Vivimos en una sociedad hastiada de todo. Tal parece que es muy difícil sentirnos impresionados con lo que pasa ahora. Hemos visto todo y hemos hecho todo como sociedad y tristemente algunas veces sentimos lo mismo en la Iglesia. Por otra parte, no podemos acusar a nadie. Hemos visto muchas cosas que han pasado en los últimos 17 años en la Iglesia y no han sido muy animadoras que digamos. ¡Pareciera que luchamos por hacerlo bien, pero con frecuencia fallamos cuando tratamos siquiera de acercarnos a lo que es bueno!
Acabamos de terminar una maravillosa conferencia ministerial aquí en el área de Dallas. No quisiera utilizar todos los adjetivos que describen lo que sucedió, pero realmente creo que esta conferencia fue muy distinta de otras que hemos tenido en el pasado y fue un momento excepcional en nuestra corta historia. También soy consciente del hecho de que tal vez puedan pensar que mi opinión esté prejuiciada. Al fin y al cabo, yo fui uno de los que ayudó a organizar la conferencia.
Muchos otros también trabajaron con diligencia para preparar la conferencia, así como el staff y los miembros de la congregación local y yo quisiera tomar un momento para reconocer sus esfuerzos y servicio. A Dios le complace ver que podemos trabajar como un equipo sin que busquemos ser el centro de atención. También quisiera agradecer a todos por sus oraciones.
En lugar de tratar de encontrar las palabras adecuadas para describir este evento especial, quisiera compartir con ustedes un correo electrónico que recibí después de la conferencia. Es de un pastor de gran experiencia en la Iglesia, André van Belkum. El Sr. van Belkum ha tenido muchas experiencias en las conferencias a lo largo de los años, desde cuando era director regional en la Iglesia de Dios Universal. EL Sr. van Belkum escribió:
Saludos desde Nueva Zelanda.
Muchísimas gracias por la oportunidad especial y el privilegio de asistir a la conferencia ministerial. Debemos decir que fue un punto culminante en la historia reciente de la Iglesia; después del período inicial en el que nos estábamos acomodando, ahora estamos listos para cumplir la responsabilidad dual que Cristo nos ha dado.
Es interesante anotar que después de la presentación de Clyde, en la cual se hizo el lanzamiento oficial del sitio, las personas salieron con lágrimas en los ojos y regresaron a sus cuartos para dar gracias a Dios por lo que Él había logrado en tan poco tiempo. Como alguien que estaba detrás de mi dijera: “yo sé adónde vamos todos”. En el pasillo que conducía a nuestras habitaciones me encontré con Erlene Becker, que estaba llorando de alegría, diciendo lo increíble del progreso que se había logrado en pocos meses. Con otros que hablé también se sentían igual.
Hemos preparado la tierra y ahora estamos con muchas expectativas de ver lo que Cristo va a producir en los años por venir. Por supuesto, el grado de progreso que ocurra será de acuerdo con su voluntad y propósito. Todos partimos de la conferencia con el deseo de ponernos a trabajar, que fue evidente durante la época de Nehemías.
Nuevamente, gracias por toda su labor y el esfuerzo que tanto usted como los demás han dedicado a las diferentes presentaciones y a la organización de las actividades.
Con gratitud,
André y Elize (he compartido la información con ella).
La conferencia se concentró en dos aspectos de nuestra labor: predicar el evangelio al mundo y cuidar del pueblo de Dios. Yo resumí estos dos aspectos como “pasión” y “compasión”. Debemos sentir pasión por predicar el evangelio a todo el mundo, “todas las naciones” como leemos en Mateo 24:14 y 28:19; y también debemos “apacentar mis corderos” tal como Cristo le dijo a Pedro en Juan 21:15-17. Si estas dos palabras, pasión y compasión, describen acertadamente la labor que estamos haciendo para cumplir con estos mandamientos, yo estoy seguro de que Dios nos va a bendecir. ¡Fue una conferencia memorable!
— Por Jim Franks