Este año, nuevamente pudimos disfrutar de tres días de campamento para jóvenes en las cercanías de la ciudad de Melipilla, sector ubicado a una hora y media en vehículo desde la capital chilena, Santiago. Estuvimos en el mismo lugar del año pasado, pero ahora con muchas más comodidades, gracias a la amable disposición de don Roberto Hernández y toda su familia, quienes nos permiten usar su casa y alojarnos cómodamente durante este tiempo.
Asistieron al campamento 68 jóvenes y más de 10 adultos ayudaron en la preparación y organización del campamento. Para los servicios del sábado, éramos 86 personas en total.
En esta ocasión, el tema del campamento fue “Dios es Real”, y a lo largo de todo el material presentado en sermones, sermoncillos y estudios bíblicos, el tema fue abordado con la intención de enseñar a Dios tal cual Él se nos ha mostrado a nosotros. En esta sociedad en donde el materialismo es el centro de todo propósito humano, una de las herramientas más usadas en contra de nuestros jóvenes es la idea de que Dios no es real y por ende, no es necesario obedecerlo ni mucho menos creerle o hacer lo que Él pide. Es muy raro que uno de nuestros jóvenes se vuelva evangélico o practique a voluntad algún tipo de religión distinta a la enseñada en su infancia, pero sí es común ver que la duda los lleva a salir de la Iglesia y vivir, pensar y sentir como si nunca Dios les hubiera hablado o enseñado su Palabra.
Por lo anterior, este año, con la guía de Dios, intentamos hacer frente a este tema y exponer a nuestros jóvenes de manera racional y contundente que no existe ninguna otra posibilidad lógica o alternativa que indique o pruebe que Dios no existe. Al contrario, todo lo que vemos, oímos, estudiamos y entendemos apunta a la necesidad de un Creador, y este mismo Creador, en el tiempo presente, ha decidido trabajar con nosotros —su pequeño, pero preciado pueblo.
El domingo, tuvimos la oportunidad de ver el documental, “God of Wonders” (Dios de Maravillas), en donde se muestra con claros ejemplos, algunos detalles impresionantes de la creación de Dios y cómo Él ha dejado su huella en todo lo creado, la clara evidencia de un Creador que se revela en la vida del Colibrí y su perfecto y sincronizado vuelo; o en la fuerza y potencia de un relámpago y los beneficios que trae a la agricultura; o en la sutileza y belleza de un cristal de nieve.
Como es tradicional, también tuvimos baile, y este año los jóvenes propusieron hacer uno de disfraces. Muchos de ellos participaron entusiastamente con disfraces planeados y elaborados. Otros, en cambio, al olvidar su disfraz, optaron por vestirse de saco de dormir (sleepingbag), alternativa muy sencilla y a la vez entretenida. El único inconveniente es el calor que produce andar dentro de un saco de dormir mientras se está bailando, pero eso no fue impedimento para cumplir con disfrazarse y participar de un alegre baile.
El regreso fue el día domingo, alrededor de las 6:00 pm, cuando el bus contratado por los jóvenes los llevó de regreso a la capital; quienes provenían del sur de Chile, Temuco, regresaron a su ciudad esa misma noche, para comenzar sus clases en la escuela al día siguiente, probablemente agotados por el viaje, pero contentos y confiados, sabiendo que Dios está por sobre todas las cosas, y que nunca dejará, si siempre lo ponemos a Él primero, que algo nos perjudique.
Al finalizar este reporte, no puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer a Dios por todos los cuidados que Él tiene con nosotros. Como adulto colaborador, soy testigo de cómo Dios hace cuidadosos esfuerzos por llamar a nuestros jóvenes a participar de este gran privilegio que es ser parte de su pueblo. Conmueve advertir que Dios está trabajando claramente en nuestras familias, con nuestros hijos, con el único y gran propósito de guiarnos en la vida, darnos sus bendiciones y, finalmente, darnos el privilegio de nacer dentro de su futura y maravillosa familia espiritual.
—Por Daniel Sepúlveda Solís