y ayudar en la clase de tejido. Muchos de ustedes tal vez recuerden su propia niñez, cuando hacían en pequeños telares plásticos unas telas para sujetar ollas. Esto es algo similar, pero ellos utilizan cuerdas e hilo. Este proceso de tejer, los ayuda a adquirir destreza manual.
Esa tarde, compartimos por última vez, porque yo tenía que salir para el aeropuerto en la mañana del día siguiente. Si bien estaba contento de regresar a Dallas, Texas, con mi familia, también me sentía triste por dejar a estas cuatro maravillosas personas, que están mostrando por medio de su ejemplo cómo vivir la vida según Dios en medio de este mundo. Puedo ver por qué este proyecto ha tenido tanto éxito durante tantos años. Es en verdad un servicio necesario y yo estoy muy orgulloso de lo bien que lo han hecho estos jóvenes adultos.
— Por Phil Sandilands