A todos nos gusta recibir un regalo. Pero, ¿qué sucede con aquellos regalos que usted ha estado recibiendo pero no aprecia? ¿Cómo puede sacar el máximo de ellos?
por Debbie Pierce
A todos nos gusta recibir regalos. Algunas veces recibimos regalos sin darnos cuenta. Y algunas veces cometemos el error de creer que un regalo es una maldición.
¿Por qué algunas personas parece que se crecieran ante las circunstancias difíciles, en tanto que otras se estancan? Muchos factores influyen para construir o destruir a una persona. Pero recuerde que todos tienen desafíos que surgen en su vida. En lugar de ver estos desafíos como algo negativo, podemos verlos como regalos.
La forma en que veamos estos regalos, sin embargo, y la forma en que respondamos ante ellos, moldeará nuestra vida para siempre.
- EL REGALO DE LA ADVERSIDAD
Los momentos difíciles son parte universal de la vida: no hay forma de evitarlos. Así como sometemos nuestro cuerpo a una prueba de esfuerzo para ver cómo responde, nuestro carácter personal se revela en la adversidad. Llegamos a vernos, a ver nuestras fortalezas y debilidades, cuando la vida es difícil. Si agradecemos los momentos difíciles porque entendemos que son una parte necesaria del aprendizaje, entonces, los manejaremos de una forma diferente.
La Biblia nos enseña que debemos “tener por sumo gozo” cuando nos enfrentamos a la adversidad de las pruebas, “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1.2-3).
- EL REGALO DEL SUFRIMIENTO
Con frecuencia, la adversidad conlleva alguna forma de sufrimiento. Nuestra actitud, sin embargo, juega un papel importante en la forma que esto nos va a moldear. Si sentimos que la vida nos ha tratado injustamente y permitimos que las semillas de la frustración echen raíces en nosotros, entonces el resentimiento, la ira y la amargura serán el resultado final.
Veamos lo que dice 1 Pedro 2:19-20: “Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios”.
Cuando sufrimos por una mala decisión que hayamos tomado, podemos pensar en que la próxima vez lo haremos diferente, y sobrellevar con paciencia los resultados dolorosos de lo que ya hicimos. Pero si sufrimos injustamente, no debemos concentrarnos en la injusticia de ello.
Aprender la lección y avanzar.
- EL REGALO DEL TRABAJO DURO
Todos pudiéramos lograr muchas cosas, ¡si éstas no exigieran un gran trabajo! Desafortunadamente, muchos de nosotros no queremos trabajar para alcanzar cosas; queremos lo que queremos, pero sólo si viene fácil. ¿Se da cuenta de lo poco que valoramos las cosas que se nos dan gratuitamente? Sólo cuando nos dedicamos con diligencia y de todo corazón a una labor, podemos obtener los beneficios que se derivan de ello.
Lea nuestro artículo “Trabajo duro”, si desea tener una perspectiva bíblica de una ética apropiada del trabajo.
- EL REGALO DEL ERROR
Entonces usted trató y falló, ¿qué hacer entonces? ¿Simplemente baja sus manos y dice que fue una pérdida de tiempo? ¿O piensa que hay una oportunidad escondida detrás de ese fracaso? El éxito raramente ocurre sin que primero no fallemos, y con frecuencia, ¡muchas veces! De hecho, mientras más rápido falle, más rápido se podrá dar cuenta de lo que usted ha hecho mal y lo podrá corregir para volver a intentarlo.
Analice todos aquellos que son reconocidos por su éxito y cuántas veces fueron probados antes de alcanzar este éxito: los hermanos Wright, Albert Einstein, Bill Gates y Walt Disney (sólo por nombrar algunos).
Hay muchas cosas que podemos ganar al experimentar estos cuatro regalos. A continuación mencionaremos sólo tres de los numerosos beneficios que nos pueden traer:
- Resistencia
Resistencia es la capacidad de recuperarse rápidamente de las dificultades. Por un momento, imagínese una banda de caucho. Su propósito es ser comprimida y deformada.
Analice la historia de José. Él era un hombre joven que fue maltratado por sus hermanos mayores, vendido como esclavo, acusado falsamente de asalto sexual y luego puesto en prisión por varios años. Lo que pasó después es un ejemplo maravilloso de cómo una persona puede superar sus propias experiencias dolorosas y tener un impacto positivo en otros. José demostró una increíble resistencia en todo lo que tuvo que afrontar. Lea Génesis 37-45.
Nosotros también, con frecuencia nos vemos confrontados a salir de nuestras zonas de comodidad, con situaciones extrañas, incómodas y aun dolorosas. Pero no es necesario que nos desbaratemos con estas situaciones. Podemos ser elásticos —¡y recobrarnos!
- Compasión
La compasión es una conciencia profunda del sufrimiento de otros, aunado a un deseo de ayudar. Esto demanda acción. Si en nuestro propio sufrimiento, nos concentramos en nosotros mismos y empezamos a darle vueltas a la pregunta: “¿por qué yo?”, entonces estaremos perdiendo la oportunidad de tener un impacto positivo en alguien más.
José también fue un excelente ejemplo de compasión. No sólo tuvo compasión por todos aquellos que se verían adversamente afectados por la hambruna que se aproximaba (Génesis 41:34-36) sino también por sus hermanos que fueron la causa de su sufrimiento (45:15; 50:19-21).
- Contentamiento
Hablamos muchísimo de que queremos ser felices. La felicidad es un sentimiento a corto plazo que con frecuencia depende de cosas que no están bajo nuestro control. Por ejemplo, tal vez diremos: “me sentiré feliz cuando tenga un nuevo trabajo” o “yo sería feliz si solamente tuviera a alguien que me amara de verdad”.
El contentamiento, sin embargo, no depende de eventos futuros; está satisfecho con el aquí y ahora.
El apóstol Pablo entendió esto: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11-12).
¿Anhela usted salir de las circunstancias actuales siendo una mejor persona? Estos cuatro regalos adversidad, sufrimiento, trabajo duro y error, son lo que necesita para crecer hasta alcanzar su máximo potencial.
No hay atajos, así que no los busque. En lugar de ello, afronte las pruebas de la vida y los desafíos como las oportunidades que son en realidad.
Si desea aprender más acerca de cómo afrontar los problemas que todos nos encontramos en la vida, lea nuestro artículo, “Cómo enfrentarnos a la ansiedad”. CA
Debbie Pierce es una sicoterapista con una experiencia de 20 años. Ella y su esposo son propietarios de una consejería basada en los equinos y unas instalaciones de equitación en Wyoming. Asisten a la congregación de la ciudad de Salt Lake, Utah.