Queridos hermanos:
A medida que las cosas con respecto al COVID-19 continúan mejorando en los Estados Unidos y en otras partes del mundo, estamos haciendo planes para volver a comenzar el Programa Internacional de Liderazgo (PIL). Había mucho entusiasmo por el programa cuando lo comenzamos en el 2018. Por primera vez en nuestra historia reciente de la Iglesia, había un programa definido para el entrenamiento y desarrollo del liderazgo de la Iglesia en las regiones fuera de los Estados Unidos. El elemento más exitoso en el programa era la interacción de los administradores de la Iglesia con los líderes locales en las regiones internacionales y esto fue un aspecto que surgió en el 14 de marzo de 2020, cuando la posibilidad de viajes internacionales terminó abruptamente.
Ahora en mayo 2021, casi 14 meses después, los viajes internacionales en su mayoría todavía están suspendidos. Pero esto ha comenzado a cambiar. En las últimas semanas, un número cada vez más creciente de naciones han anunciado que a partir de este verano estarán abriendo nuevamente sus fronteras y suavizando las restricciones de viaje. Con esto en mente, durante la semana del 19 de abril, los gerentes de la Iglesia tuvieron reuniones con los directores regionales y pastores de vieja data que viven en los Estados Unidos. Además, nos conectamos vía Internet con André Van Belkum en Nueva Zelanda, Peter Hawkins en Inglaterra y Morgen Kriedemann en Suráfrica. Era ya muy tarde para el señor Hawkings y el señor Kriedemann en Sudáfrica, y muy temprano para el señor Van Belkum, pero estaban en línea y pudieron participar.
En nuestros dos días de reuniones, desarrollamos un esquema para reiniciar el PIL. Lo llamamos “Programa Internacional de Liderazgo, fase 3”, o PIL3 abreviado. Tendremos otra serie de reuniones con el mismo grupo en junio, luego le daremos los toques finales al programa y los profesores durante la Conferencia Ministerial en agosto. Esto nos debería ayudar a programar el reinicio oficial del programa en noviembre de este año. Estamos preparados para hacer los ajustes en cuanto a la fecha de comienzo si fuera necesario según las condiciones para viajar que se presenten.
Despues de un año de descontento y desánimo por la dificultad para viajar en varias regiones, ahora hay posibilidades de cambio. Las fechas de noviembre tal vez sean demasiado ambiciosas en algunas partes del mundo, pero tenemos la esperanza de que podamos empezar en algunas regiones en donde se ha mitigado la acción del virus. El desafío real será llevar a cabo nuestra meta, que es hacer las reuniones en todas las 10 regiones en un período de 12 meses. Esto requerirá viajar mucho en un período relativamente corto de tiempo para todos los de la oficina, pero para noviembre, ya cumpliremos 20 meses desde el comienzo del confinamiento, así que ¡ya estamos listos para volver al camino! Queremos seguir construyendo a partir de lo que comenzamos en 2018, y la mejor manera es hacerlo en persona.
Nuestras reuniones en la oficina terminaron el 21 de abril con el compromiso de seguir avanzando en los viajes, así que, para fines de este año, esperamos haber podido realizar las conferencias programadas en las 10 regiones en el mundo. En “In Accord” de la semana pasada, Joel Meeker compartió sus pensamientos acerca de las reuniones del Programa Internacional de Liderazgo y acerca de los miembros que viven fuera de los Estados Unidos. Tengan en mente que la mitad de los miembros de la Iglesia viven fuera de Estados Unidos; pero sólo una cuarta parte de los ministros residen fuera. Esto hace que algunas regiones estén aisladas, con miembros separados de los ministros y pastores por largas distancia.
EL señor Meeker tiene 35 años de experiencia trabajando y viajando por las regiones de habla francesa en el mundo y tiene una buena perspectiva de las condiciones que tienen que afrontar los miembros en algunas de las áreas más pobres del mundo. Valoro mucho las opiniones que compartió con todos en In Accord. Él hizo énfasis que en donde sea que se encuentre lo que llamamos hogar y en cualquier prueba que afrontamos: “todos estamos buscando las mismas metas espirituales, y Dios nos está preparando a cada uno de nosotros para el mismo futuro increíble en la familia que Él está formando ahora”.
Citó a 1 Pedro: “Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 Pedro 5:8-11).
El señor Meeker concluyó con los siguientes comentarios: “Todos enfrentamos pruebas y desafíos que nos incomodan, a veces tenemos dolores fuertes. A medida que sobrellevamos estas cosas con un sometimiento humilde a Dios, Él nos ha prometido perfeccionarnos, estabilizarnos, fortalecernos, reafirmarnos y calmarnos y a su debido tiempo, exaltarnos a su gloria. Es importante que todos recordamos que somos parte de algo más grande e importante que sólo nuestras propias vidas. Somos parte de una gran corriente espiritual, guiada por el Dios Todopoderoso, que nos está llevando hasta su Reino eterno. Somos parte de una gran hermandad alrededor del mundo”.
Por la pandemia, han cambiado muchas cosas en el último año. Podemos debatir cuán acertado ha sido el manejo dado por algunas naciones, o cuán pobre y deficiente ha sido. Podemos hacer una lista de las cosas que han cambiado en nuestra vida y en la obra de la Iglesia, desde las reuniones de sábado, los viajes a las conferencias internacionales, la asistencia a la fiesta de Tabernáculos. Mucho de esto ha estado cambiando desde el principio, pero hay cosas que nunca han cambiado —y nunca cambiarán— no importa en que lugar del mundo vivamos. Nuestro llamamiento, nuestra convicción del cristianismo y nuestra misión como Iglesia son exactamente lo mismo que eran en marzo de 2020, cuando el mundo súbitamente cerró todo. Habrá más pruebas en el futuro, ¡pero nunca podemos permitir que estas pruebas o las condiciones físicas en el mundo nos impidan buscar las cosas que jamás van a cambiar!
Cordialmente, su hermano en Cristo,