Este año la Fiesta de los Tabernáculos se llevó a cabo una vez más en Lican Ray, un pequeño pueblo a orillas del Lago Calafquén a unos 800 kilómetros al sur de Santiago, Chile. Como en años anteriores, todos los miembros se alojaron en el complejo de cabañas “El Conquistador”. Cada una de las 258 personas que asistieron a la Fiesta disfrutó al máximo esta fiesta santa. Todos los hermanos se quedaron en cabañas, calefaccionadas con estufas a leña, lo que le dio el toque hogareño a la Fiesta.
Toda la Fiesta se enfocó en el futuro Reino de Dios y cómo estos días representan el Milenio venidero. Los hermanos tuvieron la oportunidad de recibir instrucción espiritual durante los ocho días y de compartir unos con otros en tan bello lugar.
Los mensajes de la noche de apertura fueron dados por don Fermín Nain, anciano local en Chile, seguido del video pregrabado por nuestro Presidente, el Sr. Jim Franks.
Lican Ray es verdaderamente un paraíso durante este tiempo del año. Está rodeado de abundante vegetación, lagos y ríos. Se pueden ver los cultivos al lado de las carreteras, las montañas y volcanes cubiertos de nieve en varios lugares. ¡Incluso hay pavos reales y otras aves exóticas caminando por el complejo donde se alojaron los hermanos! Todos estaban maravillados de ver tan cerca la creación de Dios durante toda la Fiesta. Algunas personas y sus familias tomaron un breve tour en catamarán por el lago, a lo largo de la península.
El sitio de Fiesta fue bendecido con algunos días de lluvia (clima normal para esta región en particular), pero la mayoría de ellos estuvieron soleados y frescos. Dios también bendijo a los hermanos con paz, armonía, alegría, buena comida y su protección en abundancia. El Espíritu de Dios estuvo claramente trabajando con todos.
Aparte de los servicios formales, hubo dos estudios bíblicos (uno general y otro sólo para jóvenes), lo que proveyó de comida espiritual adicional a todos los presentes.
Al comienzo del Último Gran Día, cuatro personas fueron bautizadas, lo que aumentó la alegría de la Fiesta. Fue grandioso comenzar la última Fiesta del año con tan maravillosa noticia.
Que Dios nos ayude a todos a recordar esta hermosa Fiesta, donde sea que tengamos que enfrentar los desafíos espirituales que este nuevo año nos traerá.
Todo el honor y la gloria vayan para nuestro Dios, quien hizo posible esta maravillosa Fiesta con maravillosos hermanos y en un lugar tan magnífico como lo es Lican Ray.
—Manuel Iturra