Les voy a contar un sueño, el cual es también un deseo que siempre he tenido y es algo que me gustaría vivir. Pienso que sería una experiencia linda. Es por eso que quiero que viajemos mentalmente todos, que todos nos tomemos un avión. El destino de este viaje es el partido final del mundial de fútbol. Vamos a ir todos a “Brasil 2014” y estaremos en la final.
Los hombres piensen que son uno de los jugadores de uno de los equipos de la final del mundial y las niñas piensen que van a estar sentadas en los mejores asientos del estadio, mirando el partido.
Para que los hombres nos sintamos emocionados vamos a estar jugando en la delantera. Cada uno de nosotros será un delantero de la selección y las niñas para que se sientan emocionadas serán la novia del delantero más guapo, del más lindo y del que logra hacer el mejor “golazo”. Cuando su novio haga el gol, él la mirara a usted desde la cancha y le tirará un beso con ambas manos dedicándole el gol a usted.
Estamos en Brasil, en el mundial 2014
Vamos rápidamente al segundo tiempo. Estamos en el minuto 30 y todo el público esta emocionado en el estadio. Todos los mejores canales de TV están presentes, teniendo en mente que la final del mundial es uno de los eventos que más se transmite. Billones de personas en el mundo están pendientes de ese momento.
Minuto 35 y el marcador esta todavía cero a cero. Nuestro lateral izquierdo evade a tres jugadores del equipo contrario, llega a la línea de fondo, centra y cada uno de nosotros saltamos y la paramos con el pecho, sale el primer defensa y como hace Néstor mi hermano, el cuerpo va hacia la derecha y la pelota hacia la izquierda, el defensa no pudo con nosotros y queda en el piso. Sale el segundo defensa, quien es el mejor, viene, la tomamos, la levantamos, el defensa pasa por abajo, y al igual que Oliver Atom (Tsubasa Ozara, de la serie de dibujos animados “Súper Campeones”), lo pasamos y en nuestra mente esta la idea fija: “Tengo que meter el gol”. Al final solo queda el arquero alemán, Oliver Khan, ese alemán enorme y con cara de serio y cada uno de nosotros le pega con toda su fuerza a la pelota, y ésta se va derecho al ángulo y el arquero se tira con todo lo que tiene, con toda su fuerza, pero no lo logra… y…
GOL! GOLAZO! Nos agarramos la camiseta y nos emocionamos y seguimos gritando: GOOOOOOL!!!! Todas las cámaras nos miran y los flashes de las cámaras de todo el público iluminan el estadio. El estadio está lleno de japoneses con tres cámaras tomando fotos una tras la otra. Hay fotos por todos lados. Cuando las niñas ven que su delantero mete el gol y luego las mira y emocionado les tira un enorme beso, ellas se sienten emocionadas y todos los demás dicen: ¡”quien fuera la novia del futbolista”! Y luego todos toman fotos de la novia también!
¿Cómo se sentirían si este fuera un relato real? ¿Cómo se sentirían? El corazón ¿cómo estaría? Latiendo bien fuerte. ¿Cierto? Y terminada la final, como esto es un mundial, nosotros los jugadores nos vamos en nuestros autos Mercedes Benz convertibles, por las calles de Brasil, acompañados de ustedes niñas y nosotros somos los más famosos de entre los famosos. Vamos a estar en todas las portadas de revistas, en todos los diarios del mundo, en todos los diarios de Internet. Además vamos a salir en todos los programas deportivos de la radio y de la televisión. Nosotros fuimos los que metimos el gol en la final y que hicimos que nuestro equipo saliera campeón.
Esto relato emocionante que les acabo de contar ¿Qué tiene que ver con nosotros? ¿Por qué les cuento esto tan grandioso? ¿Qué puede haber más emocionante que eso? ¿Meter un golazo en la final del mundial? ¿Qué tiene que ver con nosotros?
Voy hacer un pequeño paralelo entre esta final del mundial y lo que nosotros vivimos en los campamentos de jóvenes.
Lo que les acabo de comentar ahora es lo que mucha gente sueña. Y yo también sueño con eso. Es algo inevitable. ¿Por qué nosotros deseamos eso? porque es natural en todos nosotros querer estar bien, querer sentirse bien. ¿Qué mueve al mundo entero? ¿Por qué la gente va a trabajar todos los días? ¿Por qué se divierten? ¿Por qué se inventaron el salto en Bungee (benji)? ¿Por qué se inventaron los deportes? ¿Cuál es el propósito de eso? Es porque TODOS siempre deseamos estar bien. Todo lo que hacemos es para estar bien. Si me como un chocolate es para sentirme bien, porque el chocolate es rico y me gusta, me hace sentir bien. Si me compro un helado o asisto al concierto de mi grupo preferido es porque ¡me hace sentir bien! Pero en esa búsqueda de sentirse bien es donde nos podemos equivocar. Podemos equivocar nuestras prioridades.
Quiero hacer 3 preguntas: ¿Por qué estamos aquí hoy en el campamento? ¿Quién nos trajo aquí? ¿Por qué estar aquí es la mejor decisión?
Ahora, haciendo el paralelo entre esa espectacular final del mundial y lo que nosotros estamos viviendo ahora, podemos asegurar lo siguiente:
En todo este tiempo de historia humana, desde que Adán y Eva nacieron hasta que muera el último de los seres humanos y Jesucristo regrese, estamos viviendo en una enorme y gran “película”. Estamos viviendo la producción más grande hecha por alguien y ese alguien es, como todos sabemos, Dios. Cuando nosotros vamos al cine y vemos esas tremendas producciones donde el actor principal es el héroe y se casa siempre con la bella, se gastan millones y millones de dólares. Piensen en que todos esos escenarios que nosotros vemos en las películas son escenarios prestados. Esos hermosos paisajes que vemos en las películas ¿De dónde salen?, de otro escenario aún más grande que es la creación de Dios. Todas las cosas que nosotros vemos en las películas, incluso la música que envuelve el ambiente y nos produce sensaciones, son todos elementos sacados de alguna forma de lo que Dios ha hecho en la creación. Los escenarios, el espíritu de batalla, el luchar por algo, el desear algo, el dar todo por algo, todo está aquí…en nuestra Biblia. Este libro es el guión de la película más grande que se ha hecho en la historia de todos los humanos y los protagonistas no son ni Brad Pitt ni Sylvester Stallone sino que ¡¡somos nosotros!! ¿Cómo podemos estar seguros de eso? eso está en las 3 preguntas que yo acabo de hacer.
¿Por qué estamos aquí hoy?
Pensemos: Si somos 6.500 millones de personas en el planeta y hay 140 personas que ocupan el cargo de ministros de tiempo completo en nuestra Iglesia y una de esas personas nos acompaña hoy. Ahora, ¿Cuantos entrenadores de fútbol hay en el mundo en este momento? De esos que llevan a su equipo a la final de fútbol. ¿Habrá 140? Puede haber muchos más, porque entrenadores de fútbol hay por todos lados, de hecho, hasta mi papá parece entrenador de fútbol cuando ve un partido por la TV y corrige a los jugadores, o sea, todo el mundo sabe cómo jugar a la pelota. Pero no todo el mundo sabe lo que los ministros de nuestra Iglesia saben y hoy nosotros tenemos una de esas personas aquí instruyéndonos, entonces la pregunta es ¿Por qué estamos hoy aquí? Yo sé que ustedes saben la respuesta… ¿Saben porque estamos hoy aquí? ¿Por qué estamos en este ambiente de reyes y sacerdotes? ¿Por qué tenemos el privilegio de estar en este hermoso lugar? ¿Por qué desde que nacimos se nos han enseñado cosas que nadie sabe?
Recuerden nuestra “Visión de Futuro”. En eso quiero que piensen. Si yo fuera futbolista y mi posición dentro del campo fuera la de delantero, mi meta, mi visión de futuro seria meter un golazo en la final del mundial. ¿Qué otra meta puedo tener? Si no pienso en eso, no llegaré lejos, ¿me entienden? Si yo pienso y vivo porque en el mundial puedo meter un golazo, entonces puedo llegar bien alto, por eso preguntémonos: ¿Cuál es nuestra meta? ¿Cuál es nuestra meta al final? ¿Cuál es la visión de futuro que debemos tener?
Voy a tratar de relatar cómo me imagino yo mi final: Recuerdo una oportunidad que con varios amigos de la Iglesia comentábamos cómo sería cuando Jesucristo regrese a esta tierra, decíamos: “Cuando llegue Jesucristo y yo me salve, quiero estar CONTIGO AHÍ. Yo quiero estar en ese momento y decir “¡¡LO LOGRE!!” “¡¡LLEGUE!!” y verme a mí mismo y a mis amigos de la iglesia y en ese momento, en ese instante mirar hacia el costado y decir “¡¡Rodrigo LLEGASTE!! ¡¡Jaime también LLEGASTE!! ¡¡Ginno LLEGASTE!! ¡¡CHIQUILLOS LLEGAMOS!!”
Díganme una cosa: ¿Cómo se sentirán cuando que eso pase? Eso no se compara a ningún golazo en ninguna final del mundial y a ningún beso de un delantero de fútbol a una de ustedes, amigas, en un final del mundial, entonces…¿Por qué estamos aquí hoy? Porque al igual que todos los equipos de fútbol necesitan una pre-temporada donde se ejercitan y aumentan sus músculos, nosotros necesitamos lo mismo y como jóvenes necesitamos sentir esa fuerza en las venas, sentir que nuestro cuerpo está lleno de músculos y que todo esto que Dios nos dio tiene un propósito y ese propósito es mirar el futuro y ese futuro es salvarnos y compartir el Reino de Dios cuando Jesucristo llegue a la Tierra, entonces ¿Por qué estamos aquí hoy? Porque Dios nos quiere y desea que todos nosotros nos salvemos y estemos con Él por la eternidad.
¿Quién nos trajo aquí?
Ahora la respuesta a la segunda pregunta es fácil… ¿Quién nos trajo aquí? No nos trajo ni el dinero, no nos trajo el ministro, incluso es posible que ni nosotros nos trajimos. Uno puede decir “¡OH, Vamos!” Pero la idea que uno puede tener de ese futuro no es lo suficientemente clara como para poder comprender todo lo que esto significa.
Dios nos trajo aquí, Él pone los recursos, Él hace que un ministro se ponga a nuestra disposición y nos enseñe una semana completa en el campamento. Dios puede hacer que nosotros deseemos estar aquí, porque Él sí sabe que nosotros necesitamos estar aquí. Él nos creó con un propósito.
¿Porque estar aquí es fue la mejor decisión?
La tercera pregunta: ¿Por qué estar aquí es la mejor decisión? ¿Siente ahora, con todo lo que les he dicho, que hay otra mejor opción que estar acá? Amigos, NO HAY OTRA MEJOR OPCION. No hay otra mejor decisión. No hay algo que valga más la pena.
Siempre he pensado, más bien imaginado, que vamos en un viaje así como de película y vamos por un bosque, de esos típicos bosques que están en los libros en los que dicen que hace calor, que los árboles te miran, de esos bosques que dan miedo. Imaginen que estamos perdidos, ¿Que hacemos para ubicarnos si el bosque es malo e inclusive el agua no se puede tomar y necesitamos urgentemente salir de ahí? Lo único que nosotros podemos hacer para ubicarnos dentro de un bosque es subirnos a un árbol, ojala sea el más alto y desde la copa del árbol debemos mirar donde estamos y ver qué tan lejos o cerca estamos de alguna montaña o quizás en qué posición está el sol. Dentro del bosque es difícil saber en que etapa del día estamos porque solo vemos trocos, árboles!!
El campamento de jóvenes es como subirse a un árbol. La Fiesta de los Tabernáculos es como subirse a un árbol. Desde aquí—del campamento–podemos ver hacia a donde vamos, hacia donde tenemos que dirigirnos, desde donde venimos. Entonces, cuando estemos arriba del árbol debemos cargar nuestras baterías espirituales porque al bajar del árbol estaremos como al principio, sin ver nada, a oscuras y tenemos que saber realmente hacia dónde ir.
¿Hacia a dónde vamos?
Quiero que pasemos a una escritura que nos ayudará: Filipenses 3:13-14
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero, una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que esta adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
El apóstol Pablo, siendo para nosotros como un súper cristiano, quien ya llegó a la meta porque esta esperando la resurrección, nos dice: “prosigo a la meta”, o sea, él tiene en mente esa gran final de su vida. El quiere llegar a ese momento espectacular que viviremos y él estará allí. Además dice: “Prosigo a la meta, al premio supremo”. Pablo estará allí levantando la copa de la victoria. Eso es lo que él tenía en mente y eso es lo que nosotros debemos tener en nuestras mentes. Incluso cuando Pablo nos dice: “olvidando ciertamente lo que queda atrás”, nos esta dando a entender que él solo mira hacia delante. Ciertamente Pablo guardó conocimiento de las experiencias pasadas, pero solo en la medida que le ayudaban a edificar el futuro.
Ahora con todas estas cosas que les he relatado, pensando en ese maravilloso momento de “nuestra final” y teniendo en mente nuestra salvación. ¿Algo en esta tierra podría ponernos tristes si nuestro futuro es tan glorioso? Si a mí me dicen: Daniel, en el próximo mundial te aseguramos que tú serás quien meta el gol que definirá al campeón. Tú harás un gol en la final del mundial. Y si me firman esa promesa en un documento y me lo aseguran, durante estos años futuros me andaría riendo solo. No podría estar triste. Pensaría solo en ese momento, en el momento en que yo sea el más famoso jugador de fútbol de la tierra. Nada podría ponerme más alegre. Entonces ¿Que me podría poner triste? No podría dejar de pensar en ese momento. Pondría en mi habitación fotografías de las finales anteriores. Buscaría datos de anteriores goleadores en las finales de fútbol y me preocuparía de saber más acerca de ese momento. Entonces, si pensamos que nosotros llegaremos a un momento mil veces más emocionante, más espectacular y más determinante para toda la humanidad, ¿No deberíamos andar todo el tiempo contentos y alegres? ¿No deberíamos andar por la vida de manera satisfecha? Es por eso que nosotros debemos ser alegres, aprovechar todos los momentos en sana alegría. No nos amarguemos la vida por nada. No nos preocupemos por pequeñeces. No nos llenemos de angustia por cosas sin importancia. No permitamos que se nos olvide nuestro futuro.
Tengamos nuestros ojos siempre puestos en nuestra gloriosa final.