Queridos hermanos:
Les escribo esta carta mientras estoy viajando en África, después de completar el último fin de semana del Programa de Liderazgo Internacional en Kigali, Ruanda. Este programa es único y a mi entender, totalmente diferente de cualquier otro que hayamos hecho previamente en la Iglesia. Su origen se remonta a noviembre de 2017, cuando tuvimos una serie de conversaciones entre los administradores de la Iglesia y León Walker, el coordinador internacional de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial.
Una gran necesidad que ya existía se vio acentuada por la muerte de tres pastores en un período de 18 meses. Dos de ellos pastoreaban congregaciones fuera de los Estados Unidos. Cómo reemplazar a estos hombres y a otros que debido a su edad y/o salud se jubilarán; eso es y será un gran desafío. De hecho, posiblemente es nuestro desafío más grande. Hemos desarrollado varios programas de liderazgo en los Estados Unidos, pero no había un programa que específicamente se enfocara en las congregaciones internacionales. De todos los ministros en COGWA, el 75 % vive y sirve en congregaciones en Estados Unidos. Esto deja el 25 % fuera de Estados Unidos, pero el 50 % de nuestros miembros vive fuera de las congregaciones de Estados Unidos.
Comenzamos este nuevo programa organizando las congregaciones en 10 regiones: (1) Centroamérica, (2) México, (3) Sudamérica, (4) Nueva Zelanda y Australia, (5) Filipinas y Asia, (6) África Occidental, (7) África Central, (8) Sudáfrica, (9) el Caribe, (10) Gran Bretaña y Europa. Después de nuestra conversación en noviembre de 2017, nos comprometimos a invertir el tiempo y los recursos para viajar a estas 10 áreas en un período de 18 meses, para realizar seminarios de fin de semana de liderazgo. Aquellos que se consideran líderes y líderes futuros en las congregaciones locales fueron invitados por sus pastores y directores regionales a asistir a estas clases especiales.
Hasta el momento hemos llevado a cabo siete de estos fines de semana, incluyendo las reuniones más recientes en Ruanda, con tres más que tenemos pendientes. A las clases han asistido aproximadamente 300 personas hasta la fecha. Para cuando terminemos esperamos tener una asistencia de 500 personas —todos líderes o futuros líderes de la Iglesia fuera de Estados Unidos. Continuaremos trabajando con estas personas, proveyéndoles un entrenamiento especializado con el tiempo. Nunca termina el desarrollo de liderazgo en la Iglesia de Dios. Cuando alguien asiste a un fin de semana, él (junto con su esposa) se espera que complete una serie de siete clases en línea. Otro requisito será el de ver las clases del Instituto de la Fundación acerca de nuestras creencias fundamentales. Cuando una persona complete exitosamente estos tres requisitos: (1) el seminario del fin de semana, (2) las siete clases que siguen, y (3) las 24 clases acerca de nuestras creencias fundamentales —recibirá un certificado de asistencia.
El apóstol Pablo le dio a Tito una instrucción clara acerca de ordenar ministros en cada ciudad (Tito 1:5). Cuando leemos Timoteo y Tito, podemos ver lo profundamente involucrado y preocupado que estaba Pablo en cuanto al desarrollo de nuevos líderes para la Iglesia.
Ninguno de nosotros sabe cuándo va a regresar Jesucristo a esta Tierra. Todos podemos velar y observar las condiciones del mundo que se deterioran y compararlas con las Escrituras, pero ninguno de nosotros puede estar absolutamente seguro del tiempo de Dios. ¿Estamos en el punto de “Como en los días de Noé” (Mateo 24:37)? Podemos solamente leer las Escrituras e imaginarnos cuán mala debió haber sido la época de los días de Noé, pero Dios sabe claramente a qué se parecía y cómo nuestra época se compara con ella y cuán cerca estamos del fin.
Ya que no podemos saber la hora del regreso de Cristo (v. 36), debemos trabajar como si fuera algo inminente. Nos dicen específicamente que el siervo debe estar: “haciendo así” (v. 46) hasta el día en que Cristo regrese y reciba su recompensa. Estamos comprometidos a proclamar el evangelio a todas partes del mundo y a cuidar de aquellos que Dios ha llamado y va a llamar en el futuro.
La obra de Dios no es una labor egoísta. Dios ha enriquecido la vida de un grupo relativamente pequeño de personas a quienes les ha revelado su verdad, pero miles de millones de seres humanos no han sido tan bendecidos. No es sólo por nosotros que debiéramos desear el regreso de Jesucristo. El mundo actual está lleno de pobreza, hambre, violencia y muerte. Probablemente la escritura de la Biblia más comúnmente citada es la que se encuentra en Juan 3:16, en la cual leemos: “Porque de tal manera amó Dios al mundo”. Dios no sólo nos ama a nosotros. ¡El regreso de Cristo no es sólo para nosotros! El mundo entero necesita desesperadamente ser redimido.
Al comenzar en Ruanda el fin de semana pasado me acordé de mi primera visita, por allá en el 2012. El Sr. Meeker y yo estábamos en Ruanda en abril de ese año, en el que se celebraba un aniversario más del genocidio en el que murieron más de 900.000 personas en cerca de 100 días. El genocidio de Ruanda comenzó en abril de 1994 y duró hasta julio. Muchas personas fueron muertas con machetes o abatidos hasta la muerte con rocas durante este período de 100 días. En todo Ruanda, se han hecho monumentos conmemorativos, con el deseo de asegurarse de que las personas no olviden lo que pasó.
Ruanda ha avanzado desde entonces, y es fácil ver el progreso en la economía y en el espíritu positivo y el sentimiento acerca del futuro, cuando lo comparamos con el primer viaje. Sentí un gran gozo al ver otra vez a nuestros hermanos y experimentar un sábado maravilloso con todos ellos. Las congregaciones en esta parte del mundo están creciendo, y a pesar de su pobreza, su actitud es positiva.
Tenemos tres regiones más en las cuales llevaremos a cabo los fines de semana de liderazgo: Johannesburgo, Sudáfrica, a fines de julio; Runaway Bay, Jamaica, a comienzos de agosto; y Gran Bretaña (en un área al norte de Londres) a finales de agosto. Por favor oren para que haya buen fruto de este programa y que Dios envíe más obreros a su mies (Mateo 9:37-38).
Cordialmente, su hermano en Cristo,