La ciudad de Cochabamba es un departamento de Bolivia situado en el centro geográfico del país. En esta ciudad es donde se encuentra un hermoso lugar llamado “La Casa Campestre”, que está ubicado a 10 minutos de la ciudad de Cochabamba.
Durante estos últimos años, éste ha sido el lugar que el Eterno Dios ha escogido para celebrarle fiestas. La asistencia total este año fue de 35 hermanos entre adultos y niños de tres países, Bolivia, Perú y Chile, que compartimos y disfrutamos de sus fiestas santas al máximo.
Es maravilloso poder disfrutar de la naturaleza de nuestro Padre Creador en este lugar ideal para reflexionar; rodeado de jardines, con un clima primaveral, aire puro, abundante comida y precios muy accesibles para todos; un ambiente ideal, donde la naturaleza del campo lo hace especial. Esto hizo que todos estuviéramos “verdaderamente alegres”, obedeciendo a nuestro Padre Eterno, guardando sus fiestas en el lugar que Él escogió.
Una vez más, la Fiesta fue bendecida con mucha paz, una muy buena actitud, un espíritu alegre y siempre todos dispuestos a ayudar en las distintas tareas.
Desde el mensaje de bienvenida del presidente de la Iglesia, Jim Franks, con doblaje hecho por Saúl Langarica, pastor del área, hasta el último mensaje escuchado, de don Saúl, quien nos instruyó en “Cómo debemos vencer nuestra naturaleza humana”. Todos fuimos testigos de la inspiración de Dios. Todos los mensajes fueron muy bien recibidos por todos los hermanos.
Tuvimos actividades abundantes durante los ocho días para todas las edades. Se inició la Fiesta con una actividad de bienvenida para los visitantes, preparada por los miembros de Bolivia. Los niños tuvieron una muy entretenida fiesta, compartieron y bailaron junto a los tíos y amigos. Y así como los niños, las damas y las personas de la tercera edad, también tuvieron su encuentro combinado a la hora del té en donde se compartieron experiencias y una rica torta, además de un video de reflexión.
También hubo una tarde de talentos, donde fue posible apreciar los diferentes dones de los hermanos. Para la familia, hubo un baile familiar en el que cada uno mostró sus habilidades en la pista. Además tuvimos actividades deportivas, donde los que más disfrutaron fueron los adultos. Tuvimos también una muy provechosa conversación con los jóvenes durante el cual hablamos de la importancia de decidir correctamente siempre poniendo a Dios primero.
Estoy completamente seguro de que para cada uno de nosotros que estuvimos en alguno de estos 41 lugares de Fiesta, ésta ha sido “nuestra mejor Fiesta”, ya que nuestro Padre Dios, y Jesucristo, su hijo, son los que estuvieron a cargo y se agradaron de esta celebración porque su pueblo se esforzó al máximo por hacer su voluntad.
Vendrán pruebas, sin duda, vendrán dificultades, vendrán aflicciones, pero recordaremos lo que dijo Jesucristo a través de Juan: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
Dios hizo su parte en su Fiesta. Ahora nosotros debemos hacer la nuestra. Debemos mantenernos firmes con el espíritu y el ánimo en alto para enfrentar cualquier obstáculo que se nos presente en este peregrinar. Gracias a Dios y a todos nuestros hermanos que han hecho posible que esta Fiesta haya sido nuestra mejor Fiesta.
—Carlos Verdugo