Ya se cumple casi un mes desde que regresamos de la Fiesta de Tabernáculos y los miembros todavía hacen esta pregunta: “¿cómo estuvo su Fiesta?”. Andy Burnett, el pastor local de la congregación de Dallas, Texas, hizo esta pregunta en un sermón reciente. Su mensaje me hizo reflexionar en mi Fiesta de este año, en la que fui a Orange Beach, Alabama y a Antigua, Guatemala. Por supuesto, no fue difícil responder porque todavía tenía todo muy fresco en mi mente el primer sábado que volvimos.
Cada año la Fiesta es un acontecimiento sobresaliente en el que se requiere de mucho trabajo y cooperación, y los coordinadores de la Fiesta y cientos de voluntarios que trabajan tras bambalinas hacen gran parte de ello. Cuando usted piensa en que se deben preparar sitios para más de 10.000 personas en 41 sitios alrededor del mundo, de seguro entiende que puede ser algo complicado. Sólo piense en lo difícil que puede ser para su familia escoger un sitio de Fiesta, escoger el lugar en el que se van a quedar y aun decidir a cuál restaurante van a ir, en el que todos se sientan a gusto. Mientras más personas están involucradas, más complicado se vuelve todo.
En los primeros años, por allá en 1950 y 1960, no teníamos que hacer una gran encuesta familiar para saber adónde iríamos a la Fiesta. El lugar más exótico al que podíamos asistir era… Big Sandy. Y de hecho, hasta 1962, la única alternativa que teníamos era Big Sandy. No teníamos que escoger cuál sería nuestro alojamiento porque ya estaba decidido. Enviábamos un depósito pequeño, de unos $25 dólares, para, según recuerdo, apartar un lote en el bosque de pinos, pero no podíamos ni siquiera escoger el lugar donde este iba a estar ubicado.
A medida que pasaron los años y la asistencia en Big Sandy creció hasta casi 15.000, usted ni siquiera podía estar seguro de que iba a tener un lugar en el bosque de pinos. Se construyó un área de estacionamiento adicional en el extremo lejano del Lago Loma para poder acomodar el exceso de personas. En esos días los lotes para acampar estaban asignados según la congregación. Ya que mi familia asistía a la congregación de Memphis, todos en la Iglesia estaban asignados a la misma calle. Se intentaba rotar a las congregaciones a través del bosque de pinos. Un año podía estar asignado a un lugar cercano, la séptima u octava calle, pero al año siguiente lo podían ubicar en la cima de la montaña en una calle que todavía no estaba pavimentada siquiera, algo así como la calle 32.
Algunas veces desearía volver a esos días sencillos en que sólo empacábamos las cosas en nuestro remolque y manejábamos entre seis y siete horas desde nuestro hogar en Arkansas hasta Big Sandy, Texas. Estoy seguro de que muchos de ustedes sienten lo mismo. Nadie tenía que tomar una decisión acerca del lugar y ni siquiera del alojamiento. No es que yo quiera que regrese esa época, pero después de vivir en un mundo tan complicado en el que todo sucede tan rápido, he aprendido a valorar la sencillez en mi vida, y esos días en el bosque de pinos son un ejemplo de una época más sencilla.
¿Qué sucede con usted y su familia? ¿Podemos todos reconocer lo complicada que se ha vuelto la vida y cuán fácil es alejarse de los principios sencillos del camino de vida de Dios —amar a Dios con todo el corazón guardando sus mandamientos y amando al prójimo como a uno mismo? Estos son los dos grandes mandamientos identificados por Cristo cuando los fariseos lo probaron (Mateo 22:37-39).
En verdad, el cristianismo no es tan complicado. Bien sea que hayamos asistido a la Fiesta en algún lugar exótico o en alguno más tradicional, era la Fiesta de Tabernáculos. El mensaje de la Fiesta en realidad es bastante sencillo: tener una época gozosa mientras estamos aprendiendo a temer a Dios y mostrarnos amor entre nosotros (Deuteronomio 14:23-27; Juan 13:35).
La Fiesta de Tabernáculos fue nuevamente un gran acontecimiento este año. Pero no dejemos que se termine porque ya regresamos a casa. Mantengamos el entusiasmo y trasladémoslo a un compromiso con los principios sencillos pero profundos de la Palabra de Dios y hagamos de este año un año de desarrollo y crecimiento espiritual. El tiempo es corto, y el camino que hay que seguir es sencillo.
¿Cómo estuvo su Fiesta?
Jim Franks