En un internado ubicado a 30 km al oriente de la bella localidad de san Fabián de Alico, en la provincia de Nuble, Octava Región del Bío Bío, nuevamente Dios nos dio la oportunidad de organizar y disfrutar de un exitoso campamento de verano. En esta ocasión se reunieron jóvenes de distintas zonas del país. Viajaron jóvenes desde las congregaciones de Osorno, Temuco, San Carlos, Talca, Santiago y también tuvimos la oportunidad de compartir con tres jóvenes de Bolivia y tres jovencitos de Buenos Aires, Argentina.
Todo comenzó el día jueves 25 de diciembre, cuando algunos de los matrimonios colaboradores viajamos al internado para preparar todo lo necesario; éramos 15 adultos para ayudar en el campamento. Al día siguiente, los 85 campistas viajaron en dos buses contratados por la Iglesia. Todos llegaron sin ninguna novedad con la programación que sólo Dios puede hacer. Una vez que los campistas tomaron posesión de sus camas, colchones y frazadas, todo el lugar se llenó inmediatamente de la energía que solo los jóvenes de Dios irradian. Había mucha alegría y satisfacción por estar nuevamente en un campamento de Dios.
Ya esa misma tarde, el viernes 26, nos preparamos para tomar la cena de viernes todos juntos en el comedor del internado. Fue así, celebrando el sábado, que dimos el inicio al campamento que, desde nuestro punto de vista, ha sido uno de los mejores de los últimos años.
Días previos al campamento, muchas congregaciones de la zona nos presentamos a Dios en ayuno para solicitar su colaboración y guía para todo que lo que se realizaría en el campamento y ciertamente Él respondió ya que no tuvimos ningún inconveniente, accidente o mal rato durante los ocho días que los campistas disfrutaron de muchas actividades y estudios bíblicos. Tuvimos no sólo excelente clima, días de mucho sol y también dos bellos días de lluvia, sino que también el espíritu de alegría y fiesta que sólo Dios puede proveer, nos acompañó en todo tiempo.
Este año se decidió continuar con el lema de campamento de invierno, “Dios es real”. Creímos que los jóvenes y todos nosotros debemos tener una clara certeza de la existencia de Dios y luego tomar decisiones al respecto. Durante el año pasado algunos jóvenes campistas se bautizaron, de modo que nos alegra mucho entender que lo transmitido tiene recepción clara y positiva por parte de nuestros jóvenes.
Una de las partes más significativas del campamento es la oportunidad que ellos tienen de presentar una miniconferencia con tema a elección y muchos de los jóvenes abordaron un tema similar: “La necesidad de no abandonar el camino de Dios”. Esto, sin lugar a dudas, muestra cómo ellos entienden la Iglesia, los beneficios que trae ser parte del pueblo de Dios y por sobre todo, la maravillosa y única oportunidad que todos tenemos de vivir en acuerdo a lo que Él nos enseña.
Como ya es costumbre, la noche después del sábado tuvimos la fogata de bienvenida que en esta oportunidad fue moderada por don Rodrigo Zúñiga, un miembro de la congregación de Temuco que colabora en la organización de actividades para los jóvenes de la zona sur de Chile. En la fogata se presentan los campistas que por primera vez asisten a un campamento, de modo que al comenzar con las actividades normales, ya todos se conocen y es mucho más fácil jugar y colaborar para que el equipo unido participe de todas las actividades que el campamento propone.
Todas las mañanas empezábamos con el desayuno a las 9:00am, para luego a las 10:00am participar de un estudio bíblico dictado por uno de los adultos colaboradores. A las 11:00am los equipos se juntaban para estudiar la Biblia en la hora de “acuérdate de tu Creador”, que este año estuvo centrada en los últimos capítulos del libro de Job. A la 1:00pm era el almuerzo y posteriormente luego de una hora libre, venían las actividades deportivas como fútbol, voleibol, tiro con arco, carreras de esquís sobre tierra, o simplemente estar bajo un árbol apoyando a los compañeros que representaban a todos los integrantes del grupo.
Ya al final del campamento cada equipo, cuatro en total, presentó obras de teatro las cuales fueron inspiradas en las vidas de Josué, Ester, Elías y Daniel, y todas estuvieron a la altura, con los materiales disponibles en el momento y contando con toda la creatividad de 20 jóvenes por equipo, de entre 12 y 22 años. Cada equipo hizo una animada, inspiradora y muy simpática actuación de los libros asignados. Sin lugar a dudas esta actividad nos mostró la gran capacidad organizativa que nuestros campistas tienen para, en pocas horas, montar estas inspiradoras representaciones teatrales.
No puedo terminar este reporte sin antes hacer mención de toda la colaboración prestada este año por nuestros jóvenes, la directiva, los monitores y la mayoría de los jóvenes mayores. Sin lugar a dudas este año colaboraron con actitud y responsabilidad. Esperamos que nuestro Dios se agrade de todo lo realizado en el campamento, ya que estamos convencidos que ésta es una actividad promovida por nuestro Creador y sabemos que en este tiempo especial, Él se muestra y se acerca de manera muy clara y contundente a nuestros hijos durante estos campamentos.
Como muchos campistas dijeron al terminar el campamento: que nadie “caiga” este año, que sigamos con fuerza y confianza en Dios. Que Él nos ayude y acompañe para que así el próximo año nos volvamos a ver los mismos y ojalá más, en este hermoso lugar preparado por Dios para su campamento.
—Por Daniel Sepúlveda Jr.