Del 18 y hasta el 23 de enero de este año, los jóvenes campistas tuvieron oportunidad de reunirse. Fue un campamento muy especial, ya que se llevó a cabo en dos lugares distintos. Estuvieron presentes 14 jóvenes provenientes de distintos lugares de Argentina y Uruguay, a los que se sumó una niña invitada y cuatro adultos encargados, que eran dos ministros y sus esposas.
Durante la primera parte, los jóvenes estuvieron hospedados en el “Complejo Colonia de Vacaciones Agustín Arrieta”, ubicado en la comarca de Sierra de Ventana, que dista 108 km de la ciudad de Bahía Blanca. Estuvimos allá del domingo 18 al martes 20. Este complejo ofreció a los jóvenes de la Iglesia amplios dormitorios, baños con agua caliente las 24 horas y cómodos vestidores.
Para los estudios bíblicos dirigidos por Saúl Langarica y Alfredo Arboleas se contó con un enorme salón provisto de mesas y bancas apropiadas. Los jóvenes también presentaron mini discursos o mini conferencias durante las cuales reflejaron su visión de la sociedad actual bajo la óptica de jóvenes de la Iglesia. Ese mismo salón se utilizó como comedor y lugar de actividades recreacionales.
Para las actividades deportivas se contó con canchas de futbol y voleibol ubicadas sobre un hermoso césped sembrado en las mismas instalaciones. Además se llevaron a cabo salidas al río y caminatas por los alrededores, que incluyeron la visita a un camping, donde los chicos disfrutaron del espacio verde y el paisaje serrano.
La segunda parte del campamento, del miércoles 21 al viernes 23 los jóvenes estuvieron hospedados en las instalaciones del salón de reunión que la Iglesia alquila en la ciudad de Bahía Blanca. Se llevaron a cabo actividades espirituales, como estudios bíblicos, mini conferencias y actividades físicas entre las que los jóvenes fueron al bello “Camping Oasis”, donde disfrutaron de unas hermosas piscinas para bañarse y también de un amplio espacio verde para actividades deportivas. Además visitaron un hermoso parque municipal donde se recrearon con encuentros deportivos de voleibol, futbol y actividades al aire libre.
Cabe destacar el apoyo de los padres de los jóvenes y de los miembros de la congregación de Bahía Blanca para que la realización de este campamento fuera todo un éxito. Los campistas se fueron con las baterías espirituales bien cargadas, pues el enfoque principal fue la convicción de que Dios existe y que Él desea tener una relación personal con cada uno de nosotros. ¡El compromiso principal fue obedecer a Dios todo el año próximo para reencontrarnos nuevamente en el campamento de 2016!
—Por Alfredo Arboleas