El día viernes 1 de junio, por la tarde, la congregación recibió la triste e inesperada noticia de la partida de nuestro querido Norbert Haase. Rápidamente un buen grupo de hermanos se hizo presente ese mismo viernes por la noche en la casa de los Haase para acompañar a la familia, dolida al igual que la congregación por la noticia. Mi padre, Manuel Quijano, que estaba de viaje visitando a la congregación de Arequipa, tomó el primer vuelo del sábado para estar con la congregación en el servicio, el cual fue muy emotivo debido a lo sucedido.
Cuatro días después, el martes 5 de junio, reunidos familiares, hermanos en la fe, compañeros de trabajo y amigos, le dimos el último adiós a Norbert. Las palabras que brindaron sus superiores de trabajo en la Cruz Roja y la miembro de la Iglesia, Ana Sifuentes, nos hicieron reafirmar el cariño que todos los asistentes, y también los que no pudieron estar presentes, sentimos y con el cual siempre recordaremos a quien fue en vida una gran persona, muy querida en la Iglesia, y que nos deja gratos recuerdos que siempre llevaremos con nosotros.
Conocí de toda mi vida a Norbert y en nombre de todos los que lo conocimos puedo decir que lo vamos a extrañar. Extrañaremos al “extraño de pelo largo”, personaje que representara en un karaoke que se hiciera en la Fiesta de Tabernáculos. Extrañaremos al que se disfrazaba de payasito para alegrar a los niños en la fiesta infantil. Extrañaremos sus dulces que parecían no acabarse y seguían saliendo del bolsillo del terno y que repartía a niños y no tan niños también. Extrañaremos su clásica pregunta al empezar sus sermoncillos: “¿Están felices?” Extrañaremos verlo con su Coca Cola listo para traducir el sermón del español al alemán para su madre cada sábado que estaba entre nosotros. Extrañaremos sus cariñosos abrazos con los que todos nos enterábamos que había llegado Víctor Hugo. Extrañaremos también las muestras de cariño tan peculiar que tenía con Patrick, a golpes se entendían. Extrañaremos sus ya tan habituales y siempre graciosas parodias humorísticas, que cada año nos brindaba apoyado por su familia para la Noche de Talentos. Extrañaremos sobre todo su generosidad y espíritu de servicio; siempre dispuesto a dar y servir.
Norbert Haase era una persona con un gran corazón, siempre dispuesto a ayudar a los demás. Él se fue de nosotros haciendo lo que más le gustaba, ayudar a los más necesitados desde su trabajo. Siempre pensando cómo hacer para apoyar de una manera más efectiva a las personas que más requerían de su ayuda. Él se fue, pero su ejemplo quedará como su mejor testimonio entre todos los que tuvimos la bendición de conocerlo. Norbert ya terminó esta carrera, la cual nosotros anhelamos poder terminar de la mejor forma. Esperamos verlo en la resurrección, listo para trabajar por el mundo que él en vida quiso ver; un mundo nuevo, donde ya la muerte no tenga cabida y todo lo malo no exista más.
Hasta más tarde, esto no es un adiós, sino un hasta luego a nuestro querido Norbert. Esperaremos con paciencia hasta que se cumpla la promesa de Dios dada en 1 Tesalonicenses 4:16, “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”.
— Por Alec Quijano