Por Herberth Parada
Siempre ha sido muy especial el inicio de la temporada de fiesta santas. Nos permite reenfocarnos en las cosas de Dios, pero una gran lección que nos deja la fiesta de Panes Sin Levadura es el meditar en la relevancia o impacto de las cosas físicas en nuestra salud espiritual.
Este período de fiestas nos recuerda que debemos sacar la levadura, que simboliza el pecado. Por siete días de fiesta nos enfocamos en sacar la levadura espiritual de nuestras vidas. Pasado este período de fiestas, ¿no deberíamos cuidarnos de que el pecado no vuelva a adueñarse de nuestro día a día?
Debemos entonces seguir cuidando cada aspecto en nuestra vida, principalmente aquello que afecta nuestra mente, aquello que nos contamina por dentro. Proverbios 4:25 nos dice: “Tus ojos miren lo recto y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante”. Aquí se hace referencia a la lucha diaria por no contaminar nuestra mente con la levadura espiritual de este mundo.
¿Qué es lo que afecta nuestra mente?
Aquellas cosas que logran meterse día a día y pueden contaminar nuestra mente, son las cosas en que tenemos que poner atención.
Los problemas de la salud mental son cada vez más comunes en nuestra sociedad. Cada día son miles los pacientes que llegan a hospitales, clínicas y consultas médicas para preguntar por alguna molestia que va desde dolores de cabeza, ahogos, bajas de ánimo, alergias, tics, ataques de llanto o ira, que no tienen ninguna relación con enfermedades físicas. Es relativamente común saber de alguna persona cercana a nosotros que tiene depresión, estrés o crisis de pánico.
Según las cifras del Ministerio de Salud en Chile, la encuesta de calidad de vida del 2017 reveló que el 22 por ciento de la población asume haber padecido una patología mental. Durante el 2018 en el Programa de Salud Mental, se recibieron 4,1 millones de consultas.
El cerebro es un órgano complejo que controla el funcionamiento de todo el cuerpo humano, desde las funciones vitales, el sueño, hambre, sed, hasta la memoria y el razonamiento. Aquí es donde trabaja la mente humana, la que nos diferencia del resto de los seres vivos, que nos da la capacidad de pensar y razonar.
La mente es una parte muy importante en nuestra salud. Así como los alimentos que comemos a diario pueden afectar o ayudar en nuestra salud en general, igual pasa con nuestra mente: el contenido o el ambiente al cual nos exponemos puede afectar el correcto funcionamiento de nuestra mente y pensamientos.
En un estudio publicado en el 2013 en la revista PNAS, se compararon los síntomas del estrés agudo de quienes tuvieron una “exposición directa” al ataque en el Maratón de Boston de ese año (ya fuera que hubieran estado presentes en el lugar o en el área de Boston, o que conocieran a alguien que vivió eso). Las personas expuestas a seis o más horas diarias de noticias relacionadas con el ataque terrorista en Boston desarrollaron niveles más altos de estrés agudo que quienes estuvieron expuestos directamente.
“A diferencia de la exposición directa a un trauma colectivo, que puede terminar cuando la fase aguda del evento pasa, la exposición mediática mantiene activo el estrés agudo y lo revive en la mente de las personas”. Conclusión del estudio: “La exposición mediática repetida puede contribuir al desarrollo de trastornos relacionados con el trauma y prolonga o exacerba los síntomas agudos” (Media’s role in broadcasting acute stress following the Boston Marathon bombings [El papel de la publicidad en el estrés agudo después de los ataques de la maratón en Boston]. E. Alison Holman, Dana Rose Garfin, and Roxane Cohen Silver. PNAS. 7 de enero del 2014, pp. 93-98).
Pareciera que los medios utilizan la estrategia de mostrar contenidos cada vez más fuertes y gráficos para mantener cautiva a la audiencia, sin que importe el impacto que causan en la mente de las personas. Lo peor es que nuestros hijos están expuestos a estos contenidos también.
La pregunta que se nos viene a la cabeza es: ¿Cómo cuidamos nuestra mente y la de nuestra familia?
Por medio de este breve artículo quiero dar cuatro consejos prácticos para cuidar nuestra mente:
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Reducir el estrés
El estrés es un agente causal de muchas alteraciones físicas y mentales. Es importante disminuir el estrés en nuestra vida o controlarlo, realizando actividades que nos permitan desestresarnos. La actividad que ha sido ampliamente comprobada y que ayuda en el manejo del estrés es el ejercicio, también el tener una rutina de siete a ocho horas de sueño, el buscar ser más positivos en nuestros pensamientos y el mejorar nuestra vida familiar y social.
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Ser selectivos
Es importante elegir el contenido de lo que vemos, oímos o escuchamos. Nuestra mente puede ser contaminada por información o contenido visual que puede afectar nuestros pensamientos por horas o días… o para siempre. Debemos, por tanto, ser más selectivos con el material y contenido que dejamos entrar en nuestra mente.
La siguiente cita bíblica nos aclara un poco más este punto: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (1 Corintios 10:23). Debemos buscar todo aquello que edifique y cultive nuestra vida cristiana.
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Reducir el tiempo de exposición a los medios
Todos los días vemos las noticias, escuchamos música, revisamos nuestros correos electrónicos, nuestras redes sociales o los videojuegos, etcétera. En todos estos medios, generalmente somos bombardeados por información de todo tipo, la cual puede afectar nuestra salud mental. Debemos buscar el equilibrio, buscar pasar menos tiempo en algunos de estos medios.
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Alimentemos nuestra mente con contenidos positivos
Debemos darle prioridad a los contenidos con materiales constructivos y que traigan beneficios a nuestra vida, como el estudio de las Sagradas Escrituras, la oración y la meditación, leer un buen libro, ver una película sana, o preferir medios noticiosos que sean más objetivos y menos amarillistas. El apóstol Pablo lo expresó muy bien en Filipenses 4:8 cuando dijo: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
Un dicho popular dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Pero podríamos parafrasear y decir: “Dime qué miras, escuchas o lees y te diré quién eres”.
Nuestra mente, como nuestro cuerpo, necesita ser alimentado correctamente. Debemos tener una dieta adecuada para poder mantener una mente saludable. Aprovechemos el impulso de la fiesta de Panes Sin Levadura para mantener nuestra mente limpia de todo contaminante que pueda afectar nuestra salud mental y espiritual.