Fernando Barriga murió el 25 de agosto de 2012. Le sobrevive Acelia, su esposa por casi 34 años y seis hijos, 18 nietos, 16 tataranietos, tres hermanos, tres hermanas y muchos primos, sobrinos y sobrinas. Dos hijos y una hija lo precedieron en la muerte.
Fernando también deja a muchos amigos alrededor del mundo, quienes lo recuerdan por su energía y su dedicación a Dios y al servicio de su pueblo.
Fernando nació el 20 de noviembre de 1920 en Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Él se trasladó a los Ángeles, California a la edad de 17 años.
Fernando comenzó a trabajar en el Departamento Hispano como voluntario un año, antes de 1971. Él fue empleado de tiempo completo en el Departamento Hispano en Big Sandy, Texas, en 1971. Luego, se trasladó a Pasadena, California, cuando el Departamento Hispano fue trasladado allí. Durante ese período la labor principal de Fernando era en el Departamento de Correspondencia Personal, respondiendo las cartas que nos llegaban de todas partes de España y Latinoamérica.
Después de ser ordenado ministro, sirvió como pastor de los miembros de España y Portugal desde 1975 hasta 1988. También fue coordinador de la Fiesta en España en esos días. Fernando también pastoreó las congregaciones de Tijuana y Mexicali, México, desde 1979 hasta 1986. También pastoreó la congregación de habla hispana en Pasadena, California, desde 1986 hasta 1990. Fernando se retiró el 3 de agosto de 1990. Luego se trasladó a Chula Vista, California, dónde vivió la mayor parte del tiempo hasta su muerte.
Tal vez el mayor legado que Fernando dejó, aparte de su relación con su familia y sus amigos, fue la traducción de himnos al español. Ésta realmente fue una labor de amor de su parte. Fernando amaba la música y tenía una voz hermosa y potente. Su amor por la música y su compromiso de servir lo motivó a traducir todos los himnos que la Iglesia ha publicado a través de los años. Fernando hizo la mayor parte de su trabajo por iniciativa propia y sin recibir ningún pago. Él fue realmente una fuerza motivadora detrás de la publicación de himnos en español. Su invaluable contribución seguirá siendo muy apreciada en los años por venir.
Fernando fue un siervo de Dios profundamente motivado y tomó su llamamiento y responsabilidades muy seriamente. También era una persona cálida con la que se podía congeniar fácilmente, y con quien fue un privilegio servir regularmente durante muchos años.
—León Walker