Nuevamente tuvimos el Campamento de Jóvenes 2011 en el hermoso pueblo de Lican Ray, Chile, a unos 800 kilómetros de la ciudad de Santiago. La mayoría de los participantes viajaron en autobús desde Santiago, para llegar al lugar del campamento: Prado Verde, en la mañana del día 26 de diciembre.
Durante siete días los campistas de Chile, algunos de Perú y algunos de Argentina, se regocijaron en las instalaciones del bien equipado campamento. El lugar tiene acceso directo al hermoso Lago Calafquén. Todos los asistentes al campamento tuvimos la oportunidad de apreciar el bello escenario del lago y también las verdes montañas y el volcán nevado que rodean el lugar.
Durante toda la semana, la totalidad del campamento fue de uso casi exclusivo para nuestros jóvenes. Los hermosos jardines y pasto verde del lugar con todas sus instalaciones fueron usados libremente por los 77 campistas y los 11 miembros del staff. Los varones se quedaron en carpas en una zona exclusiva en frente del lago.
Las señoritas se hospedaron en las cabañas, prácticamente nuevas del lugar. Los campistas de más edad del grupo ayudaron como monitores para los campistas jóvenes y los ayudaron y aconsejaron durante todo el tiempo. Los jóvenes chilenos estaban muy contentos de tener la visita de seis jóvenes del Perú y tres de Argentina. Todos participaban en las variadas actividades de cada día.
Las actividades empezaban a las nueve de la mañana y terminaban a las 12 de la noche. El lugar de reunión para las actividades educativas es muy espacioso y localizado convenientemente con vista al lago. En este lugar se llevaron a cabo los servicios del sábado, los estudios bíblicos de cada día, las miniconferencias dadas por los mismos jóvenes, las actividades que se llevaban a cabo después de la cena, así como todas las comidas.
Un grupo de siete damas estuvieron todo el tiempo preparando el desayuno, el almuerzo, la merienda de la tarde y la cena. Ellas tenían que preparar prácticamente cuatro comidas al día. Esto las mantuvo muy ocupadas. Les expresamos a ellas nuestra profunda gratitud por su trabajo en beneficio de la juventud de la Iglesia.
“La verdad os hará libres”
Los campistas llegaron al campamento previamente preparados para aprender acerca del lema de la actividad: “La verdad os hará libres”. Todos llevaban la expectativa de aprender acerca de este tema y de ponerlo en práctica durante toda una semana. Este mismo tema general fue la base para los estudios bíblicos de cada día, los cuales fueron dados por el pastor, Saúl Langarica.
El Sr. Langarica y su esposa Carmen organizan este campamento todos los años con el propósito de enfocar a los jóvenes de la Iglesia en la responsabilidad que ellos tienen hacia Dios, hacia la Iglesia y hacia cada uno de los otros participantes en el campamento.
En este campamento se enfatizó el hecho de que aun a una corta edad es posible defender y practicar la ley de Dios, especialmente en un mundo que no lo hace. Los jóvenes recibieron herramientas prácticas para lograr este propósito.
Los muchachos también recibieron instrucciones para prepararse para ser líderes, a la manera de Dios, en los próximos años dentro de la Iglesia y en el reino de Dios. Se les dijo que especialmente deben aprender a controlar sus emociones y a enfocarse en las cosas de Dios todos los días.
Actividades del campamento
Las mañanas de cada día fueron usadas para los estudios bíblicos. También se dedicaba una hora diaria para meditar y hablar de las cosas de Dios entre los mismos jóvenes. A esta hora especial se le llamaba “Acuérdate de tu Creador”.
Hubo además algunas conferencias acerca de temas especiales, entregadas por Saúl y Carmen Langarica, Daniel Sepúlveda, Pablo y Patricia Carvajal y Elisa Chávez. También, durante una hora por las mañanas, cinco jóvenes presentaban mini conferencias de unos 10 minutos cada una, acerca de algún tema de interés para el presentador y para los otros campistas.
Durante la primera parte de la tarde, todos tenían la oportunidad de ir a bañarse al lago, jugar libremente o simplemente conversar unos con otros. Durante la segunda parte de la tarde había deportes organizados como futbol y voleibol.
Todos los campistas fueron organizados en cuatro equipos, entre los cuales se organizaron campeonatos de voleibol y futbol a lo largo de toda la semana, para tener las finales de estos deportes al terminar el campamento.
El viernes en la mañana, todos fuimos a una caminata a un cerro cercano, que duró un total de cuatro horas entre el ascenso y el descenso. Mientras estábamos en la parte alta de la montaña, se presentaron algunas conferencias teniendo como fondo el hermoso lago y también el Volcán siempre nevado de Villarrica.
Al final de cada día tuvimos una actividad organizada, en la cual participaban todos los asistentes. En la primera noche, los campistas nuevos se presentaron ante los demás y después todos cantamos canciones alrededor de una fogata.
También hubo una noche de baile, una de película, y una de karaoke. La noche del viernes tuvimos una cena formal de inicio de sábado para hacer una pausa de la ocupada semana. Fue hermoso ver llegar a los jóvenes bien vestidos y respetuosos del día santo. Al terminar el sábado tuvimos un asado y luego una noche de talentos que los campistas habían estado preparando en sus “tiempos libres” durante el campamento.
Importancia del campamento
Al terminar el campamento, Fanny Cisterna, de Chile y Manuel Sánchez, de Arequipa, Perú, fueron nombrados como los mejores campistas. Ambos recibieron premios y felicitaciones por su excelente comportamiento durante la estancia en Lican Ray.
Al final del campamento, todos los jóvenes hicieron una reflexión acerca de la alegría que tuvieron durante estos siete días y también acerca del crecimiento moral y espiritual que experimentaron en tan corto tiempo. Los jóvenes recibieron proyectos y metas para poner en práctica al regresar a sus casas y también fueron exhortados para mantenerse en contacto unos con otros para fortalecer sus lazos de amistad y de hermandad en la iglesia.
A los jóvenes se les exhortó a meditar en que esta vida no es una película ni un sueño, sino que es algo real y que las acciones de ellos van a determinar su futuro. También se les enfatizó que la verdadera libertad viene al poner a Dios y a sus leyes primero en nuestras vidas.
Creo que los campamentos de jóvenes son muy importantes porque es un tiempo especial para que ellos aprendan a separarse del mundo y de sus actividades, pero también es una oportunidad para unir a los jóvenes que están luchando para ser diferentes en relación a este mundo.
Gracias a Dios por toda su protección, por su guía y por su bendición a través de todo el tiempo de este campamento. Deseamos que todos los jóvenes mediten acerca de las lecciones aprendidas. Sinceramente deseamos verlos de nuevo en el campamento del próximo año.
—Por Brigitte Parada