Queridos hermanos:
Decir que Texas está muy calurosa es decir muy poco. Por supuesto, Texas no es la única. Además del calor, nuestra nación está sufriendo incendios e inundaciones —simultáneamente. Por la naturaleza tan generalizada de estos desastres algunos de nuestros hermanos se han visto afectados. Por favor oren por aquellos que están en áreas donde hay incendios que son una amenaza y aquellos que viven en áreas donde hay unas inundaciones muy grandes. Haremos lo posible para mantenerlos a todos informados de cualquier miembro que se haya visto afectado por estos desastres.
La llegada de agosto tradicionalmente hace que empecemos a hacer nuestro conteo regresivo para los días de fiesta del otoño. En el momento en que escribo esta carta, (lunes agosto 1), la fiesta de Trompetas está exactamente a ocho semanas. Mi esposa y yo tenemos planeado un itinerario que nos mantendrá muy ocupados en la fiesta de Tabernáculos de este año, pues visitaremos varios lugares. Si bien todos estamos muy animados con la fiesta, en esta carta yo quisiera enfocar su atención en otro proyecto que hemos pospuesto por algún tiempo.
En el otoño del 2016, la Junta Ministerial de Directores (JMD) y la administración, tomaron la decisión de comprar un terreno para construir una oficina. Esto fue un gran paso para nuestra pequeña Iglesia sólo seis años después de nuestro comienzo en diciembre del 2010. Pero existía esa necesidad y teníamos los recursos para poder hacerlo.
Después de varios meses de búsqueda finalmente compramos un terreno de 3 hectáreas en McKinney Texas, unos 30 kilómetros al norte de Dallas. McKinney ha sido una de las ciudades de más rápido crecimiento en los Estados Unidos en los últimos 10 años. Finalmente nos sentíamos muy felices de haber conseguido un terreno que pudiéramos comprar, y dicha compra se concretó en el 2017. Firmamos un contrato con una firma de arquitectos y constructores para construir un edificio de oficinas modesto, de 1580 metros cuadrados. Creímos que este tamaño sería suficiente para el futuro que teníamos por delante. Después de un año de construcción finalmente nos trasladamos a la nueva oficina en marzo del 2019.
Para comenzar a construir la propiedad tuvimos que obtener una aprobación de la ciudad de McKinney, que resultó ser algo complejo de conseguir. Después de semanas de ir y venir pudimos finalmente superar los obstáculos que teníamos por delante y recibimos la aprobación para construir en nuestra propiedad en enero de 2018. Pero además de los planes de una oficina, la ciudad requería que nosotros tuviéramos un proyecto para las tres hectáreas. Ellos querían saber antes de que se aprobara la construcción qué pensábamos hacer con el poco más de una hectárea que todavía teníamos sin utilizar.
Tuvimos varias discusiones con los arquitectos y finalmente esbozamos un proyecto para presentar a la ciudad, en ese proyecto había un centro educativo que también se podría usar como un auditorio. Además de la oficina, a largo plazo necesitaríamos otro edificio dedicado a la educación que podría ser usado para los servicios de sábados, conferencias, fines de semana educativos, servicios de los días santos y posiblemente aun la fiesta de Tabernáculos. Este segundo edificio sería construido de un material semejante al de la oficina, tendría 1161 metros cuadrados y además un auditorio con capacidad para 500 personas. Los diseños originales fueron sencillos y sinceramente hablando no eran muy detallados. Ya que teníamos una deuda de la oficina a siete años, sentimos que no era necesario construir otro proyecto pronto.
Estas cosas cambiaron. Los ingresos de la Iglesia se aumentaron más de lo que esperábamos en el 2019 —y sorprendentemente durante la pandemia aumentaron aún más. En junio de 2021, todavía en medio de la pandemia, teníamos suficientes reservas en efectivo para pagar la deuda que teníamos pendiente del edificio, cinco años antes de lo presupuestado. También pudimos pagar otra deuda de una construcción en el oriente de Texas. Esto hizo que la Iglesia quedara totalmente libre de deudas cinco años antes de lo que habíamos planeado. ¡Qué impresionante bendición! Como ya no teníamos ninguna deuda, eso hizo que la Iglesia se pudiera ahorrar 230.000 dólares anualmente.
Con estos ahorros adicionales aumentamos nuestro presupuesto de Media más del 30 % para la segunda parte de este año, lo que nos permitió producir un nuevo programa que esperamos lanzar alrededor de la fiesta de Tabernáculos de este año. Este aumento de nuestras reservas volvió a abrir la discusión acerca de la segunda construcción que había sido pospuesta en 2016. Le pedimos al mismo arquitecto que retomara las ideas originales y empezara a dar los detalles de cómo quedaría este edificio. Nos hemos estado reuniendo con los arquitectos desde abril y ya debemos tener planos muy completos en este otoño.
Hasta el momento hemos invertido muy poco dinero en la planeación de este segundo edificio, pero esto va a cambiar pronto. Nos hemos dado cuenta que podemos construir ese centro educativo multipropósito de 1162 metros cuadrados en nuestra propiedad. Esto haría posible que tuviéramos un auditorio que podría ser usado para los servicios de sábado, para las conferencias ministeriales, para los fines de semana educativos para los adultos y los jóvenes, para los servicios combinados de días santos, y posiblemente como un lugar para la fiesta de Tabernáculos.
Espero que todo esto que les estoy comentando les ayude a tener un contexto adecuado acerca de la decisión que tenemos que tomar. No estamos tratando de tomar una decisión forzada para construir otro edificio. Este no es nuestro caso. Con las bendiciones que hemos recibido, la Iglesia está en una posición financiera muy sólida. Nos preguntamos: ¿es el momento de completar nuestro plan tal como lo teníamos diseñado? Es el interrogante que nos planteamos. Les escribo a todos ustedes para que en oración le pidamos a Dios sabiduría para tomar la decisión correcta. Este otoño deberíamos tener todo el proyecto completo y necesitamos escoger un constructor si tomamos la decisión de construir. No hemos tomado esta decisión hasta este momento. Tenemos tres posibilidades: demorar indefinidamente cualquier proyecto de construcción; comenzar a construir este otoño o, de una forma más realista en enero del 2023; o demorar cualquier construcción por otro año y luego volverlo a considerar. Sus oraciones al respecto serán muy apreciadas.
Cada vez que tenemos que tomar estas decisiones me anima mucho leer la carta que Jeremías escribió a los cautivos judíos en Babilonia, aunque ellos estaban en cautiverio él los animó a continuar planeando para el futuro, él los instruyó a: “Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos” (Jeremías 29:5). No dejen de planear fue el mensaje a los judíos. Luego les escribió una de las palabras más repetidas de la Biblia y una que se usa muchísimo en las placas y en las inscripciones: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré” (vv. 11-12).
¿Qué pasará en el futuro? Está en las manos de Dios no en las nuestras. Nuestro trabajo es continuamente planear y hacer lo mejor que podamos confiando en que Dios nos va a escuchar cuando lo buscamos. Gracias a todos por su respaldo.
Cordialmente, su hermano en Cristo,
Jim Franks