Si hay una frase que pueda describir la Fiesta en Lican Ray es “el calor entre los hermanos”. Lican Ray se ubica en el sur de Chile, a las faldas del volcán Villarrica, de donde a partir de aguas de deshielo se forma el lago Calafquén.
Durante la Fiesta, los 369 hermanos fueron hospedados en cabañas con capacidad de seis personas, en donde los miembros de la Iglesia se invitaban unos a otros a compartir “la once” en un ambiente pacífico y agradable.
Todos los servicios se llevaron a cabo con coros de adultos, ancianos y niños, que ofrecieron música especial a nuestro Creador. La alegría y el entusiasmo sudamericano se mostraron en los cánticos de los himnos mientras que poderosos e inspirados mensajes fueron predicados. Actividades como el Baile familiar, la Fiesta de niños, Actividades de Damas, Tercera edad y de Jóvenes, además de asados familiares, paseos en kayak, fútbol y caminata hicieron que cada momento de la Fiesta fuera inolvidable.
A pesar de que buena parte del tiempo el clima fue lluvioso, bastó que la Iglesia se uniera en oración para que por tres días el sol iluminara el cielo, permitiéndonos admirar el paradisiaco paisaje y así pudimos disfrutar de actividades al aire libre como futbol y caminatas en la península del lago Calafquén. Algunos valientes se zambulleron en el lago para gozar de una reparadora natación.
En el séptimo día de la Fiesta, la familia de Dios creció con seis hermanos, quienes fueron bautizados en la playa del lago minutos antes de la puesta de sol. La Fiesta en el sur de Chile es caracterizada, sin lugar a dudas, por la convivencia y el compartir con los hermanos. El edénico y tranquilo paisaje en Lican Ray, junto con los frutos del Espíritu Santo, brindaron un ambiente excelente para celebrar la Fiesta de Tabernáculos, permitiendo que se cumpliera el lema de la misma: “que nadie ni nada nos quite la alegría”.
¡Hasta el próximo año!
—Por Daniel Martínez