Queridos hermanos:
¡Qué maravillosa Fiesta de Tabernáculos hemos tenido! Sharron y yo estuvimos en Corpus Christi, Texas, para la Fiesta, y todo estuvo maravilloso. La Fiesta tuvo todos los elementos que buscamos todos los años—un gran alimento espiritual, buen compañerismo y tiempo con la familia. De acuerdo con todos los informes que hemos recibido, la Fiesta fue excepcional en todas partes.
También tuvimos una gran asistencia en el área internacional. Tal vez ustedes no sepan que cerca del 40% de la asistencia de la Iglesia es de personas que viven fuera de los Estados Unidos. No tengo todas las estadísticas para respaldar esto, pero según los informes que he podido ver, éste es el porcentaje más alto de miembros internacionales en la historia moderna de la Iglesia. En verdad, somos un cuerpo internacional de personas—¡una familia mundial!
Hemos terminado otro ciclo completo de las fiestas de Dios en este 2011. La Fiesta de Tabernáculos y el Último Gran Día coronaron un año extraordinario para todos nosotros. Nuestro primer año será inolvidable por muchas razones. En diciembre de 2010 nuestro comienzo fue memorable y ahora tenemos una organización que es viable, con congregaciones, pastores y miembros alrededor del mundo.
Los miembros de Estados Unidos han sido muy generosos con sus ofrendas, y estoy seguro de que alrededor del mundo también, por lo cual estamos muy agradecidos. Para aquellos interesados en las estadísticas, los siete días santos anuales en los Estados Unidos tuvieron una ofrenda aproximadamente de 2,3 millones de dólares (esta es una cifra preliminar ya que no hemos contado las ofrendas enviadas por correo después de los días santos o las ofrendas internacionales). Nuestro promedio por persona este año fue un 10% más alto que el del año pasado (2010). Y el Último Gran Día fue una conclusión maravillosa para el año, con el promedio por persona más alto de todo el año, aun mayor que el de la ofrenda especial del primer día de Panes Sin Levadura.
Este año, la asistencia más alta en un día santo en los Estados Unidos fue de 5.002. Si estimamos conservadoramente dos personas por cada conexión a la Fiesta de Tabernáculos, calculamos que IDDAM tuvo una asistencia de 5.300 en los Estados Unidos y cerca a los 9.500 en todo el mundo.
La Fiesta de Tabernáculos siempre ha marcado la pauta para la Iglesia en los últimos años. Este año no ha sido distinto. Con la Fiesta recordándonos nuestro fundamento espiritual y de todo lo que se trata esta obra, ahora podemos tomar algunas decisiones trascendentales. Algo que dijimos con frecuencia antes de la Fiesta fue: “Tomaremos esta decisión después de la Fiesta”. Bueno, ahora estamos después de la Fiesta, y tenemos muchas decisiones que debemos tomar.
Antes de describirles algunas de estas decisiones, me gustaría recordar algunos de los principios fundamentales en cuanto a la Iglesia. Mi propósito con el sermón durante la Fiesta fue hacer énfasis en que no podíamos ignorar ningún aspecto de la obra de la Iglesia—predicar el evangelio al mundo como testimonio y cuidar de aquellos que Dios ha llamado. Me parece erróneo pensar que Dios estaría feliz si predicáramos el evangelio al mundo pero falláramos al cuidar de aquellos que Él ha llamado a ser parte de su familia. El apóstol Pablo lo expresó así: “…sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:27). No creo que sea descabellado decir que Pablo estaría igualmente descontento si nosotros “le predicamos a otros” en tanto que los que ya han sido llamados se van por falta de cuidado.
Un rápido vistazo a los Evangelios nos mostrará que hubo ocasiones en las que Cristo sintió “compasión” por las personas debido a que estaban sin el cuidado de un pastor. Mateo 9:36 es una de ellas: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”.
Algunas de las últimas palabras que Cristo habló con Pedro antes de su ascensión al cielo también fueron acerca de cuidar aquellas personas que Dios ha llamado—sus ovejas. En Juan 21, Cristo le preguntó tres veces a Pedro que si Él lo amaba más que los otros. Por supuesto, preguntar algo tres veces indica un gran énfasis en la pregunta. Después de que Pedro le respondiera en cada ocasión, Cristo le dijo: “Apacienta mis corderos”, “Pastorea mis ovejas”, “Apacienta mis ovejas”. La palabra traducida como “pastorea”, tiene que ver con mantener o cuidar. Además de predicar el evangelio, la Iglesia y el ministerio tienen la responsabilidad de cuidar a los hermanos.
Ahora quisiera actualizarlos acerca de las decisiones y el proceso para tomar dichas decisiones que vamos a emplear en las próximas semanas. Tenemos varias decisiones significativas por delante, y quisiera pedirles que tomen el tiempo necesario para orar específicamente por cada una. Las principales son: (1) la ciudad en donde va a estar ubicada nuestra oficina principal, (2) el plan estratégico para el 2012, (3) el plan de operaciones para el 2012, (4) el presupuesto para el 2012, y (5) el plan de medios de comunicación (parte del plan estratégico) para el año entrante. Estas decisiones las tomaremos en la próxima reunión de la junta, diciembre 5-8, 2011. Nuestro proceso establece que el presidente y su equipo administrativo deben presentar propuestas específicas acerca de cada una de estas áreas, para la aprobación de la junta.
Quisiera explicarles acerca del lugar de la oficina y describirles cómo se va a llevar a cabo este proceso. Primero quisiera decirles que después de haber visto en años recientes el gran conflicto y controversia que surgieron en la Iglesia en medio de las discusiones acerca de la selección del lugar de la oficina, estoy decidido a llevar este asunto con un consenso claro de parte de la administración y la junta. No creo que debamos tomar esta decisión como si fuera algo más grande de lo que realmente es—elegir una oficina para hacer la obra de la Iglesia. Como máximo, la selección de una ciudad afectará a un puñado de empleados—especialmente a los ocho a 12 que estén trabajando en la oficina. La inmensa mayoría de la Iglesia y el ministerio no se verán directamente afectados por la ciudad elegida como lugar de la oficina.
En agosto de este año designamos un comité de trabajo para que estudiara las posibles locaciones. Además, buscamos la ayuda de un miembro que es profesional en reubicaciones para que nos aconsejara. El comité nos ha presentado seis posibles ciudades para que las analicemos, y estas ciudades están siendo revisadas actualmente por los miembros de la administración. Las investigaciones nos llevan a creer que todas estas ciudades tienen un costo de vida menor que el promedio nacional y que cada una tiene oportunidades únicas para alquilar un lugar para la oficina. Nuestro consultor nos ha informado que todo es negociable debido a que la economía no está muy boyante, lo cual hace posible encontrar gangas en cada ciudad.
Vamos a preparar un informe de cada una de estas seis ciudades, proveyéndoles información acerca del costo de vida (incluyendo el costo del alojamiento y el costo de la comida); la facilidad y el costo del transporte (debido al hecho de que un gran porcentaje de nuestros ministros y miembros están fuera de los Estados Unidos, tener un aeropuerto internacional con costos asequibles y que sea cercano es algo importante); el costo de los servicios públicos; y la proximidad a los miembros y a las congregaciones. Estoy seguro de que para ustedes no será sorpresa saber que cada estado y ciudad tiene un sistema de impuestos diferente. Algunos están basados fuertemente en los impuestos de las propiedades; otros, se basan en los impuestos de venta o en los impuestos de los ingresos. Después de recolectar la información, haremos lo mejor que podamos para escoger un ambiente que les dé a nuestros empleados la mejor calidad de vida y a la vez la menos costosa y que sea el mejor escenario para una oficina. Vamos a comenzar con una oficina pequeña; y si esta crece, será porque la obra de la Iglesia ha crecido y no porque nosotros sintamos que necesitamos tener una ubicación que impresione a los demás o una gran oficina con muchos empleados.
La Junta Ministerial de Directores revisará el material del comité de trabajo y tendrá en cuenta las recomendaciones del presidente y la administración. Cuando la Junta apruebe la ciudad, comenzaremos a trabajar para encontrar las mejores instalaciones disponibles en esa ciudad o en sus alrededores. Todo parece indicar que después de tomar la decisión del lugar, van a transcurrir algunas semanas antes de que podamos trasladarnos a la oficina. En resumen, queremos que Dios esté en todas nuestras decisiones, pero no queremos crear una controversia al darle a la decisión de escoger un lugar para la oficina, una categoría que no tiene.
Proyectar y decidir acerca del presupuesto del 2012 también es una decisión importante que tenemos que tomar en Orlando. Nuestro año fiscal ahora va de la mano con el año calendario. Tenemos un gran deseo de acelerar nuestros esfuerzos en cuanto a los medios de comunicación para poder llevar el evangelio al mundo y siempre estaremos trabajando para aumentar nuestra efectividad. Lo que podamos lograr en el próximo año depende mucho de los recursos que Dios nos provea, pero tenemos la ofrenda del primer día de Panes Sin Levadura en reserva y lista para ser invertida en proyectos de los medios de comunicación que ya están desarrollándose.
El pasado lunes, 31 de octubre, durante su teleconferencia, la Junta Ministerial de Directores eligió a Joel Meeker como su primer presidente. La administración está muy contenta de poder trabajar con el Sr. Meeker y la Junta a medida que planeamos nuestra primera reunión que va a celebrarse en la semana del 5 de diciembre. ¡Felicitamos al Sr. Meeker por sus nuevas responsabilidades!
Hermanos, les pido que tengan en mente todas estas decisiones en las próximas semanas. No creo que nadie pueda decir que hemos actuado precipitadamente en este año pasado. Cuando nos reunamos en Orlando, habrá trascurrido casi un año desde nuestro comienzo; y todo lo que hemos hecho en este último año lo hemos hecho de una forma planeada y consciente. Esta vez queremos hacer las cosas bien, aunque el proceso a veces ponga a prueba nuestra paciencia. Las buenas noticias son que dentro de un mes creo que podremos anunciar algo emocionante, a medida que avanzamos en nuestra reorganización. Muchísimas gracias por sus oraciones y cartas. ¡Significan mucho!
Sinceramente, su hermano en Cristo,
Jim Franks