Esta frase célebre de la película El Patriota también es un buen consejo para la vida cristiana. ¿Qué significa “mientras más pequeño el blanco, menor es el yerro” para nosotros?
Por Johnathan Armstrong
Uno de los consejos de tiro que el personaje de Mel Gibson le da a su hijo en la película El Patriota es: “mientras más pequeño el blanco, menor es el yerro”. Gibson y Heath Ledger escucharon este ingenioso refrán de su asesor técnico cuando aprendían a disparar como parte de su preparación para la película y a Gibson le gustó tanto que decidió incluirlo en el guión.
Éste también es un buen consejo para nuestra vida actual. ¿Por qué? Cuando hablamos de tiro al blanco, la frase significa que si apuntamos al blanco y fallamos, fallaremos a todo el blanco, pero si apuntamos a algo más pequeño dentro del blanco y fallamos, probablemente aún daremos dentro el blanco.
Como cristianos, nuestro blanco es la perfección -ésa es la gran meta que perseguimos y el estándar que queremos alcanzar. Pero ninguno de nosotros es perfecto, y dependiendo de hacia dónde apuntemos, daremos en el blanco o no.
Errar el blanco
El mayor obstáculo para alcanzar la perfección es el pecado. Por algo la palabra griega más usada para “pecado” en el Nuevo Testamento es hamartia¸ que significa “fuera de; privación por no dar en el blanco; pecado (errar el blanco)”.
En otras palabras, cuando pecamos, fallamos el blanco —el blanco de la perfección. Cada ser humano tiene que enfrentarse a eso. En Mateo 5:48, Cristo dice claramente que nuestra meta es ser “perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. El problema es que muchas veces erramos al dejarnos llevar por “los deleites temporales del pecado” (Hebreos 11:25).
Un blanco más pequeño
Gran parte de nuestro éxito en el camino hacia la perfección dependerá de hacia dónde miramos -cuál es nuestro enfoque y a qué blanco apuntamos. Apuntar a un “blanco pequeño” significa enfocarnos en algo concreto y particular. Tenemos que concentrarnos en lo más importante.
Nuestro objetivo debe ser el ejemplo que Cristo nos dejó. Él es el mayor ejemplo de la perfección en acción y su vida fue (y es) el estándar que debemos alcanzar. Debemos comparar nuestra vida con la de Cristo para ver cuán cerca estamos de su ejemplo. Debemos desarrollar la mente de Cristo (Filipenses 2:5). Debemos imitarlo a Él (1 Juan 2:6).
Un blanco demasiado grande nos lleva a enfocarnos en cosas que pueden distraernos. Debemos enfocarnos específicamente en el ejemplo de justicia y obediencia de Cristo.
Tres pasos para dar en el blanco
Una vez que nos enfocamos en Cristo, hay otros pasos que debemos seguir. Dado que harmatia comúnmente se utilizaba en el contexto del tiro con arco, veamos qué más se necesita para tirar una flecha. ¿Cómo podemos dar en el blanco de la perfección?
- Tensar el arco
Cuando tiramos la flecha hacia atrás, el arco se tensa; la cuerda se estira y la energía se acumula. Cuando la soltamos, esa misma energía impulsa la flecha hacia adelante. Lo mismo sucede con nosotros: cambiar nuestra vida requiere de mucha energía y compromiso. Una vez que tensamos el arco, no podemos quedarnos a mitad de camino. El cristianismo exige toda nuestra energía y compromiso.
- Permanecer firmes y soltar
Antes de soltar la flecha, el arquero debe estar en una posición firme y en control del arco. De la misma manera, nosotros debemos estar en control de nuestra vida y nuestras acciones en todo momento. Podríamos decidir bajar la flecha y no tirar, pero cuando decidimos hacerlo, debemos estar seguros y enfocados, y no titubear.
- Seguir adelante y ser constante
¿Qué hacemos después de tirar? Ver si dimos en el blanco. Si fuimos constantes en nuestros tiros, todas las flechas deberían caer en la misma área. Si no, siempre hay cambios que podemos hacer para mejorar y acercarnos más al blanco. Asimismo, parte de nuestra vida cristiana debe ser un autoexamen continuo: ¿dónde estamos teniendo éxito?, ¿dónde estamos fallando?, ¿cómo podemos mantenernos y avanzar hacia el éxito?, o ¿cómo superar nuestros errores?
A medida que aprendemos y avanzamos, debemos ir acercándonos cada vez más a nuestro blanco: el ejemplo de Jesucristo. CA