Queridos hermanos:
Me acuerdo claramente de la primera vez que tuve que explicar los días santos a alguien fuera de la Iglesia. Yo tenía 12 años y era mi primer día en la escuela después de la fiesta de Tabernáculos. Al principio de este mismo año escolar, mi profesor de sexto grado, quien también era un ministro laico en la Iglesia de Cristo, me había señalado a mí por mis creencias. Parecía como si él pensara que la misión que tenía era convertirme o por lo menos, hacerme avergonzar por esas creencias. Y cuando regresamos de la fiesta ese año, él estaba especialmente preocupado al pensar que yo creía que era necesario celebrar estos días “judíos”. No me acuerdo de todo lo que le dije, pero aun a la edad de doce años sabía cuál era el significado específico de esos días de fiesta. Yo expliqué el plan de salvación en términos sencillos delante de toda la clase, y no me sentía avergonzado de lo que creía, sino que era difícil a la edad de doce años explicarles a mis compañeros y al profesor que era un ministro laico.
En retrospectiva, creo que en cuanto al entendimiento de los días santos son pasos en el plan de salvación, y es una de las verdades más grandes que se le ha dado a la Iglesia. He estudiado la historia moderna de la Iglesia y hay una diferencia muy marcada alrededor de 1945, cuando Herbert Armstrong empezó a creer que había que ir al lugar que Dios había escogido para observar la fiesta de Tabernáculos, en lugar de celebrarla en un pequeño edificio de la Iglesia en Eugene, Oregón. Este entendimiento, aunado al anuncio de irse al sur de California, hizo que hubiera una gran conmoción en la congregación de Eugene de la Iglesia de Dios de la Radio. La asistencia a la fiesta había descendido de 60 en 1944 a 40 en 1945. Una tercera parte de la Iglesia no asistió a la fiesta ese año. Tomó varios años para que esas cifras se recuperaran.
En esa época y justo hasta la última fiesta que él asistió antes de su muerte, el señor Armstrong dedicaba cada año por lo menos un servicio durante la fiesta de Tabernáculos, para explicar el simbolismo de los sietes días de fiestas santas, comenzando con la Pascua y concluyendo con el Último Gran Día. Es una historia que debemos repetir cada año para asegurar que nunca perdamos de vista el significado de estos días tan especiales.
Cuando ustedes reciban esta carta, estaremos a unos pocos días de la Pascua, el primer festival del año. Este año la Pascua la celebraremos al atardecer del día viernes, 11 de abril, que es el comienzo del decimocuarto día en el calendario hebreo. La Pascua no es “un día santo” (aunque este año cae en un sábado semanal), pero es una ceremonia que se lleva a cabo al atardecer, y tiene un simbolismo muy importante y exclusivo. Nos vamos a reunir en nuestras congregaciones después del atardecer en ese viernes. La ceremonia es sencilla, y hay tres elementos fundamentales que la conforman —el lavado de pies, el pan sin levadura y el vino. Comenzamos el servicio, como Cristo lo hizo, sin ninguna oración, pero damos gracias, como Cristo lo hizo, por el pan y el vino. Nosotros terminamos la ceremonia sin una oración, pero cantamos un himno. Cuando se termina el servicio nos retiramos en silencio, después de “proclamar la muerte del Señor” (1 Corintios 11:26) una vez más. Sabemos que deseamos continuar con esta ceremonia cada año mientras Jesucristo regresa. Estaremos un año más cerca del regreso de Cristo cuando terminemos el servicio que se lleva a cabo la tarde del viernes.
Son siete días de Panes Sin Levadura que conforman el segundo festival del año. La Pascua no es uno de los días de Panes Sin Levadura, aunque usamos pan sin levadura durante la ceremonia. Levítico 23 nos muestra que son dos fiestas distintas. La Pascua es al atardecer del comienzo del día catorce, y los días de Panes Sin Levadura comienzan al momento de ponerse el sol, en la tarde del comienzo del día quince, 24 horas después de haber celebrado la Pascua. Encontramos estas instrucciones:
“Estas son las fiestas solemnes del Eterno, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos: En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es del Eterno. Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura al Eterno; siete días comeréis panes sin levadura” (Levítico 23:4-6).
Los sietes días de Panes Sin Levadura concluyen al atardecer del final del día 21 del primer mes.
“Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde” (Éxodo 12:17-18).
Es muy claro que estos son dos festivales diferentes —la Pascua es en el 14, al atardecer del principio del día, y el primer día de Panes Sin Levadura comienza a la puesta del sol al final del día 14, al comienzo del día 15. La Pascua representa nuestra aceptación del sacrificio de Jesucristo como nuestro Salvador, este evento es el primer paso en el plan de Dios para la humanidad. Nosotros leemos que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. Se nos dice que Él es la “puerta de las ovejas” (Juan 10:7).
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
El plan de salvación para la humanidad comienza con la muerte de Jesucristo. Luego continua con la remoción del pecado y reemplazar ese pecado con “panes sin levadura de sinceridad y verdad” (1 Corintios 5:8). Éste es el significado de la fiesta de Panes Sin Levadura, hay siete días de panes sin levadura. El primer día y el último día son días santos, sábados para descansar.
Cincuenta días después de la ofrenda de la gavilla mecida, observamos la fiesta de Pentecostés que es el último de los tres festivales de primavera y simboliza el sellamiento de las primicias. Nosotros ahora esperamos el cumplimiento de los cuatro últimos festivales. Esperamos el regreso de Cristo y la primera resurrección, la remoción de Satanás, luego la gran cosecha de otoño y el reinado milenial de Jesucristo, y el día del juicio final —la fiesta de Trompetas, el día de Expiación, la fiesta de Tabernáculos y el Último Gran Día.
Cuando tenía 12 años y estaba en mi clase de sexto grado, impulsado por mi maestro de la Iglesia de Cristo, expliqué brevemente estos días y por qué eran cristianos y no judíos.
Cuando tenía doce años y estaba en el sexto grado del colegio, impulsado por mi maestro de la Iglesia de Cristo, expliqué brevemente estos días y por qué eran cristianos y no judíos. Nos vamos a reunir en unos pocos días en la noche de la Pascua y después tendremos la Noche de Guardar y los días de Panes Sin Levadura. Espero que el significado de estos días sea absolutamente claro para nosotros. ¡Cuán maravillosa es la verdad y el entendimiento que Dios nos ha dado! Nos llena de gozo y esperanza al pueblo de Dios alrededor del mundo. Por favor tengan una Pascua significativa y una Noche de Guardar y siete días de Panes Sin Levadura llenos de gozo.
Cordialmente, su hermano en Cristo,