Como cada año, y apegados a la ordenanza que Dios nos da en su Palabra, este año el pueblo de Dios en México se reunió en San Miguel de Allende, Guanajuato, un sitio que recibió a más de 250 personas que se congregaron para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos, un evento mundial que nos recuerda el tiempo de paz que traerá el Reino de Dios por mil años—pronto—y a la vez, un recordatorio de nuestra condición humana (1 Corintios 15:50-54).
Las fiestas de las Cabañas y el Último Gran Día se celebraron este año desde el atardecer del domingo 30 de septiembre hasta el atardecer del lunes 8 de octubre; en ellas estuvieron presentes miembros de las diversas áreas de la República Mexicana, así como hermanos de Estados Unidos, República Dominicana y Guatemala.
Desde el primer mensaje, el coordinador de la Fiesta, Lauro Alberto Roybal Herrera, dio la bienvenida exhortándonos a poner nuestra mirada más allá del reinado milenial de Jesucristo, superando con fe los obstáculos que vivimos día a día y que, a pesar de las dificultades enfrentadas para asistir a los Tabernáculos, debemos tener la fortaleza y confianza en nuestro Creador a fin de continuar en el camino cristiano, de valorar el llamamiento que Dios nos ha hecho y por último, disfrutar adecuadamente de esta maravillosa fiesta.
Con una asistencia máxima de 258 personas, los miembros de la Iglesia de Dios en México vistieron de gala el escenario en el que, además de estudios bíblicos, sermoncillos e inspiradores sermones, se disfrutó de una excelente convivencia y de una maravillosa Noche de Talentos.
Este año se efectuaron diversas y variadas actividades de convivencia cristiana, como fueron los desayunos para la tercera edad, un Baile Familiar que permitió a los asistentes practicar sus mejores pasos, tardes de cine, exposición de fotografías y clases para niños.
Asimismo, durante el primer día de la Fiesta se nos proyectó un video distribuido por la sede de la Iglesia, donde el mensaje que recibimos fue del Sr. Jim Franks, presidente de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial.
Así, en los mensajes recibidos durante los ocho días de la fiesta se recordó el maravilloso mundo que Dios traerá cuando Jesucristo retorne a la tierra, y el asombroso cambio que se efectuará en nuestra naturaleza—los primogénitos entre muchos hermanos, pero sobre todo el increíble propósito que tiene nuestra vida más allá del juicio del Gran Trono Blanco, que es el propósito de Dios, “llevar muchos hijos a la gloria” (Hebreos 2:10).
La Fiesta de Tabernáculos y el Último Gran Día fueron un tiempo maravilloso con abundante alimento espiritual: estudios bíblicos, sermoncillos, sermones y música especial de gran calidad; sin olvidar que se contó con la grata dicha de tener seis bautismos de los asistentes en México.
Indudablemente, Dios pone su nombre en cada uno de los sitios en que su pueblo se da cita para celebrar las fiestas solemnes del Eterno. Los ministros de Dios en esta área: Sr. Adán Langarica (San Luis Potosí), Alberto González (Tepic), Pablo Dimakis (Ciudad de México, Tabasco y Guerrero) y Manuel Núñez (Ciudad Victoria), encabezados por el Sr. Lauro Alberto Roybal, nos brindaron con sus mensajes una de las Fiestas de Tabernáculos más memorables de estos últimos años.
—Por Lauro Roybal