El desarrollo de la personalidad y el carácter de sus miembros, conforme a los principios y naturaleza de Dios, es uno de los principales objetivos en la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial y en los clubes de oratoria se desarrolla poniendo en práctica el compañerismo cristiano.
Siguiendo estos principios, los clubes de oratoria de Guatemala y El Salvador tuvieron una sesión fraternal y edificante el 28 de julio pasado, después de la puesta de sol y luego de concluir el sábado.
Dicha sesión comenzó a las 6:35 p.m. y culminó pasadas las nueve de la noche. La sesión se realizó en la ciudad de Asunción Mita y fue presidida por nuestro ministro, José Eleodoro Ávila. Se contó con la asistencia de 25 miembros, siete de los cuales provienen de Petén y se están integrando con dedicación, fidelidad y perseverancia.
Como parte medular de la reunión, hubo exposiciones de temas de sobremesa, en donde se trató un tema de la Biblia, otro sobre los jóvenes y uno de actualidad en el acontecer de problemas mundiales. Por su parte, los oradores presentaron en sus ponencias temas significativos que son útiles para cada uno de los participantes.
Tres oradores participaron en la sesión, dos de Guatemala, uno de ellos de El Petén y uno de El Salvador. Este último, Carlos Eduardo Parada, se destacó y fue felicitado por su sinceridad y por propiciar el amor y la responsabilidad en su familia.
Isaí Morales y Jesús Alberto Mazariego se enfocaron en una prolífica labor investigativa y desarrollaron el tema: “Investigue los hechos”. Uno en cuanto al tiempo invertido en el estudio y superación; y otro sobre la ausencia de comunicación afectiva por causa de la falta de control en las herramientas tecnológicas de la comunicación.
Se ofrecieron evaluaciones provechosas para los disertantes y se hicieron recomendaciones a todos. La evaluación final estuvo a cargo de nuestro Ministro, José Eleodoro Ávila, quien entre otras cosas mencionó: “Quiero decirles que los beneficios en el Club de Oratoria son grandes. A Dios le agrada el desarrollo del carácter en sus hijos, pero hay que pedirle a Él que se desarrolle ese carácter”.
Al final, todos los miembros del club salieron contentos y esperando que este encuentro se vuelva a repetir.
—Carlos Manuel Méndez Torres